Seven

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La albina cantaba en alto bailando sobre sus sofás bajo la vista extrañada de sus gatos, a pesar de su horrible comienzo de día este mejoró considerablemente gracias a dos seres totalmente inesperados. En lugar de desperdiciar las bebidas y demás cosas que compró, se las estaba comiendo mientras terminaba de retratar las gardenias blancas que compró junto a los demás tipos de flores, a medida que pasaba el pincel con habilidad afinando detalles iba recordando algunas cosas que se solían decir sobre estas flores;
La espiritualidad como significado de las gardenias era de los más importantes, y se traducía a paz, amor y pureza. Se cree que puede atraer energías purificantes al espacio donde se encuentren, armonizar y expandir el amor y cariño. Además de su atribución de “Amor Secreto” otorgado por el libro El Lenguaje de las Flores.

—Mi único amor secreto podrías ser tú en este momento –Canturreó sonriente mirando a su gata mayor antes de tomarla en brazos contra su voluntad para llenarla de besos, podrían llamarla loca pero eran su única compañía desde hace años y no podía verse sin ellos—.

Pronto el sonido del timbre interrumpió lo que hacía, se sintió confundida pues no esperaba a nadie a esa hora en que el cielo estaba casi oscurecido pero de todas maneras bajó un poco el volumen de la música para acercarse a abrir, notando que se trataba del carmesí que tenía una mueca que mezclaba seriedad e incomodidad.

—¡Hola! –Saludó la más baja de manera alegre ya algo dejada a llevar por las cervezas que se había bebido previamente en medio de sus bailes extraños, además que había dejado de sentirse intimidada—.

Reich no dijo nada y sólo le extendió una bolsa negra acartonada que tenía algunos detalles holográficos que la albina apenas pudo alcanzar a sostener sin tener idea de porqué le estaba dando algo, pero nuevamente este se ahorró las palabras y se giró para caminar hacia su departamento pasando por la oscuridad del pasillo. A lo que la joven extrañada solo se quedó viendo unos momentos antes de bajar su mirada hacia la bolsa, esta contenía una tarjeta simple con la inscripción “Feliz Cumpleaños”, varios frascos pequeños de pintura junto a un estuche de pinceles completo y también un bloque mediano de arcilla blanca con las herramientas para moldearla a mano.

—Pintura neón… que brilla en la oscuridad.. –Apenas acabó de leer la etiqueta cuando soltó un chillido comenzando a saltar de manera infantil, el mayor ya había cerrado su puerta por lo que lo único que le quedaba por hacer era entrar al suyo a buscar alguna maceta desocupada para comenzar a pintarla desbordando su emoción—.

• • •

Durante la mañana los ladridos de Alphonse lo despertaron bufando, pues este lejos de avisarle sobre algún peligro solo estaba molestando a las aves que se posaban en las barandas del balcón a descansar, pero no tenía nada mejor que hacer así que decidió levantarse para sacarlo a pasear antes de hacer el desayuno. Aún era bastante temprano por lo que se vistió con algo sencillo, como siempre en tonos oscuros, saliendo a la entrada para tomar la correa del can gris que movía su cola con rapidez, aunque el de esmeraldas se detuvo antes de dar el primer paso fuera pues algo llamó su atención haciéndolo descender su mirada hasta el suelo en donde notó había una maceta pequeña con brotes de Manzanilla Alemana, que emanaban un aroma relajante.

Se inclinó para levantarlas, notando que su maceta ónix tenía una delicada cinta de tela blanca rodeándola y múltiples estrellas pintadas en desorden con distintos tamaños, además de un “Gracias..” escrito en cursiva de manera impecable a un lado bajo el lazo. Siendo la segunda vez que recibía algo en su puerta no tenía que deducir mucho de dónde venía, así que instintivamente su vista pasó por el pasillo vacío y silencioso hasta dar con la última puerta de decoración colorida tras la que no podía percibir movimiento por lo que la humana tal vez seguía dormida o en aquel empleo que mencionó durante la discusión con su madre. Recuerdo específico ante el que frunció el ceño negando un par de veces para desaparecerlo antes de disponerse a ubicar las Manzanillas junto a sus demás macetas cercanas al balcón al que no se acercaba del todo. Entonces finalmente llamó al elevador y esperaron a que este llegase para así poder acabar en el vestíbulo convenientemente vacío para poder caminar hasta el parque sin mayores molestias que la capucha que debía usar, aunque no era obligatorio que se cubriera como si tuviera lepra.. descubrió que eso hacía más fáciles sus incursiones a la calle.

Siendo un día Lunes sabía por costumbre que el tricolor descansaría hasta medio día, por lo que al terminar sus actividades en el gran parque, decidió encaminarse a la antigua mansión que había sido su hogar durante décadas antes de acabar por otras más en el infierno, habían algunas flores que solía cuidar en el jardín que esperaba recuperar pues la mudanza inesperada o más bien desalojo que orquestó el de gafas no le dio tiempo de nada.

RUBRUM (T.R × Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora