Sangre de Dragón

Capítulo 8

El tiempo pasó rápido, el lazo entre jinete y dragón se fortaleció, Caníbal era un gran dragón, imponente y leal a su jinete, Aenerys, de ahora once años montaba en su dragón junto a Aegon de nueve, Caníbal era lo suficientemente grande para llevarlos a ambos, Aegon todavía no montaba a su dragón, quería esperar a que el dragón fuera más grande, Aenerys lo entendía, y amaba montar junto a Aegon, era un sueño; quería también montar junto a Rhaenyra, pero esta bajo su condición, no la dejaban montar: su embarazo estaba demasiado avanzado, su primer embarazo, el primer nieto de Viserys, y el primer sobrino de Aenerys, eso le hacia demasiada ilusión.

Antes, pensaba que su hermana la dejaría cuando tuviera hijos, pero pasó todo lo contrario, se convirtió en su protectora, y en la de su sobrino no nato, Aegon hacia pequeños berrinches por el tiempo que Aenerys pasaba con Rhaenyra, no quería que su hermana favorita pasara tiempo con nadie más que con él, ni siquiera con Helaena, Aenerys pensaba que sus celos eran demasiado tiernos.

-¿Bajamos? -preguntó la princesa a su hermano, que negó, quería seguir volando junto a ella,-¿Qué te parece si bajamos, y vamos a comer pastel? Mañana volveremos a volar.-medió Aenerys, amaba volar, pero también tenía hambre y ganas de estar con Rhaenyra; Aegon asintió poco convencido, sabía que sus palabras tenían algo de trampa, pero la palabra de su hermana era ley. 

Le ordenó al dragón bajar hacia la fosa, donde ya un carruaje los esperaba.

-Te traeré un par de ovejas después, Caníbal, no intentes comerte ningún huevo, por favor.-habló la jinete a su dragón, acariciando su hocico, el dragón aceptó gustoso el mimo, pero, no le gustaba que su jinete no le permitiera comer su más delicioso aperitivo.-Vamos, Aegon,-habló la chica alejándose del dragón, mientras su hermano la abrazaba por la cintura, deseoso de seguir cerca de ella, Aenerys aceptó el abrazo, y besó su cabeza, ambos caminaron juntos hacia el carruaje.

-Sir, ¿todo bien? -se burló de la cara de alivio de Sir Urko.

-Ahora sí, su majestad.-subió junto a Aegon, al carruaje, dirigiéndose a la fortaleza roja.

Aenerys, tenía toda la intención de ir junto a Aegon a comer pastel, pero la noticia de que su hermana estaba en labor de parto, interrumpió sus planes.

-Escucha, hermanito, te prometo compensarlo, ahora Rhaenyra me necesita, ¿lo entiendes? -el seño de Aegon se frunció e hizo un leve puchero,-Aegon, por favor, ella la esta pasando mal justo ahora, después de que ella tenga a su bebé, te prometo, que me tendrás para ti todo un día.

-¿Todo un día? -vio a Aegon pensar su oferta, mientras Lena los veía con una sonrisa burlona, ella bien sabía que Aegon era muy caprichoso,-Bien, pero nada de mis demás hermanos, y harás lo que yo quiera.

-Bien, ¿ahora me puedo ir? -preguntó ella, mientras su hermano menor asintió. Aenerys corrió hacia la habitación de su hermana, de donde salían fuertes gritos.

-¿Esta Leanor con ella? -Lena negó, nadie había visto a Leanor desde temprano, Aenerys podría suponer donde se encontraba.-Aquí vamos,-nunca había estado en un parto, pero se oía doloroso.

Al entrar a la habitación, la imagen de su hermana en la cama sudada fue lo primero que vio, el grito de la princesa Rhaenyra, la sacó de su sorpresa y se acercó a ella, para tomar su mano.

-Lo haces bien, Nyra.-alagó Aenerys, ella no quería pasar por eso, en definitiva.

-¡No quiero hacer esto! ¡Duele mucho! -gritó la mayor.

-Puedo imaginar que sí, un bebé enorme esta intentando salir por un orificio muy pequeño.-murmuró la chica recibiendo una mala mirada de su hermana,-Lo siento, lo siento, no ayudo.