Fourty Two.

614 97 60
                                    


Agatha lavó sus manos y acomodó cuidadosamente su cabello antes de de sacudirlas del exceso de agua mientras se miraba en el gran espejo del baño, suspiró con una sonrisa en sus labios rojos, contra todo pronóstico la noche había estado transcurriendo increíble para su grupo y hasta Imperio se había animado a bailar con ella luego de Reino. Tras darse un último vistazo suspiró y salió del baño, aunque apenas pudo dar un par de pasos antes de que su espalda chocase dolorosamente contra una de las paredes del pasillo, al levantar su vista inmediatamente palideció encontrándose con la sonrisa cruel y burlona del Soviético

—Kuda ty sobiralsya idti, malen'kaya suchka? –Una risa baja del escarlata fue suficiente para helarle la sangre a la humana, incluso el poco personal presente en el pasillo optó por desaparecer en ese momento—.

(¿A dónde creías que vas, pequeña perra?)

—Suélteme –Ella habló rápidamente con tono nervioso, tratando de observar a los lados por si alguno de sus conocidos estaba cerca, en ese caso al menos podría atreverse a gritar—.

—Kazhetsya, ty ne ponyala svoyego mesta, malen'kaya chelovecheskaya shlyukha. Zdes' nekomu prismatrivat' za tvoyey zadnitsey. –URSS deslizó su mano desde la pared hasta el cuello de la joven, comenzando a apretar lentamente, disfrutando el pánico en los ojos de esta al usarla como venganza para herir al ex fascista con algo que realmente parecía importarle—.

(Parece que no has entendido tu lugar, pequeña prostituta humana. No hay nadie para cuidarte el culo aquí.)

Bebiendo whisky cerca de allí, el oído del americano captó un sonido extraño para una reunión como lo era la gala, apartando la vista de más hermosas mujeres que lo rodeaban buscando su atención se centró en el pasillo oscuro donde estaban los baños. Su ceño se frunció ligeramente mientras intentaba afinar su audición separando aquél ruido de la música en el salón, cuando pudo distinguir el sonido de asfixia dejó su copa en la fuente de un camarero que iba pasando y sin decir palabra comenzó a caminar en esa dirección, más rápidamente cuando distinguió al de hoz y martillo acorralando a la delicada figura femenina albina que le era conocida.

—What the fuck are you doing?, fuck, let her go –Gruñó acercándose pero sin tocar al aludido, a pesar de que el rostro de la humana se estaba poniendo pálido por la falta de aire—.

(¿Qué mierda estás haciendo?, Carajo, suéltala)

El norteamericano apenas pudo abrir la boca para intentar decir algo más cuando una ráfaga desde su espalda golpeó directamente al más alto, URSS cayó al suelo con algo de fuerza algo igual que el cuerpo débil de la joven desorientada por la falta de aire.

El gruñido emergido del pecho del carmesí fue más que animal, sus colmillos estaban fuertemente apretados y sus ojos abiertos como si estuviese fuera de sí, sin embargo el eslavo no perdió tiempo antes de empujarlo con fuerza dándole un puñetazo que mandó al de esvástica casi fuera del pasillo, pero las cosas no se detuvieron ahí y retomaron el intercambio de golpes con mucha más fuerza que aquella ocasión en el departamento de Berlín.

—Fuck! –Soltó América sin saber qué hacer, bien podría intentar meterse para tratar de mantener la gala bajo control o dejar que se mataran entre ellos luego causando un escándalo que seguramente se filtraría a la prensa por culpa de algún imbécil soplón—.

La albina intentó gatear para alcanzar a Reich luego de comenzar a escuchar los gritos de la gente cuando el ruido de múltiples copas cayendo y golpes fuertes comenzó a opacar la música del lugar, la gente se alejó rápidamente de donde el comunista estrelló con fuerza al azabache contra una mesa rompiéndola por la brusquedad, a pesar del dolor de los golpes la adrenalina causada por el enojo del germano mayor que a ciegas tomó un plato y lo rompió contra la cara de su mayor enemigo. Logrando aturdir al más alto usó ambas piernas para patearlo en el pecho seguido de un puñetazo que hizo a URSS alejarse algunos pasos dándole espacio al más bajo, que cegado por su ira tomó un tenedor y lo clavó en el cuello ajeno.

RUBRUM (T.R × Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora