Capítulo 1

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-¡Dracarys! -ordenó la princesa Rhaenyra con un nudo en la garganta, el imponente dragón quemo el cuerpo de su madre y de su hermano varón, Baelon.

El rey, no pronunció palabra alguna, ni visitó a ninguna de sus dos hijas, pero a Aenerys eso poco le importaba, lo único que quería era seguir siendo cargada por su hermana mayor, que parecía enamorada por la belleza de tal bebé, era hija de su madre, y era tan hermosa como ella, en definitiva la sangre de dragón corría por sus venas, era hora de alimentar a la pequeña, así que la doncella tomó a la pequeña de los brazos de Rhaenyra, la pequeña Aenerys lloró y gritó en protesta, tanto como sus pulmones se lo permitieron. La princesa rio por ver el pequeño berrinche que hizo su pequeña hermana.

El rey había sido llamado por su mano de emergencia, quería decirle algo que según él era demasiado importante.

-Mi rey, lamento esto, pero le informo, el príncipe Daemon le pagó a una de las casas de placer en la calle de la seda, para entretener a sus lame botas, -Otto sabía el peso que tendrían sus palabras, quería a Daemon tan lejos de ahí como se pudiera,-Brindó por el hijo del rey, y lo nombró "heredero por un día"

Para Rhaenyra eso dolió tanto como ver a su madre siendo quemada por su dragón, dolió tanto como saber que solo uno de sus hermanitos había sobrevivido, se sentía vilmente traicionada, su tío, al cual quería más de lo que quería admitir (negando que era de forma algo insano) la había decepcionado y roto su  corazón, ella confiaba en él, pero justo en este momento ya no más, eso solo demostraba lo que ella siempre había creído, su tío aparte de canalla era un imbécil sin corazón que solo le importaba el trono de hierro. Sin poder evitarlo, la princesa dejó lo que estaba haciendo y salió de la sala ignorando los llamados de su padre.

Solo quería devuelta a su madre, quería que viera a su linda bebé y estuviera con ellas, pero eso ya no se podría más; a grandes zancadas Rhaenyra llegó a la habitación de su hermana, donde varias doncellas la cuidaban.

-Retírense,-ordenó la peliblanca al entrar a la habitación, quería tener un momento con su hermana, las doncellas obedecieron sin rechistar, dejando a la pequeña Aenerys, en su cuna.

Nyra se acercó lentamente a esta, esperando pacientemente a que las doncellas se alejaran lo suficiente de ahí, para que no la escucharan.

-Mi pequeña hermana,-murmuró en alto Valyrio-Lamento que hayas nacido en estas condiciones, y que tuvieras la desdicha de nacer con mi condición de mujer.

La bebé no entendía absolutamente nada de lo que la más mayor decía, pero si movía sus manos al rostro de la mujer tocándolo con curiosidad.

-No te preocupes, Aenerys, yo cuidaré de ti, y un día volaremos en nuestros dragones.

El rey había tomado una decisión, después de la decepcionante actitud de su hermano, él no sería más su heredero, había perdido tanto tiempo esperando un hijo varón, que no se dio cuenta que la más apta para el puesto, era su hija, Rhaenyra, sería la siguiente reina que se sentaría en el trono de hierro, sería su sucesor sin importarle la opinión de nadie.

Así como él ordenó, Rhaenyra Targaryen fue coronada como heredera al trono de hierro, estaba emocionada y nerviosa, a decir verdad no creía que pudiera con esto, pero si su padre lo creía ella también lo haría, de todas formas, ese puesto le daría un ligero poder para proteger a su hermana menor de todo, como su madre hubiera querido. 

Había pasado medio año desde el nacimiento de Aenerys, y aunque el rey no le prestaba demasiada atención a su pequeña hija, Rhaenyra estaba encantada con su hermana, y en como ella parecía sentir su presencia cuando estaba cerca, y en como hacia pequeños berrinches por su atención, sin importarle mucho su pequeño distanciamiento con Alicent, prefería pasar su tiempo con Aenerys, cantándole canciones en alto valyrio y contándole cuentos, ciertamente sabia que la niña no entendía la mayoría de cosas  que ella le decía, pero, la miraba como si lo hiciera como si supiera que ella era su hermana y que le hablaba en ese idioma solo a ella.

Sangre de DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora