Capítulo 25

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-Aenerys,-llamó Rhaenyra mientras los más jóvenes se iban a acostar,- quisiera hablar contigo a solas, llevamos mucho tiempo separadas ¿no?-Aenerys asintió entusiasmada.

Daemon las miraba charlar animadamente, mientras él se mantenía al margen, no creía necesario el intervenir después de todo, sabía bien que Aenerys era inofensiva o eso quería creer.

-Dime, hermana.-Aenerys tomó asiento frente a la chimenea, mientras Rhaenyra tomaba asiento frente a ella.

-¿Ah que se refería Baela de quién es el padre?-fue directo al punto, sin rodeos, haciendo que Aenerys se tensara de inmediato, su ceño se frunció, y maldijo por lo bajo a Aegon y a Aemond, si no fuera por ellos no estaría en esa situación.

-En realidad no lo sé,-mintió,-supongo que creyó que en realidad yo no tocaría a Aegon ni con un palo.-explicó sin mirar directamente a Rhaenyra, solo veía las llamas de la chimenea.

-¿Segura de eso, sobrina?-intervino Daemon, acercándose a Rhaenyra al verla tan tensa, no debía de estarlo, después del parto lo que lo hizo preocuparse.

-Por supuesto.

-¿Él fue abusivo?-preguntó Rhaenyra ignorando el rostro enrojecido de Aenerys, parecía más avergonzada de lo que ella esperaba.

-¿Daemon es abusivo contigo, hermana?-devolvió Aenerys viendo como los colores se le subían a Rhaenyra y Daemon soltaba una risa burlesca, ciertamente ellos no sabían que ella no se podía quedar callada, ni aunque le fuera vergonzoso.

-No cambies el tema hacia mí Aenerys, solo estoy preocupada.

-No deberías, Aegon es demasiado..-intentó explicar Aenerys, pero no encontraba una palabra adecuada ¿sumiso?¿suave?¿ingenuo? Ninguno sonaba bien pero debía escoger antes de que a Rhaenyra le saltara una vena de preocupación,-suave, si él es suave.-se decidió viendo como la ceja de Daemon se alzaba incrédulo. Por supuesto, habían visto las marcas, pero era verdad, Aegon no las hizo, fue Aemond, quién si es duro, Aegon era muy opuesto a él.

-¿Entonces?-volvió a preguntar Rhaenyra, queriendo saber quien dejó tantas marcas, para Aenerys era no solo incomodo, si no que la dejaba expuesta, todo su plan de mantener su relación para nada sana que tenía con sus dos hermanos menores.

-Bueno, eso es complicado,-murmuró Aenerys,-En todo caso no entiendo porque eso es importante, estoy bien, y en general fuera de Otto todo iría bien, incluso creo que ustedes podrían volver a la fortaleza.

-¿Volver?-se burló Rhaenyra, ciertamente Aenerys solo quería desviar el tema, y parecía que había funcionado,-Con Alicent ahí, dudo que podamos volver.

-¿Por qué?

-Ella no es de nuestro agrado, y nosotros no somos del agrado de ella, por lo que dudo que se pueda vivir en paz en ese lugar,-Aenerys rodó los ojos.-¿Que es esa reacción?

-Dudo que tengas que hacerla tu enemiga,-habló Aenerys,-el enemigo es su padre, ella es solo un títere que no sirve para nada más que para obedecer, servir, es una niña herida.

-La conoces muy bien,-habló Daemon.

-Me he encargado de ello, sí, además de mantenerla al margen de ciertas actividades políticas que nuestro padre, me ha mandado.

-¿Cómo cuales?

-Planea enviarme al norte, a hablar con los Stark, creo que serían un buen aliado, no solo eso, mantendrían a los Hightower al margen de todo lo que sucede en el norte, y sobre aquellos, que seguirían a cualquiera que no fuera un Targaryen.-explicó Aenerys, quería mantener en secreto su deseo, su sueño, y ciertamente los Stark serían un aliado valioso.

Sangre de DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora