Se despertó con esa sensación en el pecho que se tiene muy pocas veces, y que cuando aparece, no hay que ignorarla. Despertó con la sensación de que lo vería. A pesar que el tiempo había pasado y que todo ya se debería haber superado, las ganas de volver a verlo eran demasiado fuertes y no era imposible pasarlas por alto. Porque sabía que lo vería. El corazón se lo gritaba.
Se vistió como de costumbre para ir a la universidad, pero el pecho se le oprimía cada vez que una señal aparecía. Porque no eran pocas. Desde la música que salía de la radio hasta las murallas del camino. Todo llegaba a la misma respuesta.
No pudo concentrarse en las clases ya que la ansiedad era mucha. Era como si él pudiera comunicarse telepáticamente y decirle que sin importar lo que pasara, se verían; que sin importar los obstáculos se encontrarían en ese lugar, que sin mediar palabra, habían acordado. El corazón nunca mentía.
Quiso ir en la hora de almuerzo, pero la universidad no siempre estaba dispuesta para dejar salir a un estudiante.
Y se quedó haciendo ese estúpido trabajo con la sensación que él estaba esperando. Intentó concentrarse en la última tanda de clases del día, pero todos sus esfuerzos resultaron infructuosos. El amor tenía la capacidad de nublar todos los sentidos y anular todas las capacidades.
Salió de la universidad con velocidad y caminó lo más rápido que pudo. No corrió simplemente porque no se le daba bien eso de la motricidad.
Y llegó a esa pileta donde sabía que él estaría.
Y sus ojos se llenaron de lágrimas y sonrió de una forma tierna.
El corazón nunca había equivocado.
Él no estaba.
Los dos habían llegado al mismo lugar, pero en tiempos distintos.
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One Shots / Un relato, una historia
Teen FictionAquí estarán mis One Shots, donde cada relato narra una historia de vida.