Apenas me introduje dentro del bosque traté de ubicar a Enzo entre ese quilombo de árboles pero no lo veía por ningún lado.
Lo llamé un par de veces pero no podía contactarlo por la poca señal del lugar, incluso ya me estaba poniendo nerviosa el hecho de estar sola en el medio de la nada.
Sin conseguir la respuesta que esperaba me di media vuelta dispuesta a volverme para la cabaña pero al instante sentí como unos brazos me envolvían haciendo que choque mi espalda contra uno de los árboles y no pude aguantarme un grito del susto.
-Shh- dijo Enzo cubriéndome la boca con su mano mientras se aguantaba la risa- No grites, loquita.
-Sos un pelotudo, me vas a matar algún día- le respondí como pude.
-Te asustaste, morocha? Mira vos- dijo divertido a centímetros de mi cara.
-Yo? Para nada- hable esta vez tratando de zafarme de su agarre pero él fue más rápido impidiéndome el paso.
-A donde vas?- dijo ahora tomándome de la cintura mientras que con su cuerpo me apretaba más contra el árbol.
Esos jueguitos de Enzo.
-Vos a donde vas?- le retruque quedando contra sus labios.
-A ningún lado- habló buscando mi boca pero fui más rápida y enseguida lo esquivé- Ah no, me corriste la cara.
-Ay pobrecito- comenté haciendo puchero.
-Listo, ya vas a ver- dijo y cuando menos lo esperé me agarró cargándome sobre su hombro mientras que yo trataba de defenderme pataleando, pero era inútil, él tenía más fuerza.
-Bajame Enzo- grité pero no recibía otra respuesta que no sean risas de su parte.
Cuando finalmente me hizo caso ya nos encontrábamos frente al lago pero mucho más alejados del lugar donde nos hospedábamos. Cuando pude ver bien el lugar, un botecito se encontraba ahí esperando por nosotros.
-Estas seguro?- le pregunté finalmente.
-Cien por ciento- respondió dándome la mano para que yo pegue el salto y entre en el bote.
Para ser sincera no sabía si era el mejor plan que se le había ocurrido a Enzo, pero confiaba en él así que subí sin dudarlo.
El atardecer no tardó en llegar y poco a poco nos íbamos alejando de la orilla, no tanto pero si se notaba la distancia. Enzo estaba ocupado remando mientras que yo estaba casi pegada a él por miedo a caerme.
-Estas muy ocurrente estos días- comenté sacándonos de ese silencio tranquilo.
-Esta vez tuve un poco de ayuda, quería que sea especial- dijo remando un poquito más.
-Especial?- cuestioné y vi de reojo como se mordía los labios algo nervioso.
En ese momento sentí algo raro por dentro pero no comenté nada al respecto.Una vez que Enzo dejó de remar, nos quedamos ahí admirando la naturaleza frente a nosotros, había una paz increíble y poco a poco me fui convenciendo de que en realidad este sí había sido un buen plan después de todo.
-Si- comentó y sentí como sus manos tomaron las mías y las entrelazó- Estuve pensando en nosotros.. un poco en realidad y..
Enseguida ese nerviosismo se hizo presente en mí y tragué en seco ante esto. Aunque no estaba bien imaginarse siempre lo peor de entrada, era imposible no crear algún tipo de escenario donde las cosas puedan llegar a salir mal.
De igual forma tomé un poco de aire disimuladamente y me dispuse a escuchar lo que tenía para decir.-Jaz- continuó- no soy la persona más romántica del mundo, eso lo sabes muy bien...
Habló algo pausado y nervioso pero por mi parte me animé a darle leves mimos mostrándole confianza para que continúe hablando. Él tomó aire y sin esperar más continuó.
-Yo se que no hacen falta los títulos en lo nuestro, pero realmente... realmente me gustaría que seas mi novia- soltó de repente- Me encantas y te puedo asegurar que nunca antes me había sentido así... entonces, que pensas?
Al instante un remolino de emociones se hizo presente en mi sistema aunque internamente estaba segura de la respuesta no sabía que responder, las palabras no salían. Estaba con la boca abierta casi sin poder reaccionar.
¿Esto era real o estaba soñando?
Hasta hace unos meses atrás era imposible imaginarme algo así.Lo miré a los ojos y pude notar ese brillo especial que solo tenía cuando me miraba a mi, lo sabía perfectamente. Siendo muy sincero en cada una de sus palabras.
-Me encantaría- le respondí y pude ver un gran alivio de su parte cuando poco a poco fue soltando el aire que tenía guardado, temeroso ante mi respuesta.
Enzo así de nervioso, quien lo diría.
Se acercó un poco más tratando de mantener el equilibrio y me dio un beso largo y suave lleno de amor, imposible de describir. Su boca combinaba perfectamente con la mía.
-Te quiero mucho- comenté contra su boca y en respuesta no dudó en darme otro beso esta vez mucho más lento.
No hizo falta que me responda con palabras porque en ese beso me transmitió todo lo que sentía y lo entendí a la perfección.
Esto realmente estaba pasando y la felicidad que cargaba en ese momento superó todo. Era indescriptible.
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A Kilómetros- Enzo Fernández
Romance"A veces hay que irse bien lejos para poder saber cual es el camino correcto." Comenzada 19/01. Capítulos todos los días Finalizada.