Sigue contando

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-Uno- dice acercando su mano al lóbulo de mi oreja, haciéndome cariño. Su tacto desencadena una corriente eléctrica por todo mi cuerpo y su aroma empieza a entrar por mis fosas nasales tal cual como lo haría una droga.

-Dos- agrega tocando la parte inferior de mi mejilla, cerca de mi cuello. Su voz es casi un susurro que llena mi cuerpo y hace temblar cada parte. Siento como mi sangre comienza a agolparse en mis venas mientras se acerca cada vez más a mí.

-Tres-. Continúa contando, ahora tocando un poco más arriba que antes. Vuelve a hacerme cariño, trazando círculos con la yema de su dedo. Mi cuerpo se estremece e intento no cerrar los ojos del placer que me produce la forma en que me toca. Es impresionante como algo tan simple puede hacerme sentir tantas cosas.

-Cuatro- comenta, esta vez dirigiendo su tacto a mi barbilla. Intento no mirarlo, ni siquiera respirar por miedo a romper el mágico momento que estamos viviendo juntos.

-Cinco- dice él tocando mi mejilla,  cerca de mi nariz, y sus ojos color *hazel hacen pleno contacto con mis ojos color canela. La química entre nosotros se hace evidentemente visible. Un tonto solamente no podría notar lo que está pasando, aunque intento mantener todo con naturalidad, sin hacer evidente que en cualquier momento, mi cuerpo tendrá un colapso y explotaré.

-Seis- pronuncia con dulzura y siento su aliento delicioso chocar en mi rostro mientras me acaricia la parte izquierda de mi nariz. El pulso de mi corazón se acelera y me da miedo que él pueda sentir la forma en que late.

                -Siete-. Ocurre una pausa y tengo miedo que haya escuchado a mi corazón. Pero para tranquilizarme, esboza una sonrisa y toca el extremo de mi ceja izquierda. Como acto reflejo, tomo su mano y me doy cuenta del grave error que he cometido.

                -Ocho- comenta, tomando con fuerza mi mano. Con la que tiene libre, va desde mi ceja al inicio de mi oreja, la que no ha sido investigada por su vista de rayos x. Siento su perfume en todo su esplendor y esbozo una sonrisa. Me mira de inmediato y por un momento, aparte de todo el caos que estamos pasando, nuestras sonrisas también se conectan en un momento eterno.

                -Nueve- dice él y sujeta con fuerza nuestras manos entrelazadas. Toca el óvulo de mi otra oreja y vuelve a dirigir su mirada hacia mí, esa mirada penetrante y profundamente sincera. Me sorprende el hecho de que una persona como él haya entrado en la vida de una persona como yo, con tantos desastres y desilusiones.

                -Diez- y el sol deja escapar uno de sus rayos para dar directo en la cara de él, mientras explora la parte de atrás de mi oreja. Ningún detalle se le escapa a este niño con cara de gato.

                -Once- comenta en un susurro, como si estuviera dejando salir el último soplo de su alma.  Se dirige a la parte superior de mi cuello, cerca de mi mandíbula. En este momento me rindo. No puedo seguir luchando contra algo que mi corazón está pidiendo a gritos. Me dejo caer en el encanto de este joven rompecorazones, sabiendo todo lo que estoy arriesgando.

                -Doce- dice mientras toca mi mejilla izquierda. Y entiendo cómo ha preparado todo para que resultara de una forma perfecta. Mi cerebro ya no piensa, ya no reacciona. Mis músculos se han dormido en el sueño más profundo.

Y me mira con sus ojos color hazel, sabiendo el paso que va a dar a continuación

-y Trece- dice como finalizando un discurso completo, tocando bajo mi labio inferior –son Trece los lunares que tienes en tu cara-. Me mira de una forma intensa y yo no puedo evitar dirigir mi mirada a sus labios.

Tener un mejor amigo así, es demasiado difícil.

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*los ojos color “hazel” son aquellos que no tienen un color definido; pueden pasar de verde a un café claro, o incluso tener toques de azul. También son conocidos como ojos color “Pardo”

 

One Shots / Un relato, una historiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora