Forty Four

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Agatha soltó un jadeo nervioso. Sus ojos se abrieron de inmediato cuando sintió una removida brusca del auto, se acomodó rápidamente en el asiento devolviéndolo a su posición original aún arropada por la manta, notando que estaban corriendo por la carretera.

-¿Qué sucede? -Preguntó en tono nervioso ajustándose mejor el cinturón de seguridad y aferrándose un poco al asiento para sentirse segura-.

-Un jodido granjero, apenas lo ví acercándose entre los matorrales poco antes de que amaneciera, tenía policías tras él -El de ojos verdes resopló con estrés mientras se mantenía atento al camino para poder evitar ágilmente a los otros autos del camino sin causar ningún accidente, lo bueno es que no estaba incumpliendo ninguna norma de tránsito, porque Alemania no tenía límite de velocidad en las autopistas-.

Odiaba sentirse perseguido, más teniendo esas malditas luces rojo y azul parpadeando constantemente reflejadas en el espejo retrovisor, le molestaba la vista.

-Por favor ten cuidado... -Murmuró ella para no angustiarlo más de lo que ya estaba, ya tenían suficiente en mente para deshacerse de la policía, ella debía centrarse en leerle el mapa porque Reich hacía décadas dejó de reconocer las calles del país y ella nunca había salido tanto de Berlín o Dresden-.

• • •

ONU suspiró profundamente por enésima vez oyendo a las otras organizaciones discutiendo entre sí y gritándole casi al unísono.

-¡Esto no habría pasado si no fueras un maldito inconsciente con tus experimentos! -UNESCO ladró enojado mientras señalaba al aludido con su índice derecho, dándole una palmada a la mesa con su otra mano en signo de su frustración pese a que le había advertido previamente-.

-¡Lo único que lograste fue arruinar la Gala de OMS y manchar la credibilidad de nuestro juicio! -Le siguió OTAN hablando desde su lugar con los brazos cruzados, claramente disgustado por más múltiples quejas que había recibido de la mitad de sus naciones regentes durante y tras el escándalo-.

-No estamos resolviendo nada gritando de esta manera -CIA intentó apaciguar las aguas, después de todo era el que estuvo todo el tiempo monitoreando al ex fascista y a la humana durante su tiempo de servicio comunitario en el orfanato-.

-Vamos a tener muchos problemas si se sabe que él se llevó a una humana, que no es nada menos que una Richter. -Le siguió ahora la otra organización estadounidense que también estaba algo al tanto de la situación del otro lado del telón, aunque sin informar a América de ello-.

Uno de los subordinados de FBI entró a prisa a la sala de juntas, respirando agitadamente durante unos segundos para recuperar la compostura antes de hablar.

-El prófugo acaba de ser localizado en la carretera de Hamburgo, rumbo al territorio de Dinamarca -Comunicó el humano con urgencia, mientras tecleaba un código en una de las computadoras para que en la gran pantalla se comenzara a transmitir online una de las cámaras go pro de los oficiales-.

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Los ojos de Agatha se abrieron a tope mientras inhalaba, apenas pudo gritar el nombre del carmesí con horror y pánico.

Todo pasó demasiado rápido, apenas tuvo tiempo de parpadear y no supo si él llegó a hacerlo también, luego simplemente oyó el fuerte ruido de frenado cuando los policías extendieron una gruesa maya metálica frente al auto que ponchó las ruedas, pero iban demasiado rápido.

No supo en qué momento se rompió el parabrisas.

No supo en qué momento los cristales chocaron contra ella, lastimándola y cortando su cinturón de seguridad.

No supo en qué momento dió a parar contra el suelo.













Agatha






Agatha..!







¡Agatha!






¡AGATHA!







El de esvástica se arrastró por el suelo, saliendo del interior del auto volcado sin importarle el estado de su propio cuerpo, ignorando el rastro de sangre que dejaba mientras intentaba llegar hasta la joven.

A unos metros de distancia, la castaña estaba tendida en el suelo mirando hacia el cielo, como un ángel que acababa de caer, sus ojos entrecerrados estaban puestos en el cielo azul nuboso y su pecho se movía con dificultad, tratando de respirar. Sentía el tiempo pasar lentamente, ninguna sensación de dolor, pero tampoco podía oír nada y solo estaba quieta observando las nubes moverse con lentitud empujadas por el viento.

Reich se arrastró como pudo hasta llegar a su lado temblando sin saber si era por la adrenalina o por el pánico, pero aún en su shock trataba de cerciorarse de su estado. Por primera vez en su vida sintió miedo de tocar a alguien. Respiraba agitadamente tratando de obligarse a sí mismo a acercar sus manos a la humana para revisar su pulso o si estaba siquiera consciente, pero sentía terror de que siquiera eso pudiese lastimarla más.

-....¿Agatha..? -Apenas pudo murmurar, nunca se había sentido más débil e insignificante en toda su existencia, ni siquiera cuando estuvo cautivo, se sentía perdido-.

Esos bellos ojos cafés comenzaron a cerrarse cuando ella quedó inconsciente finalmente, esa sola vista comenzó a alterarlo más.

-No. No, abre los ojos, ¿Por qué los estás cerrando? -Su respiración se agitó más si es que eso era posible, sus manos se movieron tratando de tocarla y aferrarse a ella, pero una parte de él sabía que no debía moverla, que era peligroso- .......Agatha te lo.... te lo suplico...




Su propia vista se nubló, pensó que iba a quedar inconsciente también, pero luego cayó una gota tras otra por su rostro deslizándose hasta el suelo. Eran lágrimas. Estaba llorando porque se sentía desolado.









.....Agatha, te amo, por favor.... no me dejes solo.....

RUBRUM (T.R × Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora