A Kilómetros- Enzo Fernández

Capitulo 15

-Pará ¿qué? ¿Todo eso en una semana?- exclamo mi mejor amiga tomando otro mate.

-Si.. y posta intentamos eso de ser amigos pero ya asumí que las ganas siempre van a estar. A veces ni nos controlamos. Estoy rendida- suspiré.

-Hermana, te voy a decir solo una cosa porque te quiero y porque siento que necesitas que alguien te lo diga- habló dejando el mate a un lado, mientras entrelazaba sus manos.

-Bueno, decime..- tragué saliva algo nerviosa.

-Cometelo de una al bombonazo ese- soltó- Que amigos ni amigos, si se tienen ganas dale para adelante.

Solté una carcajada porque lo que menos esperaba era que me diga algo así, es más, pensé que me iba a decir todo lo contrario y que me iba a retar de alguna forma.

-Pasa que, mirá Sari, nosotros de verdad quedamos en ser amigos y...

-Ah si dale, contate otro. Ayer casi que te come el cuello y días atrás te metió los dedos en ese sillón, ¿vos qué concepto tenes de la palabra amigo?

Noté como la sangre subía a mis mejillas ante esto- Bueno che.. pasaron algunas cositas no planeadas.

-Ah si, sos una viva barbara vos- rodó los ojos- Te digo en serio y sé que es tu ex y todo esto, pero ustedes no terminaron mal, solamente se separaron por la distancia, eso es distinto.

-Si, en esa tenes razón- le respondí.

Era verdad, si no fuese porque Enzo se había ido del país, tal vez hoy en día seguiríamos juntos. O tal vez no, no se.

-Obvio que tengo razón- dijo orgullosa- Tengo una re idea, escúchame.

-Que miedo- hablé dándole un sorbo al mate- Ahora qué tenes en mente?

-Ayer Lean me invitó para que vaya a ver un entrenamiento de la selección porque yo no sabía qué onda todo eso y me pareció algo re lindo de su parte.

-Ay, que lindo boluda- exclamé- me alegra tanto verlos así de bien.

-Si, es lo más hermoso qué hay este pibe- soltó mostrando una sonrisa- pero la mejor parte viene ahora.

-Qué?- respondí intrigada.

-Vas a venir conmigo- sonrío- ahí también va a estar Enzo. A parte de paso, me cebas unos mates y me haces compañía. Pla na zo.

-Eeh... yo no sé, imaginate que voy y Enzo ni me quiere ver ahí. Igualmente yo esta tarde trabajo así que no puedo.

-Por eso despreocupte que yo le mando un mensajito a Lucas para que te cubra aunque sea un rato- dijo alzando sus hombros.

-No, ni se te ocurra, la última vez amenazaste al pobre y creo que te tiene miedo. Déjame que hablo yo y veo...

-Genial, paso a buscarte a las siete. Ponete linda- finalizó y me guiño un ojo.

No parecía ser mal plan por el momento, es más, me emocionaba mucho la idea de ir y reencontrarme con los chicos. Capaz por fin mi amiga acertaba en algo.

Horas más tarde ya me encontraba en mi puesto de trabajo. Había sido otro día bastante tranquilo en la cafetería, incluso estaba de mejor humor que lo normal.

Mientras preparaba el café, mi mente viajó a lo que había pasado anoche, me costaba admitir cuanto necesitaba estar de esa forma con Enzo, cuanto necesitaba pasar tiempo con el.

Sabía que lo estábamos intentando, también sabía lo que estaba bien y lo que estaba mal, pero consideraba normal que después de tanto tiempo sin vernos la intensidad aumente, porque si hay algo que ninguno de los dos niega es que nos extrañamos mucho a lo largo de estos meses. Y de alguna forma, nos necesitábamos.

-Jaz- la voz de Lucas resonó y alce la vista enseguida- me estás escuchando?

-Eeh.. la verdad que no, perdón- respondí apenada- me repetís?

-Te decía que te cubro esta noche, para que vayas al entrenamiento- dijo apoyado en la barra.

-No hace falta que hagas eso Lu, ya me parece mucho que me cubras por segunda vez.

-Una horita más no me va a hacer nada. A parte le tengo miedo a tu amiga.

-Ay dios, que piba. Bueno, gracias posta.

-Nada es gratis, bobita- dijo ahora reincorporándose.

-Que queres a cambio?- respondí curiosa cruzando mis brazos.

-Mmm.. déjame pensarlo- habló mientras fingía pensar- la próxima cuando salgamos de acá nos vamos a tomar un helado. Hace mucho que no hacemos algo, me lo debes.

-Bueno listo, es un trato- le extendí la mano y el orgulloso la aceptó.

Más fácil de lo que pensaba.

Ya faltando media hora para que mi mejor amiga pase a buscarme y aprovechando que la cafetería estaba casi vacía, decidí preparar mi ropa y retocarme un poco con algo de maquillaje para estar más o menos presentable.
Decidí elegir un jean que me marcaba un poco las piernas y un topcito blanco básico, acompañada de unas convers negras.

Miré el reloj otra vez, ya faltaba poco y no daba más de la ansiedad, no entendía porque me sentía de esta forma.

Capaz había sido por la charla que tuve con mi amiga esta mañana la cual me incentivó a querer un poco más, pero realmente no podía esperar más para volver a ver a Enzo.

Me convertí en lo que estos días juré destruir.