Sabías por lo que estaba pasando, pero aun así conversábamos hasta las tantas de la madrugada. Me gustaba hablar contigo, me reía y poco a poco fui ganándote cariño, me fui acostumbrando a bromear contigo y fui saliendo adelante, fui avanzando y encontrando de nuevo la luz. Porque sentía cosas por ti.
Cuando nos juntábamos siempre había abrazos, miradas furtivas, comentarios en secreto, bromas entre nosotros. Y me sentía bien. Me hacías sentir bien.
Gente me advirtió. Personas que te conocían me dijeron que no tenía que conversar contigo, que hacías lo mismo con todos, pero ¿sabes qué? Quería probar. La mala suerte no podía estar siempre de mi lado y tomé la iniciativa y poco a poco comencé a coquetear contigo, de una forma delicada para no sonar desesperado. Y tú te dejabas querer. Y de alguna u otra forma me comencé a ilusionar.
Pero me equivoqué, de nuevo. Porque las personas tenían razón, porque a pesar de seguirme el juego, hacías lo mismo con alguien más, con un amigo mío, al que le dijiste que te gustaba.
Hoy me enteré. Hoy supe la verdad y pondré cara de felicidad cuando los vea y haré como que nada pasa, pero créeme, se necesitará mucho más que un "nanai" para curar la herida y volver confiar en ti. Porque hay una gran diferencia entre ser simpático y coquetear, y tú no la conoces.
Y para mí, debo aprender a escuchar cuando mis amigos me advierten sobre las personas con quienes converso.
Espero que no dañes a mi amigo, porque juro que me vengaré.
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One Shots / Un relato, una historia
Teen FictionAquí estarán mis One Shots, donde cada relato narra una historia de vida.