Aenerys, segunda princesa del rey Viserys, y la reina Aema, apodada la duquesa de la calle de seda, domadora del poderoso dragón Caníbal, leal a su hermana Rhaenyra, justo ahora se encontraba en su habitación, con los ojos acuosos y el corazón partido por la mitad, la mujer que la crio y trató como si fuese su hija, había muerto; en extrañas circunstancias, Sir Urko, no le permitió ver el cadaver, por como quedó su rostro.
-Princesa, debería comer algo,-sugirió el Sir en su puerta, la princesa negó, parecía un fantasma que orbitaba cerca de la ventana, pálida, con gigantescas ojeras.-Al menos deje que alguno de sus hermanos entre,-ella volvió a negar.
Llevaba dos semanas de haber vuelto de la fortaleza roja, y se había encargado de cuidar al príncipe menor Aemond, pero justo ahora, no tenía ganas ni de mirarse a un espejo.
-Lo único que quiero es volar en Caníbal o a Lena devuelta, si no puedo hacer o tener alguna de esas cosas no quiero nada.
-Sabe bien que el rey ordenó no dejarla volar en estas condiciones.
-Le ordeno que haga silencio Sir, o en su defecto que se vaya.
-Como ordene princesa.- el Sir, de mala manera abandonó los aposentos de la princesa, dejando a la peli blanca con un mal sabor de boca, nunca le había hablado así ni ordenado nada de esa forma, pero justo ahora no estaba en condiciones de ser la persona gentil de siempre.
Cuando el cielo se tornó negro, y la luna llena iluminó la estancia de la princesa, la puerta fue tocada, y por ella entró la mano del rey, para Aenerys esto solo hacia que empeorar su día, ella solo quería estar sola, poder procesar, el que no perdió a una si no a dos de sus madres.
-Princesa, sus hermanos le comentaron al rey que no ha comido ni a salido de sus aposentos, y por las malas condiciones del rey, me ha enviado a verificar que s encuentre bien,-su voz neutra, y sin pisca de preocupación, le recordó a Aenerys quién era él.
-No se regodee tanto Lord Otto, todavía estoy entera.
-¿Por qué me rodearía de su mal, princesa? Es la futura esposa de Aegon, y sé bien que cuidó de mi hija en mi ausencia, por lo cual le estoy agradecido.-Aenerys lo miró por un momento detallando de lo que si decía era cierto o pura manipulación.
-No e necesario ser cordiales Lord, sé que no soy de su agrado, y que mi bienestar no le importa en lo absoluto, así que agradecería que se retirara de mi habitación.
-¿Y que le diré al rey respecto a su estado?
-Que estoy bien, soy una Targaryen rendirme ante el dolor no es algo que nosotros hagamos; solo sépalo Lord, me vengaré de aquel ser que haya dañado a Lena.
-¿Tiene alguna sospecha, princesa? -Aenerys se levantó de donde se encontraba y enfrentó al Lord, que la miraba como si ella fuera insignificante ante él.
-Nada que se pueda verificar, pero no se preocupe llegaré a quién lo hizo, y a quién lo ordenó, y esas personas arderán bajo el fuego de mi dragón,-la peliblanca vio como el Lord traó grueso, intentando controlarse.
-Téngalo por seguro majestad, si encuentro quién hizo tal atrocidad, lo traeré yo mismo ante usted.
Aenerys sonrió, y aprovechó esto para salir de su habitación dejando a la mano del rey solo, mientras ella, sin vigilancia alguna, ni siquiera de sus doncellas, salió de la fortaleza roja. Podía sentir que entre más se alejaba de esta, podía dejar salir su debilidad, las lágrimas que había retenido se desbordaron de sus ojos, mientras ella apresuraba el paso, solo quería volar con Caníbal, y podía sentir al dragón intranquilo, y él también podía sentirla. No importa que no haya nacido para ella, el vinculo jinete-dragón, se hizo fuerte, como si fuera el destino quién los juntó.
Aeneys no notó cuando dejó de caminar y empezó a correr, solo quería a Caníbal, el único leal a ella, a sus creencias y a lo que eran juntos, con Caníbal podía ser ella, y no una sombra. A lo lejos se pudo escuchar el poderoso gruñido del dragón negro, quién de imprevisto, quemó a sus cuidadores que intentaban tenerlo dentro de la fosa, tanto él como Aenerys podían sentir la desesperación del otro, Caníbal solo quería proteger a su jinete, sin importarle el costo. El gran dragón voló encontrándose a Aenerys corriendo hacia la fosa, bajó en picada, cayendo unos metros al frente de la llorosa niña.
-¡Caníbal! -gritó la princesa, mientras lloraba, llegando al dragón, por el bullicio los guardias fueron alertados, Caníbal había sido visto fuera de la fosa, y la princesa no estaba. -¡Ella ya no está! ¡Ya no la veré más! -lloró la peliblanca mientras abrazaba al dragón.
Sus gritos inundaron el camino y pronto el dragón fue rodeado por los guardias, quienes veían asustados a la bestia negra, que protegía a la chica con sus alas, mientras gruñia para mantenerlos alejados; Aenerys poco le importaron los soldados, ella solo quería volar tan lejos de todos, de su deber, de sus hermanos, de su familia.
-¡Princesa! -gritó el Sir que la reguardaba, -¿Se encuentra bien? -preguntó sin obtener respuesta alguna, más que el gruñido de la bestia.
-Solo quiero volar, Caníbal,-murmuro la chica mientras sollozaba, el dragón como si entendiera lo que ella quería, bajó sus alas, para dejarla subir a su montura, la princesa subió tan rápido como pudo, ignorando las llamadas de su Sir. -¡Vuela para mí, Caníbal!
Mientras, el gran dragon retomó su vuelo, Aenerys no dejó de llorar, estaba furiosa, triste, decepcionada, confió en que era lo suficientemente inteligente como para cuidar de los suyos, logró salvar al padre de sus sobrinos pero no pudo salvar a la que veía como su madre, del destino que todos los cercanos a los Targaryen tenían. Un grito desgarrador salió de la garganta de Aenerys, quien con confianza se soltaba de la montura para sostener su cabeza.
-¿Por qué? ¿Por qué no puedo tener una madre? -gritó a la nada, casi como un gruñido, haciendo que su dragón gruñera con ella.
El dragón sobre voló por horas, hasta llegar a las Catorce llamas, donde se encontraba la antigua Valyria. Caníbal, descendió hasta quedar en un risco donde guardó reposo hasta que Aenerys por fin levantó la mirada hacia donde su dragón la había traído.
-¿Antigua?-murmuró sin creerlo, escombros de una civilización se presentaba frente a ella, -¿Por qué? -apartó la mirada hacia su dragón que parecía desinteresado,-escuché sobre ella, pero nunca pensé verla. Amaría que Lena estuviera aquí conmigo.
Corto pero con amor, me disculpo de ante mano por lo que va a pasar a continuación pero 100% necesario, sufrir es crecer ¿no?
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Sangre de Dragón
FanficBaelon Targaryen el heredero por un día, no venía solo, había una niña que sobrevivió al doloroso parto de su madre, a la muerte de su hermano mellizo, y a la burla de su tío. Aenerys Targaryen desde su primer día nació luchando, y probablemente mor...