Capítulo 21: La foto

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Narra Ivy:

En la vida de toda persona hay sucesos que prevés que tarde o temprano sucederán, pero por alguna extraña razón, cuando es en nuestra propia historia preferimos no verlo. Es como cuando un niño camina hacia el enchufe y la madre ya ve lo que puede pasar, por lo que impide que el niño meta los dedos. Sin embargo, en ese momento de tu vida en el que se supone que tu debes ser esa madre interna de tu propio niño interior, prefieres dejarte llevar por la ilusión con la que tu parte más cándida ve el mundo. Confías en que tus peores temores no sucederán, pero cuando ocurren sólo te queda lamentar el haber sido tan ilusa como para creer que podrías librarte de ello.

La mañana del sábado, al siguiente día de que Lia se hiciera los tatuajes, ella se quedó en casa con su padre, y yo me la pasé en la cama sin hacer realmente nada más que estar tumbada leyendo. Pero de pronto, me llegó su llamada, estaba muy ilusionada por invitarme a una exposición de arte que habría por la noche en la Casa de las Artes del barrio. Por supuesto que le dije que si, sabía lo muchísimo que a ella le interesaba ver obras de arte, y a mí me gustaba volver a verla ilusionada.

Así que, un poco en situación de emergencias quedé con Reyes para que me ayudara a elegir qué ponerme, ella era la mejor estilista que conocía.

- Ahora entiendo porque Galia se queja de que robas sus sudaderas, literalmente la mitad de tu armario está lleno de ellas.

- Pero ella saben dónde están, y aun no se las ha llevado.- Comenté en mi defensa.

- ¡OH CIELOS!- Exclamó sacando mi vestido verde oscuro de tirantes, con una sutil apertura en la pierna derecha.- Es precioso, definitivamente si es un evento formal debes ponerte este. Además, podemos hacerte el eye-liner a juego del color del vestido, y tus ojos resaltarán, estarás guapísima.- Insistió.

- Y por esto es que eres la mejor estilista del mundo.- Dije con una sonrisa dejando un beso en su mejilla.

Así fue como comenzamos a arreglarme para ir a la exposición. Ricé mi cabello lacio, y ella me maquilló.

- ¿Y qué tal las cosas con Clara?- Le pregunté.

- Ayer nos besamos.- Dijo mientras buscaba la brocha de maquillaje.

- ¿Qué?- Dije emocionada deteniendo lo que estaba haciendo para que me contara todo.

- Bueno, la llevé a su casa, nos estábamos despidiendo, fue un momento muy incómodo porque nos dimos un abrazo, pero ella se tropezó en mis brazos, me quedé mirándola y simplemente nos besamos, tuve miedo a incomodarla así que nos detuve. Después ella entró corriendo en su casa, y no hemos hablado desde entonces.- No quiero que se sienta incómoda a mi lado después de eso...

- Pero ella te correspondió el beso, y es obvio que algo sentís la una por la otra.- Comenté.- ¿recuerdas la charla sobre dejarse llevar por los sentimientos que me diste una vez? Pues ahora yo te digo lo mismo, no pienses demasiado las cosas, sé que tu no quieres hacerla sentir incómoda en ningún momento pero ella puede tomarse tus acciones como un rechazo. Deja que sea ella quien establezca los límites, ahora soy yo la que te digo que vayas tras ella. - La chica me miró con una sonrisa, terminó de maquillarme y tras darme un abrazo fue a hablar con la morena.

Esperaba que mi trabajo como cupido tuviese su éxito. Una vez estuve preparada llegó la pelinegra, y tras mirarme durante un rato se acercó a besarme.

- ¿Por qué siempre que te miro estás tan bonita?- Me preguntó, ella llevaba una camisa blanca que le sentaba de maravilla.

- Mira quién habla. - Respondí con una sonrisa.

En el camino hacia la exposición Lia me estuvo explicando de quien era la exposición que íbamos a ver.

- Son obras de Tiziano Vecellio, él era un artista de la Escuela Veneciana. En concreto, las realizó en el siglo XVI, cuando Venecia era la ciudad sensorial del color.- Me explicó con emoción en su voz.

Sosteniendo tu miradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora