¿Y tú?

136 14 0
                                    

Porque recuerdo ese primer momento, hace meses atrás. Recuerdo el miedo que sentí cuando apreté send para preguntarte por esa versión de la canción de Zayn Malik que había aparecido en tu video de Snapchat; esa versión que yo quería pero que no sabía donde encontrar. Y el mensaje no se envió.
Un escalofrió me recorrió la espalda, lo recuerdo muy bien, y culpé a mi señal de internet, que por eso no se había querido enviar el mensaje. Así que presioné retry.
Quizá esa fue la primera señal a la cual debí haber puesto atención, como si el mundo me hubiese lanzado una indirecta para que me detuviera. Pero yo no quise hacer caso. Porque sabía quién eras y habías llamado mi atención desde la primera vez que te había visto, casi un año atrás.
Pero el mensaje tampoco se envió.
Ahí me cuestioné lo que estaba haciendo, si es que valía la pena intentarlo una vez más.
Y presioné retry una última vez, porque dicen que "la tercera es la vencida", y por arte de magia, el mensaje se había enviado.
Y tenían razón, me doy por vencido, me cansé, porque me arriesgué a cruzar todos los obstáculos sabiendo que tú estabas ahí para guiarme, pero desapareciste a mitad de camino, dejándome sin saber qué demonios hacer. Me desechaste como quien se aburre de ese juguete nuevo que alguna vez llamó la atención, y luego de contarte todo de mi y escuchar todo de ti en esas conversaciones en la madrugada, ahora simplemente debo cruzar los dedos para recibir un mensaje tuyo. Pero ya ni eso te importa hacer.
Y de alguna u otra forma me arrepiento de todo. No debí haber insistido intentado enviar el mensaje, no debí caer tan fácilmente ante tus palabras bonitas, no debí dejar que me vieras débil, no debí cerrar los ojos en tu abrazo ni permitir que plasmaras nuestra felicidad en esas fotografías.
Entonces, ahora debo seguir actuando como si fuéramos buenos amigos, cuando la verdad es que los días van pasando y mis mensajes se siguen marchitando a la espera que tú los veas, siendo que antes me despertabas para desearme un lindo día y te despedías esperando que yo tuviera dulces sueños.
Pero no voy a nada en contra de eso. Solo voy a esperar a que la vida vuelva a poner las cosas en su lugar y que nos llegue lo que nos merecemos, porque en este instante sé que estás ahí, con la diferencia que ahora no quiero que me veas.
No quiero que me veas nunca más.

One Shots / Un relato, una historiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora