Capítulo 29

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El tintineo de las campanitas colgando en las ventanas, el sonido de los caballos, y caballeros servidores de la corona, ciertamente tenían aturdidos a los pequeños de la fortaleza roja, todo el día durante varios días, vieron como sus padres caminaban de acá para allá, acomodando y ajustando fichas, "no salgan sin la protección de mis Sir", fue la orden clara de su madre, pero, ¿que iban a saber ellos de lo que sucedía? Veían a sus dos primas gemelas, de tan solo unos meses dormidas en las cunas cuidadas por las doncellas, ya que las amamantadoras se habían ido. Para Baelon esto fue como una oportunidad, tanto él como sus hermanos querían saber que sucedía, el porqué de tanto ajetreo. En el salón del trono se orquestaba una audiencia, a la que ellos por ser tan pequeños, no eran invitados, pero sin que nadie los viera, se escabulleron.

Al ser pequeños de estatura, les fue fácil colarse por detrás de las doncellas y caballeros, y entrar a un pequeño pasillo, que los llevaría a una sala secreta dentro del propio castillo, que tenía vista hacia el salón donde tenían una vista perfecta de lo que sucedía. Aenerys tuvo una corazonada cuando se colocó al frente del trono, viendo directamente a todos los presentes, esperando silencio, y manteniendo a raya tanto a la reina y a la mano, sus esposos se mantuvieron a cada lado de su madre, para no dejarla moverse. La princesa menor, miró hacia su derecha, donde en alguna ocasión ella misma se escondió para escuchar las audiencias en las que no era invitada, y por inercia se llevó un dedo a los labios, y los sello, dejando en claro, que debían hacer silencio. Sus al verla mirarlos, se asustaron, ella no podía saber que estaba ahí ¿o sí? En realidad, eso no importaba mucho, solo importaba que lo que les decía.

-Empecemos,-habló Aenerys, llamando la atención de todos,-a petición del rey Viserys, mi padre, yo guiaré la audiencia solicitada por usted Vaemond Velaryon, sobre la sucesión de Marcaderiva, y del título de señor de las mareas.

Para los tres menores, fue impactante escucharla, nunca la habían visto seria o siquiera realmente molesta, siempre tenía sonrisas que regalarles, y palabras que terminaban en canticos dulces; también les sorprendió ver a su tío Jacaerys lejos de su tía Helaena, estaba con los que ellos suponían eran sus hermanos, por su físico lo dedujeron.

-Con su permiso, mi princesa, sigo discrepando respecto a eso,-habló Otto Hightower,-no creo que usted sea la indicada para ello.

-Me impresiona Lord Mano, ¿llevará la contraria a las ordenes de su rey?-la arrogancia poco conocida por los demás Targaryen los asombró.-les recuerdo a todos los presentes que el que yo este aquí, incluso con mi segun ustedes desagradable condición de ser mujer es porque me lo he ganado, y el rey me respalda, dudo que usted mismo quiera irse en contra de su rey ¿no es así lord mano?

-Por supuesto que no, mi princesa.

-Bien, si nadie más tiene algún problema con mi presencia, me gustaría iniciar esta audiencia rápidamente,-explicó la ahora conductora de dicha audiencia, mientras repasaba con la mirada a cada integrante en la sala, ninguno dijo nada,-Vaemond Velaryon ¿quiere explicarnos a que se debe esta insistente audiencia?

-Princesa, la historia de nuestras casas más allá de los siete reinos hasta los días de la antigua Valyria, mientras la casa Targaryen ha gobernado los cielos la casa Velaryon ha gobernó los mares, con la caída de Valyria nuestras casas se volvieron las últimas de sus clase , nuestros antepasados llegaron, a esta tierra sabiendo que, si fallaban, significaría el fin de sus nombres y de nuestras líneas de sangre. Yo he pasado toda mi vida en DIriftmark, defendiendo el caño de mi tío, soy el pariente más cercano de Lord Corlys, su propia sangre. La verdadera e impecable sangre de la casa Velaryon corre por mis venas.

-Cómo lo hace por la de mis hijos, los frutos de Leanor Velaryon,-intervino Rhaenyra.-Si le importa la sangre de su casa, SIr Vaemond, no sería tan atrevido para suplantar a su legítimo heredero. Usted solo habla por si mismo y su propia ambición.

Sangre de DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora