Twenty Two.

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Tanto Dritte como la albina comían tranquilamente el almuerzo, el cual era carne asada con patatas al horno, por lo que casi ni se separaban de sus platos al estar devorando la exquisitez.

-Por cierto, Dritte.. mañana no podré acompañarte, tengo que dar una clase en la mañana y otras dos luego del medio día, lo siento.. -La de ojos cafés lo miró ladeando un poco los labios con pesar mientras encogía los hombros, tal vez debería tomarse unas vacaciones o.. ¿Renunciar?-.

-No importa, de todas maneras no le tengo que cambiar el pañal a nadie, sólo cocinar. - Alzó los hombros el germano mientras cortaba la carne en su plato, iba a ser bastante aburrido pero tal vez podía oír música para que no se le hiciera tan pesado el jodido horario- ...¿Quieres que vaya a buscarte al salir?

-Si es que no estás muy cansado, me gustaría.. -Ella sonrió ligeramente y luego pensó unos segundos, tal vez pasar la noche juntos no estaría mal tras no verse esas horas-Y yo compraré la cena, ¿Alitas a la BBQ?

-No estaría mal, me gusta el sabor de esa salsa. -El azabache dio un asentimiento con calma y continuó comiendo, hasta que sintió un ligero peso en su hombro y giró notando que se trataba de la menor-.

-Te voy a extrañar... no quemes nada mientras no estoy -Agatha abrazó el brazo ajeno y sintió la mano del contrario dar un par de caricias en su cabeza, le gustaba mucho pasar tiempo con el carmesí.. y también le gustaba él, esa mañana acabó por confirmarlo cuando sintió sus brazos rodeándola mientras estaban soñolientos-.

• • •

-En serio odio esa cosa, ni siquiera es tan segura como un auto. -Al de esmeraldas le dio un repelús, estar a tanta velocidad sin una base estable le daba casi tantos nervios como las alturas porque la sensación de vacío era la misma, por suerte ya estaban en el elevador a pocos segundos de su nivel-.

-Ya le vas a tomar el gusto. -La más baja continuó riendo hasta que las puertas se abrieron dejando ver a una figura alta junto a un aroma a cigarrillo que instantáneamente la hizo arrugar la nariz con molestia- ¿Hm?..

-Ah, Terzo, non sapevo che ora condividi gli spazi con gli umani. -El tricolor arqueó una ceja mirándolo con curiosidad, también le era muy extraño verlo con ropa común pues la última vez que se vieron ambos usaban el uniforme gris del pozo infernal en donde estaban-.

(Ah, Dritte, no sabía que ahora compartías espacios con humanos.)

-Reino.. -El más alto parpadeó procesando la presencia del italiano a dos metros frente a él, casi sentía como si estuviera alucinando pero realmente ahí estada el idiota- ¿Qué mierda haces aquí?

-....Bello come sempre. -Este viró los ojos con gracia ante la eterna personalidad arisca de su antiguo socio, extrañaba un poco ver una esvástica pues obviamente estaban prohibidas en muchas partes de Europa- Ho scoperto cosa è successo a quei bastardi e finalmente l'Italia mi ha fatto venire a trovarti.

(....Tan agradable como siempre. / Me enteré lo que pasó con esos bastardos e Italia me dejó venir a verte al fin.)

-¿Agatha, no vamos a comer juntos? -El de guantes oscuros se centró más en la pequeña presencia albina alejándose despacio por el pasillo, ¿Acaso se sentía incómoda por algo?, si era por el otro fascista entonces lo echaría-.

-Ah.. pues sí, pero no quería ser mal tercio mientras hablas con tu amigo. -La de abrigo de cuero lo miró tranquila pero ligeramente nerviosa, al único que le tenía confianza era su germano y tratar con otro partidario del Eje le causaba un poco de tensión-.

-Guarda, quindi sei "Agatha" di cui parlavano la Germania e mio figlio.. -La afilada mirada miel ajena estudió a detalle a la humana que se vio un poco incómoda pero no le importó pues era normal que estos reaccionaran así, por lo que estiró su mano en dirección a la aludida- Un piacere, Regno d'Italia.

(Mira nada más, así que tú eres la "Agatha" de la que estuvieron hablando Alemania y mi hijo.. / Un placer, Reino de Italia.)

-¿Estuvieron hablando sobre mi?, espero que no haya sido nada terrible.. -Por suerte podía entenderlo bien, pues parte de su carrera había incluido varios idiomas para poder traducir manuscritos o viajar, estrechó la mano ofrecida por el europeo del sur y se sintió un poco menos intimidada-.

-"La leonessa tedesca". -Canturreó el de escudo con un tono como si nombrara a alguien de la realeza, notando de soslayo como el ex dueño del territorio entrecerraba los ojos, eso se le hizo curioso y se propuso investigar un poco más al respecto- Il vecchio Impero arriverà tra un po', poiché rimane sempre lontano.

("La leona alemana" / El viejo Imperio llegará en un rato, como siempre le queda lejos.)

-¿Cuándo carajo fue que acordaron meterse a mi casa sin avisar antes? -Reich gruñó suspirando, si el asiático ya estaban en camino entonces no tenía de otra, era muy cascarrabias y aunque no lo aceptara en voz alta, le tenía algo de respeto-.

-Di mattina. -Alzó los hombros con simpleza y esperó a que los otros dos hicieran algo más, ya comenzaba a aburrirse de estar en pie con ese frío-.

(En la mañana.)

-Eh... iré a dejar mis cosas y a ver a Alphonse, regreso en unos minutos. -La Richter se giró con rapidez y se dirigió hacia su departamento donde tras abrir el primero en saludarla fue el Weimaraner emocionado seguido por sus amadas gatas, iba a tener a la parte central del Eje en su mismo nivel.. ¿Acaso tenían el permiso para eso?, rogó por que ONU no se apareciera otra vez porque era aterrador-.

RUBRUM (T.R × Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora