Thirty Three.

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—¿Y por qué tengo que llevar a Alphonse? –Repitió el carmesí mirando al techo, con las manos entrelazadas sobre su pecho cubierto por las mantas calientes, el frío afuera había aumentado al igual que la nieve—.

—Porque ya le contaste a los niños sobre él y lo quieren conocer.. –La menor dijo con voz adormilada mientras se acomodaba, sintiendo segundos después una conocida y molesta sensación en su vientre bajo por lo que cual rayo se levantó de la cama para correr al baño– Ay no, no por favor, ¡Me lleva el diablo!

—¿Qué pasa?, ¿Agatha?..–Oyéndola maldecir a través de la puerta del baño, el azabache se levantó de la cama para ver qué le ocurría pero una pequeña mancha de sangre llamó su atención–….¿Estás bien? En el piso hay…

—iNo lo digas! –Chilló ella queriendo morirse, su ropa estaba ya arruinada y no podía salir así a la vista del contrario, ya eran adultos pero aún así no tenían ese tipo de “Acercamiento”, apenas estaban comenzando a dormir juntos– ¿Me… puedes traer ropa limpia de mi casa?...

—Claro –Dritte no tenía problema alguno con ayudarla si se sentía mal, pero debido a la forma en la que fue criado no entendía de todo lo que estaba pasando, casi como un niño extrañado ante una nueva situación—.

—… Pero también necesito que me traigas ropa interior y la caja plateada del mismo cajón… –Dijo Agatha en tono más bajo tragándose su vergüenza, evitando ver al suelo bajo sus pies porque acabaría por morirse ahí mismo si lo hacía, así que intentaba guardar la calma—.

—... Bueno –El más alto tragó en seco y mirando a su perro salió de la habitación para encaminarse a la propiedad ajena para reunir lo solicitado, tras abrir la otra puerta fue recibido por las gatas amigables a las que hizo un poco de cariño—.

Dándose un poco de prisa entró a la habitación llena de cosas y se acercó al closet para sacar lo que él consideraba ropa cómoda, desviando su vista al lado de los cajones cuando ya tenía lo necesario en manos. Respiró profundo como si estuviese a punto de desactivar una bomba y abrió uno por uno hasta toparse con las prendas personales de la humana, sin mucho pensar tomó una al azar con los ojos cerrados y tante hasta sentir la pequeña caja metálica también mencionada sintiendo alivio. Dejó todo como lo había encontrado y salió del departamento rumbo al suyo para acercarse otra vez al baño de su habitación dando un leve toque a la puerta.

—Gracias Dritte, en serio.. en serio siento haberte encargado esto.. –La de ojos cafés habló en tono bajo mientras abría un poco la puerta para asomar su mano y recibir su ropa limpia, tendría que ducharse ahí mismo y luego limpiar su desastre—.

—... Pero estás bien, ¿no? –Fue lo único que preguntó el germano en tono calmado antes de que la puerta se cerrara despacio, siendo respondido por un ligero sonido de afirmación que fue suficiente para él– Entonces haré té.

Caminó a la cocina y llenó con algo de agua el hervidor eléctrico que tenía, preparando dos tazas de cristal mientras esperaba a que hirviera, mientras tanto pasó por su mente la idea de llamar a Imperio pues este al ser mayor y haber convivido de manera cercana con las mujeres de la familia imperial nipona tal vez podría tener idea.

—Hallo, Imperio? –Esperó a que la voz del otro lado le respondiera el saludo para soltar su pregunta con algo de duda, pero realmente quería saber si su humana no corrían algún tipo de peligro que no quisiera decir– Eh…. Naze josei ga kizu o owazu ni shukketsu suru no ka shitte imasu ka?...

(Por casualidad sabes por qué las mujeres sangran sin tener heridas?..)

—…Naze anata wa watashi ni sore o seikaku ni tazunete iru nodesu ka?, Howaitoraionesu wa daijobudesuka? –El de sol naciente se acomodó sobre su cojín dejando el periódico a un lado, definitivamente tenía que poner toda su atención en una pregunta como esa—.

(…¿Por qué precisamente tú me estás preguntando eso?, ¿Está bien la Leona Blanca?)

—E to, kanojo wa so iimashita, shikashi kanojo wa hijo ni hayaku okite, basurümu ni mi o tojikomemashita.. Soshite watashi wa yuka ni chisana chi no shizuku o mimashita, soshite kanojo wa kurozetto kara kanojo no fuku o toridasu tame ni watashi o okutte kuremashita.. –Dritte murmuró las últimas dos acciones rascándose un poco el cuello apoyado en la barra mientras veía el agua caliente burbujear ya cerca a su tiempo de ebullición necesario—.

(Bueno ella dijo que si, pero se levantó muy rápido y se encerró en el baño.. además que vi una pequeña mancha de sangre en el suelo y me envió a traerle ropa de su closet..)

—Ah, anata ga soko kara hajimerubekidatta baka, sore wa kare no nenreide wa kanzen ni seijōdesu. –Suspiró el japonés ya comprendiendo a lo que se refería, viró los ojos y se acostó en el tatami para comenzar a pensar en cómo explicarle a alguien que no tuvo ni la maldita educación sexual básica sobre el otro género en su época necesaria– Anata wa muchinanode, inu de sore o setsumei shimasu. Tatoeba, josei ga koinu o kau junbi ga dekite iru toki, kanojo no saisho no netsu ga hassei shi, kono pasu no ato, kanojo wa mohaya kanojo ni yakudatanai ketsueki o haishutsu shimasu. Koinu no sapoto to shite wa shiyo dekinaku narimashita.

(Ah, idiota debiste comenzar por ahí, es completamente normal a su edad. / Ya que eres un despistado te lo explicaré en perros, por ejemplo cuando una hembra está lista para tener cachorros ocurre su primer celo y luego de que este pase expulsa algo de sangre que ya no le sirve, porque esta ya pasó su tiempo de utilidad y ya no puede ser utilizada como soporte para los cachorros.)

—…Sorede, Agatha wa… posutohīto ni imasu ka?.. –Sin poder evitarlo ladeó su cabeza procesando lo que escuchó, entendía en parte lo del celo gracias a que estuvo siempre rodeado de canes pero lo confundía el hecho de que nunca vio algunos de esos signos en la albina—.

(... Entonces, ¿Agatha está en una… época de celo?...)

—Anata to hanasu koto wa fukanödesu…. Îe Dritte, ningen wa netsu o motte imasenga, subete no honyürui wa onaji dankai o tsüka surunode, kanojo wa kanzen ni genkidesu. —Imperio bufó unos segundos haciendo una mueca, tal vez en su próxima visita tendría que darle La Platica y que dejara de ser tan..él— Watashi no shiru kagiri, karera wa kesshite shinmitsude wa nakattanode, kanojo ni nanika atsui mono o chöri shi, kanojo jishin de kanojo no karada no sewa o suru tame no supesu o Ataete kudasai…. Wa imasu ka?

(Hablar contigo es imposible….. No Dritte, las humanas no tienen celo pero todos los seres mamíferos pasan por esa misma etapa, así que ella está completamente bien. / Solo prepárale algo caliente y dale su espacio para encargarse de su cuerpo por sí misma, porque que yo sepa no han intimado de alguna manera…. ¿O si?)

—...Ya entendí, no seas entrometido…. Gracias por la explicación. –El de esvástica encogió los hombros y apenas cortó la llamada el sonido de la hervidora le avisó que el agua ya estaba lista, así que la sirvió con cuidado para luego agregar las cucharadas necesarias de azúcar y la esencia de té con canela extra—.

Llevó ambas tazas a la habitación y las dejó a un lado para limpiar la pequeña mancha y acomodar las sábanas por suerte limpias así que ordenó el lugar de la de ojos cafés y se sentó en el suyo a mirar las noticias mientras la esperaba, esta salió quince minutos después con una expresión cansada y se escondió entre las sábanas cubriendo incluso su cabeza.

RUBRUM (T.R × Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora