Capítulo 3: Fiesta

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Las dos semanas siguientes fueron más tranquilas, en el instituto me seguían mirando como si fuese una especie distinta, pero al menos parecía haber un acuerdo tácito en el que nadie me decía nada y yo iba simplemente a mi aire.

La única persona con la que hablaba a menudo era con Ivy, la rubia que me tenía completamente desconcertada. Era la primera en organizar los oficios religiosos, siempre guardaba ese perfil de niña angelical, esparcía bondad allá donde iba, no decía ninguna mala palabra y prácticamente parecía lo opuesto a mí. Sin embargo, cuando estábamos juntas encontrábamos tantas cosas en común que casi era terrorífico, echábamos primero la leche y después el cereal, nos encantaba la naturaleza, compartíamos afición por libros, e incluso me sorprendió que tenía una pequeña obsesión por comprar anillos, más de una vez se quedaba mirando los míos.

Ella era bastante inteligente y trabajadora, las chicas del curso a menudo buscaban ponerse en los trabajos con ella, pero no era difícil notar cómo sólo la querían por interés. La respetaban, pero no la incluían en sus planes, por eso mismo, siempre se le veía con las otras dos chicas, aunque no entendía muy bien la dinámica de esa amistad, ya que, sólo se veían en clase y ni siquiera compartían gustos entre ellas. Un día la rubia me explicó que prácticamente se unieron por ser las tres que no formaban parte de ningún grupo.

Aquél día teníamos educación física de nuevo, por lo que me dirigí al vestuario tan rápido como pude para cambiarme y salir de allí cuanto antes. Abrí la puerta del cubículo en el que me cambié la última vez y noté el calor agolparse en mis mejillas al ver que la rubia ya estaba allí, tenía puesto el pantalón azul oscuro de gimnasia, pero por arriba sólo llevaba su sostén.

- Oh, hola. - dijo tranquila con una sonrisa mientras me miraba como si nada.

Galia, la mirada a los ojos. Mierda.

Me esforcé bastante por mantener la mirada fuera de su torso desnudo, y de cómo le quedaba increíble el sostén negro, pese a que el azul oscuro y el negro no solían combinar bien.

- Eh, yo... lo siento. -hablé apresuradamente. - pensé que aun no había nadie.

- Nada, tranquila. - dijo ella poniéndose la camiseta y una sudadera de botones. - El profesor me pidió que viniera antes para ayudar a preparar los materiales. Ahora nos vemos. - Dio un beso en mi mejilla y se fue dejándome completamente anonadada.

Por supuesto, no me sorprendió que viniera antes solo para ayudar al profesor, había aprendido que esta chica no sabía decir que no, era lo opuesto al egoísmo y sabía que este mundo no estaba hecho para personas como ella. Por lo que, mientras me quisiera en su vida yo estaba dispuesta a ser lo suficientemente egoísta por las dos, un extraño instinto de protección salía de mi cuando de ella se trataba.

Traté de cambiarme lo antes posible para poder ayudarla, cuando salí vi que estaban preparando una especie de circuito.

El profesor estaba tomando medidas en el suelo, mientras ella cargaba con una colchoneta que era dos veces más grande que su cuerpo. No dudé en acercarme y ayudarla.

- Gracias. - me respondió con una sonrisa, y entre risas fuimos colocando los materiales como nos indicaba el profe.

De pronto, fueron llegando las demás, pero Ivy seguía hablándome divertida y vi que las miradas estaban puestas en nosotras. Una parte irracional de mi deseó besarla delante de todas, si iban a mirarnos mal que sea por algo real.

- Cómo sabéis hoy es viernes. - Habló la morena de la que ya sabía que se llamaba Clara. - Y es inicio de curso por lo que... ¡Están todas invitadas a una fiesta en mi casa, traigan alcohol! - Habló emocionada robándose la atención de todos, en pocos segundos tenía a la mayoría a su alrededor preguntándole sobre qué necesitarían llevar y demás.

Sosteniendo tu miradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora