Capítulo 31: La ruta

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Narra Galia:

Desde que mi madre filtró unas fotos mías de mi época adolescente bebiendo con el pelo corto y los tatuajes, muchos de los socios quisieron apartarse del negocio, comenzando por primera vez a haber pérdidas en las empresas.

Ante esa situación decidí que la mejor forma de tapar una bomba así era creando otra, por lo que, el anuncio de mi compromiso con Matías fue la noticia perfecta para callar todas las habladurías y conseguir que los balances económicos volvieran a estabilizarse.

Sin embargo, sentía que me había metido en un lio, mi yo de hace unas semanas hubiese seguido con la farsa llegando incluso casarme sin darle mayor importancia, pero después de ver a Ivy, e incluso de besarla la idea de dejar todo eso crecía. Era como si esa parte desafiante de mi misma estuviese ganando terreno por su culpa, pero a la vez, me preocupaba el hecho de como recibiría ella la noticia y cómo se lo diría, porque ni yo estaba segura de estar preparada para todo eso.

El problema de todo aquello era como anunciárselo a la rubia, y más aun después de haberla besado tan solo una semana antes.

Cuando llegó el sábado me sorprendió un mensaje del grupo de las cuatro en el que hablaban de ir a hacer una ruta de senderismo por la sierra. Al principio, pensé en no ir pero me di cuenta de que era la excusa perfecta para no tener que estar con Matías celebrando nuestro compromiso, desde aquél día notaba un incremento de intensidad en sus besos y había tratado en varias ocasiones de tocarme más allá por debajo de la tela.

El vestirme con ropa para ir a hacer senderismo me hizo sentir increíblemente cómoda, echaba de menos no llevar atuendos tan formales. E incluso disfruté de ponerme una de las camisetas ovesizes que hacía tiempo que no utilizaba. Recogí mi pelo en una cola para no tenerlo en la cara, e incluso decidí no utilizar maquillaje más allá de lo necesario para tapar mi tatuaje de la cara.

Al llegar a casa de Ivy me sorprendió ver a Reyes y a Clara una frente a la otra, la más alta pasaba un mechón de pelo detrás de la oreja de la otra, e incluso me di cuenta de que se dieron un pico. Me hizo feliz ver que por lo menos ellas si que habían encontrado la forma de estar juntas.

Detrás de ellas vi a la bonita chica de los hoyuelos con un pantalón corto deportivo y un top a juego que mostraba su firme abdomen. Aquella era una de las imágenes más ardientes que había visto en mucho tiempo, le sentaba demasiado bien la ropa deportiva que llevaba, su pelo suelto caía en cascada por sus hombros y el escote de su top me desconcentró por unos segundos. Lo suficiente como para sorprenderme al ver cómo otros brazos rodearon su cintura en un abrazo.

- Pero bueno, ¡qué pivón!- Exclamó la chica pelimorada consiguiendo que Ivy le regalara una de sus bonitas sonrisas.

- Chicas, ella es Lola, ha sido la persona más importante que me ha regalado España. - La presentó, consiguiendo que me entrara la duda de qué tan importante era para ella. - Chiqui, ellas son Reyes, Clara y Galia. - Nos introdujo, el que no me dijera Lia me dolió pero el que le tuviese un apelativo cariñoso hizo que un sentimiento nada agradable se instalara en mi pecho.

- Ivy nos ha hablado mucho de ti, ya teníamos ganas de conocerte.- Saludó Reyes con efusividad.

Yo no la saludé con tanto entusiasmo, y el camino en autobús hacia el inicio de nuestra ruta me lo pasé en silencio.

La ruta estuvo divertida, el paisaje era bonito y debía reconocer que la tal Lola era graciosa, pero el que siempre estuviese tocando o rodeando a la rubia me comenzaba a tener harta. No entendía porqué tenía que ser tan sobona, de hecho hubo un momento en el que la rubia estaba bebiendo agua y algunas gotas se le derramaron de su barbilla al tentador escote de su top, estaba por ofrecerle una toalla que me había traído cuando vi que la cantante la secó con la suya pasando sus manos por ella, lo cuál me indicó que ella también se fijó. Ivy, no paraba de reír y bromear con ella en la forma en la que lo solíamos hacer y se notaba la complicidad que tenían.

Sosteniendo tu miradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora