La mañana siguiente al beso, quedé a la expectación de lo que pasaría. Pensé en que igual optaría por ignorarme, sin embargo siguió actuando como si nada hubiese pasado.
Alguna vez me planteé si preguntar o hacer alguna referencia al tema, pero temía que eso estropease nuestra amistad. Por lo que, las semanas siguientes seguimos actuando con naturalidad, como las amigas que éramos.
Salimos un par de veces más juntas de fiesta, aunque esas veces no hubo nada destacable a parte de que ella nunca me dejó sola para irse con nadie.
- Lo siento, pero no te lo voy a dar. - escuché la voz de la rubia al entrar en el laboratorio. - he llegado primera a por él y mi compañera y yo lo necesitamos tanto como tú para nuestro proyecto. - Una sonrisa involuntaria se escapó de mis labios, me encantaba ver como al fin se imponía en determinadas ocasiones, y en cierta manera me parecía e incluso más atractiva cuando lo hacía.
- Vosotras vais más avanzadas. - Le respondió la profesora a la rubia.
- Porque dedicamos tiempo por las tardes para hacer el proyecto, no es responsabilidad mía que ella no lo haga.- Damn, esa es mi chica pensé acercándome a ellas.
- Creo recordar que usted misma dijo que en los recreos se podía venir para hacer uso del material, así que si mi compañera llegó antes no seremos nosotras quienes tengamos que perder más tiempo. - Declaré con rotundidad, ganándome una mirada asesina de parte de Lucía.
- Espero que pienses bien lo que estás haciendo Ivy y te confieses luego de egoísmo. - Contestó la profesora, quien se fue con Lucía y su compañera para ayudarles en su proyecto.
- Será imbécil. - susurré para que solo la rubia me escuchara, a lo que ella simplemente me sonrió tomando mi mano.
- Ey cariño, estoy bien. - Ese cariño hizo que algo en mi se cayera y se regenerara otra vez, poniendo todo a mi alrededor a dar vueltas.
- ¿Cariño?- pregunté aun sin recuperarme por cómo me había llamado.
- Eh yo, perdón. Supongo que simplemente me salió.- respondió sin más.- ¿Me ayudas diciéndome los compuestos?
Así fue como me convertí más un ente disperso que una ayuda en el trabajo, de hecho, sin darme cuenta, le derramé un líquido morado en la camisa blanca del uniforme. Por suerte el líquido no era ningún reactivo peligroso.
- Mierda, lo siento. - Hablé apresuradamente tratando de secarlo con un papel.
- Lia, tranquila. Así solo me estás abriendo la camisa. - comentó divertida, y me di cuenta que en mi afán por secarla estaba literalmente poniendo las manos en su pecho, abriendo la blusa por el movimiento los botones.
- Perdón.- Respondí avergonzada.
- Vamos. - Habló ella dirigiéndonos a ambas directamente a los baños. - Ten, échale agua caliente. - Comentó pasándome su camisa.
Espera.
Si yo tengo su camisa en mis manos ella está...oh dios.
Vi cómo su bronceada piel contrastaba con el sujetador blanco que ahora también se encontraba teñido de morado en algunas zonas. Ella estaba tratando de limpiarse las manchas de la piel, y noté como una gota pasaba entre el valle de sus pechos. Esa imagen no me estaba haciendo nada bien, por un momento quise ser yo la que limpiara cada una de esas gotas moradas que recorrían su cuerpo.
- ¿Podrías dejarme tu sudadera?- preguntó tímidamente, y enseguida asentí con la cabeza pasándole la sudadera que llevaba puesta sin atreverme a mirarla.
Ella entró a uno de los cubículos y salió con su sujetador en la mano y mi sudadera puesta.
- ¿Se me notan?
- ¿El qué?- pregunté confundida, desde luego ese día estaba más bien espesa, los nervios que ella me producía me nublaban la mente.
- Ya sabes.- señaló la zona donde estarían sus pechos.
- Oh - exclamé comprendiendo.- no, puedes estar tranquila.
- Genial, gracias, de verdad.- Sonrió de forma tierna, sus precioso hoyuelos se marcaron y me hizo sonreír también a mí.
- ¿Por qué, por derramarte el componente encima?- Le respondí divertida.
- Bueno, ha sido una excusa ingeniosa para quitarme la camisa. - Comentó riendo y me guiñó el ojo antes de salir de allí.
Llegamos juntas a nuestra siguiente clase y yo aun no superaba lo sucedido. El nombre con el que me llamó, mi cagada histórica vertiéndole ese líquido encima, y, la imagen que vi en el baño. En la clase repartieron la calificación de los exámenes de matemáticas, por suerte había sacado un 7, mi padre estaría bastante orgulloso, antes de mis tardes de estudio con Ivy apenas llegaba al 5. La rubia vi que sacó un 10 y me alegré bastante por ella.
- ¿Es que ahora también eres una desviada como tu amiguita?- Comentó Clara acercándose a Ivy una vez terminó la clase.- Hasta llevas su sudadera.- hizo una mueca de asco.
- Se me derramó líquido encima. - habló a la defensiva la rubia, parecía nerviosa y me dolió que no hubiese dicho nada con respecto a lo de desviada.
Las clases continuaron y cuando llegó la hora de la salida no la esperé.
Mis pasos se encaminaron hasta mi casa, concretamente hasta la cocina, donde Rosa se encontraba preparando un bizcocho. Al verme dejó lo que estaba haciendo y me abrazó, ella era la única persona a la que sabía que podía acudir en todo momento, mis padres me juzgaban antes de ayudarme, mientras que Rosa siempre tenía sus brazos, su corazón y su entendimiento puestos para mi, aunque luego me dijera la verdad que no deseaba oír.
- Me estoy enamorando de ella.- Susurré aun en sus brazos.- y no sé si es que no lo ve o simplemente está jugando conmigo.
- Ya está.- susurró la mujer tratando de calmarme.- empieza desde el principio, mi niña.
Y así le conté todo, el beso de la fiesta, las frases que me soltaba como broma, lo sucedido en el baño, el apelativo con el que me llamó, y cómo luego no dijo nada sobre lo de desviada.
- Sé que me dijiste que no me ilusionara, y he sido una tonta al pensar que podría controlar lo que siento hacia ella.
- Tener sentimientos tan bonitos hacia alguien no te hace ser una tonta, pequeña. - explicó la mujer más mayor.- Por todo lo que me has contado, igual ella misma está asustada.
- ¿De qué?- Pregunté confundida.
- Galia, ¿no deberías estar estudiando?- escuché la voz de mi padre entrando en la cocina, vi sus zapatos negros brillantes y su traje perfectamente colocado.- Buenas tardes Rosa.
- He sacado un 7 en matemáticas.- Dije con orgullo, una parte de mí buscaba su aprobación y que reconociese mis logros.
- Qué bien, parece que esa chica está siendo buena influencia para ti. - Habló tomándose una taza de café.- Le diré a tu madre que la invite a la celebración de tu cumpleaños.
- ¿Celebración?- pregunté confundida. - Espera, ¿mamá va estar aquí?
- Por supuesto que si, ha venido especialmente para tu cumpleaños, vendrá tu abuela, tus tíos y tus primos. - Genial, acababan de arruinarme mi día.
- Cómo has dicho que va a ser algo familiar, no creo que ella deba estar aquí.- traté de argumentar pero mi padre tomó sus cosas y se marchó para irse a trabajar.
Perfecto, en dos días sería mi cumpleaños y nadie me preguntó qué era lo que yo quería hacer para celebrar.
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Sosteniendo tu mirada
Fiksi RemajaGalia Saralegui se vio obligada a asistir a una escuela en la que claramente no encajaba. Se había resignado a que la ignoraran, por eso le sorprendió que aquella bonita niña le hablara. Pronto, se dieron cuenta de que a pesar de que aparentemente...