Capítulo 6

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En este momento, Aenerys deseaba haber ido con su hermana a Marcaderiva, quería conocer al sujeto con el que su hermana se iba a casar, pero, su padre no lo permitió. Ahora veía por las ventanas como Alicent Hightower, se despedía de su padre, Otto había sido expulsado por su padre, a petición de su hermana, para ella eso era mejor entre más lejos se mantuviera estaría mejor con sus hermanos y con la reina Alicent, que ahora lloraba, por un momento sintió pena, ella también sabía que era perder un padre, o una madre.

En sus primeros años de vida, extraño a su padre a muerte, y ahora que tenía una mejor relación con él, que se lo quitaran debía de ser doloroso, así que entendió un poco el dolor de la reina, perder a su madre, era algo de lo que no te recuperas, el perder a su padre, sería algo que tampoco haría.

Podía verlos abrazarse, y por fin Otto Hightower irse en su caballo, dejando a la reina llorando, un nudo se instaló en la garganta de Aenerys, era demasiado empática con las personas que lloraban. Vio a la reina entrar de vuelta a la fortaleza roja, y no pudo evitar querer verla, así que sin Lena la viera, se dirigió hacia la habitación de la reina, esperó paciente a que ella entrara.

-¿Que hace aquí, princesa Aenerys? -intentó no sollozar al hablarle, pero sabía que no podía evitarse.

-Lamento lo de tu padre.-habló bajito la princesa, Alicent se sentó en uno de los sofás cerca de la ventana.

-¿Por qué? Sé que no te agrada ni a tu hermana.-gruño la reina aún llorosa.

-Sí, tiene razón, no me agrada, ni un poco,-admitió la niña, mentir no estaba en sus genes,-pero, también sé lo que es no tener a un padre cerca, y eso debe de doler, reina.-terminó por decir acercándose a ella, y subiendo al sofá sentándose al lado de la reina.

-Fue por tu hermana,-murmuró con resentimiento,-como venganza por lo que se sabía.

-Le diré algo, majestad, es de verdad Daemon no la tocó, se fue con una de sus chicas, Mysaria, si no mal recuerdo, yo se lo aseguro, reina, ella no mintió y tampoco dejaría que su padre se alejara de su amiga.

-¿Cómo lo sabes? -Aenerys le sonrió en respuesta.

-Me llevo muy bien con la servidumbre, majestad.-sin esperar respuesta, la niña abrazó a la reina, por la cabeza, poniéndose de pie en el sofá para estar más alta que la reina, y dejar su cabeza en su pecho, acarició su cabello con inocencia,-lamento que tengas que sufrir, reina Alicent, y más lamento el no poder ayudarte con eso, tal vez soy muy pequeña para entenderlo bien o poder hacer algo, pero le ofrezco mi amistad, para que no se sienta sola sin su padre aquí.

La reina, sin creerlo del todo, abrazó a la niña con fuerza, ella no tenía la culpa de nada de lo que pasaba, y era demasiado inocente ofreciéndole su amistad, y un abrazo como consuelo por su perdida, no pudo evitar volver a llorar mientras la niña acariciaba su cabello, la había visto hacer lo mismo con Rhaenyra y Aegon, pero nunca pensó que lo haría con ella también. Cuando por fin dejó de llorar sentó a la niña en su regazo, y le sonrió de forma genuina.

-Gracias, princesa Aenerys.

-Dime Nerys.

-Gracias Nerys, acepto y atesoraré por siempre tu amistad,-habló la reina besando las manos de la princesa.-Tu madre estaría muy orgullosa de ti.

-¿De verdad? -los ojos de Aenerys brillaron como pequeñas perlas violetas, cuando mencionó a su madre.

-Sí, sin duda, eres muy parecida a ella.

-¿La conociste?

-Así es, Nerys, y créeme que ella te hubiera consentido y amado demasiado.-Nerys sonrió por lo anterior dicho, y abrazó a la reina aun sentada en su regazo.

Sangre de DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora