Twenty Four.

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Una vibración bajo la almohada la hizo removerse incómoda, aunque un peso sobre su cintura y su pierna derecha apenas la dejaron moverse por lo que se incorporó casi a ciegas buscando su móvil para saber qué hora era. En el proceso riendo un poco al notar que el peso en su pierna eran las del italiano durmiendo de lado con su cabeza fuera del borde izquierdo lo que seguramente le provocaría dolor de cuello al despertar, además de eso también estaba parcialmente sobre los muslos de Imperio japonés se encontraba al final de la cama con los pies apoyados sobre la espalda del carmesí que la abrazaba a ella usando el brazo izquierdo y apegándola a su pecho de manera sobreprotectora con el ceño algo fruncido entre sueños.

Cuando al fin pudo encontrar su móvil notó que se trataba se su alarma usual que sonaba exactamente... cinco minutos antes de la hora en que debía presentarse a la universidad y diez antes de que Dritte debiese marchar hasta el alberge infantil............ Otra vez iban tarde.

—¡Dritte, levántate ya, es tarde de nuevo! –La humana chilló moviéndose con frenesí para salir de la cama hasta que cayó fuera de esta pero se levantó rápidamente, estaba descalza pero todo lo demás estaba en su lugar a diferencia de la sala llena de botellas vacías de distintos tipos de alcohol–.

—Non urlare, le idee mi fanno male.. –El otro europeo se quejó acomodándose a duras penas para que su adolorida cabeza dejase de flotar, el de sol naciente tenía el sueño tan pesado que ni se inmutó ante el escándalo y el movimiento–.

(No griten, me duelen las ideas..)

—..¿Qué hora es?... –Bostezó en un gruñido el de esmeraldas, le importaban muy poco esos mocosos como para levantarse temprano luego de beber hasta ver doble–.

—¡Las siete con quince, date prisa! –Respondió ella seguido de un portazo, corriendo como una loca hacia su departamento para alimentar a sus gatas y alistarse contando los segundos que le faltaban antes de que le marcaran el día como tardanza–.

Agatha se desvistió camino a su habitación, entrando al baño para ocuparse de lo necesario y lavarse los dientes tratando de eliminar el olor a alcohol mientras agradecía a todo lo existente haberse ido a dormir luego de la quinta copa pues no tenía resaca y sus ojos se veían decentes. Cepilló su cabello a prisa antes de hacerse una coleta simple y tomar su ropa formal, casi marcando un récord mundial en alimentar a sus mascotas y correr otra vez entrando al departamento del de esvástica con sus tacones en la mano.

—¡Dritte faltan cinco minutos para que CIA comience a llamar! –La albina volvió a la habitación ajena para abrir el closet y buscar ropa decente ya con toda la confianza del mundo a causa de la hora, le lanzó lo escogido al confuso germano que apenas se levantaba de la cama y lo empujó al baño–.

—Chi è il giudice?.. che bella.. –Rió Reino viendo borroso y aún con los estragos del vino mezclado con otras cosas que bebió hasta casi el amanecer, estaba acostumbrado así que en un par de horas estaría como nuevo–.

(¿Quién es la jueza?.. que bonita..)

—Ah no puede ser, van a matarnos.. no puede conducir así menos presentarse ante los guardias con ese aspecto. –Casi le provoca un infarto el tono de llamada, por poco dejando caer el móvil con sus manos temblorosas y dijo lo primero que se le cruzó por la mente mientras salía a la sala– i¿Hola?!, ¡Dios lo siento mucho señor vice rector, estoy en el hospital ahora, si yo estoy bien pero mi hermana tiene el brazo roto, no creo que pueda presentarme hoy!

—¿Con quién grita?.. –El ex fascista menor entrecerró los ojos estirando su cuerpo algo tenso por la posición en que durmió con las piernas del jodido Imperio sobre él–.

—Immagino che il suo capo.. è la piccola leonessa?, quella è molto bella.. capisco perché sei geloso come un cane -El tricolor bostezó levantándose, después de todo ya no lo iban a dejar conciliar el sueño y tenía ganas de ir al baño, por lo que apartó al azabache–.

(Supongo que su jefe.. ¿Esa es la piccola leonessa?, es muy hermosa.. ya veo porqué eres tan celoso como un perro.)

—...¿Qué mierda pasó anoche?.. –Pudo apenas murmurar el de dientes afilados ya vestido antes de que la delicada mano tomase la suya para salir del departamento rumbo al elevador hasta el nivel del estacionamiento–.

•   •   •

—Now why are you so late? –CIA arqueó una ceja, los detuvo apenas los vio acercarse a recepción.. extrañamente la albina iba conduciendo el costoso auto del otro que únicamente traía puesta la mascarilla oscura–.

(¿Ahora porqué tienen esta tardanza?)

—Atropellamos a un mimo francés y no quiso decirnos qué se rompió. –A unos pasos tras la más baja el de largas uñas soltó con sarcasmo sin detener su camino hacia la cocina a diferencia de su acompañante–.

—Nos quedamos hasta muy tarde revisando exámenes de mis alumnos y las alarmas no sonaron, me siento muy apenada.. –La de ojos cafés se cubrió el rostro, detestaba mentir pero al parecer ya se estaba volviendo constante últimamente así que debía programar mejor sus alarmas para evitar esas situaciones–.

—..It had better be the last time or an extra week will be added to them. –Bufó la agencia girándose con ligero mal humor mientras oía a través de su audífono la voz del de piel celeste dando la orden de que los dejase seguir con sus tareas, era más que seguro que los estaba viendo por las cámaras instaladas–.

(..Más vale que sea la última vez o se les agregará una semana extra.)

Agatha suspiró con el alma volviéndole al cuerpo y casi corrió a la cocina maldiciendo el no haber tomado unas zapatillas en lugar de sus tacones pues no soportaría tanto tiempo de pie con esas cosas mortales, no le importaba ponerse unas bolsas plásticas en los pies con tal de que estos estuviesen cómodos sobre el suelo.... después de todo ya había dado clases descalza y no era nada del otro mundo a estas alturas.

—No puedo creer que me hayas traído arrastrando para servir un jodido cereal con fruta y leche.. –El azabache señaló a la tabla de menús con pesadez a lo que la de vestimenta formal soltó una carcajada de estrés frotándose el rostro unos segundos para desahogarse antes de comenzar a tomar las cosas y acomodarlas en el carrito junto a los platos y tazas en lo que el germano se disponía a cortar las frutas–.

RUBRUM (T.R × Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora