El ambiente después de la retirada del rey de la audiencia, se tornó tenso, e incomodo, la sonrisa de suficiencia de Aegon y Aemond solo hizo que todo se volviera peor, Aenerys les golpeo el estómago, de forma ligera, haciendo que soltaran una risa burlesca y después volvieran a su postura seria. La primera en salir corriendo del salón del trono fue Alicent, seguida de su padre, Otto, la mirada de Aemond se volvió oscura.
-Veré que hacen,-le susurró Aemond, siguiendo a su madre.
Aenerys se volteó hacia su hermana y tío, pero un mareo la descoló de su lugar, y las manos de Aegon la sostuvieron de la cintura, y no la dejaron caer.
-¿Estás bien, esposa?-preguntó con tono preocupado, ignorando las miradas de los presentes, Jace, y Helaena, se acercaron a ella, con apuro.
-¿Estás bien, hermana?-preguntó Helaena, quitando a Aegon este la miró indignado.
-Sí, solo fue, un mareo.-Aenerys ató cabos, llevaba varias lunas sin menstruar, eso significaba una cosa: un nuevo embarazo.
-¿Hermana?-preguntó Rhaenyra, que parecía confusa y angustiada, queriendo acercarse pero a la vez, temerosa. La última vez que se habían visto, no fue en los mejores términos.
-Ahora no,-intervino Aegon,-primero la verá un maestre, después, si ella quiere hablaran.-terminó por decir, mientras tomaba a Aenerys por la cintura para mantenerla firme en el suelo.
Aenerys, fue guiada de forma torpe por Aegon y Jace, quienes no la soltaron ni por un segundo mucho menos dejaron que Daemon o Rhaenyra se acercarán. Los maestres la atendieron con tanto amor y dedicación que, para Rhaenyra se sintió descolocada, toda la servidumbre e incluso la guardia, denotaban preocupación por la princesa del medio. Esto la hizo sentir triste, e incluso melancólica, no recordaba la última vez que alguien que no fueran sus damas de confianza, la cuidaran con tanto amor y delicadeza.
Rhaenyra, quería pelear, defender con uñas y dientes aquello, que su padre le había heredado, pero, al ver que no la quería en el trono, no lo había entendido, pero ahora, que veía a la servidumbre y a la guardia de forma preocupada, como si ella se hubiera preocupado en algún momento por ellos (cosa que no dudaba), y ahora ellos devolvían con fervor el sentimiento.
Daemon miró con detenimiento como su esposa, bajaba los hombros, y se relajaba, era algo que hacia mucho tiempo, no veía, ¿tan malo era tener la corona? ¿el trono? Él no se había sentido así, cuando fue heredero, mucho menos ahora, que estaba a punto de ser rey consorte, y tenía las dos cosas que más quería, a su sobrina Rhaenyra y su trono.
Aenerys, tomó el té que le habían traído, y en un momento la realidad la golpeo con fuerza, su padre había dado un comunicado oficial y su ceremonia sería mañana mismo, sería la futura reina de los Siete reinos, protectora de todo, el trono era suyo ahora, tanto por querer como por herencia, se lo merecía maldición. Trabajó duro para ganárselo, aprendió de política, economía, y de historia; era buena con la espada, aunque se le hacia pesada, tenía una buena puntería, y era diestra y elocuente con el habla. Un suspiro de alivio abandonó sus labios, estaba incrédula, pero a la vez, feliz.
-¿Entonces, maestre? ¿De cuanto estoy?-preguntó Aenerys, una vez Aegon y todos a su alrededor se fueron.
-¿Si sabía que estaba embarazada?
-No, pero lo sospechaba, los mareos, antojos, y bueno, lo demás.-el maestre la miró interrogante, pero no dijo nada.
-Sí, al menos de unas dos lunas, pero, le recomiendo que se cuide y que no haga demasiados esfuerzos, mucho menos se lleve emociones fuertes.
-Claro, gracias, por cuidarme tanto, Maestre.-la sonrisa que le dedicó Aenerys al maestre fue genuina, y amable.
-Siempre será un placer cuidar de usted, mi princesa.-Aenerys le sonrió y tomó el último trago de su té, y se retiró Aegon estaba fuera de la puerta como animal enjaulado, esto la hizo sonreír.
ESTÁS LEYENDO
Sangre de Dragón
Fiksi PenggemarBaelon Targaryen el heredero por un día, no venía solo, había una niña que sobrevivió al doloroso parto de su madre, a la muerte de su hermano mellizo, y a la burla de su tío. Aenerys Targaryen desde su primer día nació luchando, y probablemente mor...