Capítulo 23

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Aegon se encontraba somnoliento, le palpitaba la cabeza, y se sentía acalorado, un cuerpo muy caliente y cómodo le impedía ver si era d día o de noche, aunque en realidad no le importaba mucho, estaba cómodo, aún así sus piernas estaban frías, y quería esconderlas, pero por su posición, no podía, así que empezó a removerse, solo quería estar 100% cómodo.

-Aegon deja de moverte, quiero dormir 5 minutos más.-regañó Aenerys, quién de verdad estaba cansada.

-Déjame acomodar las piernas,-murmuró Aegon sintiéndose tonto por no recordar como habían llegado a dicha situación, y porque él la abrazaba mientras tenía su cara, en los pechos de ella, como un bebé.

Aenerys enredó sus piernas con las de Aegon para que el menor dejara de quejarse, era como un pequeño mimado, pero ahora se encontraba muy despierta, solo que no quería matar el momento con él, por lo que no se levantaba, así que acarició su cabello blanco suave, mientras Aegon restregaba su rostro en el pecho, soltando lo que le parecería un ronroneo, por lo cómodo que estaba.

-Te estoy mimando mucho,-murmuró la chica, dejando un beso en la cabeza del menor.

-No me trates como a un niño.

-Anoche no te quejabas de ello.-se burló la mayor, viendo como las orejas de su hermano menor se le ponían rojas.

-No sé de que hablas,-refunfuñó el menor.

-¿Me vas a decir que no recuerdas nada? -se enfadó la chica soltándolo, mientras tapaba su cuerpo con la sabana, Aegon se incorporaba molesto, y quedaba al descubierto su torso desnudo, ni siquiera se había dado cuenta de que estaba desnudo.

-¿Por qué te molestas? Yo debería de estar molesto.

-Porque se supone anoche lo solucionamos, y la pasamos bien, pero al parecer, soy alguien fácil de olvidar,-fingió enfado, mientras se quitaba la sábana para levantarse, pero, Aegon no la dejó, volvió a quedar acostada en la cama, mientras tenía a Aegon encima de ella, acostado en medio de sus pechos, y recostado.

-Lo siento, pero, estaba muy ebrio y molesto.

-Te dije que tenías que dejar de beber así.

-Lo lamento mucho, estaba molesto y no sabía que hacer.

-Ayer hablé con Aemond..

-Y hablas del maldito tuerto,-murmuró Aegon interrumpiéndola.

-No le digas a Aemond, es tu hermano, merece respeto.-Aegon no dijo nada, e hizo un movimiento de cabeza, para que ella siguiera hablando,-te diré lo que le dije a él, no me siento cómoda hablando de lo que tuve que hacer esta semana, no fue agradable, sin embargo era necesario para mi plan.

-¿Plan que compartirás conmigo?

-No, no es el momento adecuado, Aegon.

-¿Y seremos excluidos siempre de tus planes?

-No, de hecho el siguiente paso los incluye, son parte esencial del mismo.

-¿Así y de que se trata? -preguntó curioso Aegon, apretando ligeramente los pechos de Aenerys como si fueran almohadas, destinadas para su relajación.

-Deja de tocarme, Aegon, no me dejas ni hablar.

-¿Por qué? Me gustan mucho, la verdad, son suaves y caben perfectamente en mis manos y boca.

-Eres un descarado.

-Y tú te aprovechaste de mí, en mi estado de ayer.

-Lo que tú digas.

-Princesa Aenerys,-llamaron a la puerta, haciendo que Aegon gruña, en protesta,-La reina requiere su presencia en el patio principal, para desayunar.-inmediatamente Aenerys se incorporo, era parte de su plan, no podía distraerse con Aegon con esta oportunidad.

Sangre de DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora