Twenty Eight.

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—Y entonces le agregas un poco más de harina mientras amasas, ahora leonessa, haz volar la masa más arriba, ¡Más arriba! –Animó Reino con emoción transmitida a la joven mientras que los otros dos observaban desde la barra con expresión neutra y las cejas alzadas, se ponía como un maniático cuando cocinaba pero por suerte ella no estaba tan perdida en eso como lo habían estado ellos durante sus años de equipo–.

—Es la primera vez que hago una pizza, ¡Esto es increíble! –La albina volvió a lanzar la masa a seña del tricolor de escudo que la recibió para comenzar a aplanarla lo necesario antes de añadir la salsa de tomate y los demás ingredientes que en esta ocasión eran muchos tipos de carne que se robó de la refrigeradora–.

—... Como no limpien mi cocina juro que pediré una con piña hawaiana. –El de esvástica amenazó apuntando con un tenedor con el que estaba jugando previamente, veía harina y restos de masa por todos lados, no le gustaba para nada el desorden–.

—¡No digas blasfemias en la cocina y menos frente a la niña! –Chilló el italiano sumamente ofendido cubriendo rápidamente los oídos de la más baja que lo miró confundida pues tampoco era tan baja y ya había pasado considerablemente la mayoría de edad legal–.

—.... Pero Reino, yo tengo veintitrés años.. –Agatha habló intentando no gritar pues al tener los oídos cubiertos modular su tono era complicado, esperaba que la soltase pronto para seguir cocinando pues comenzaban a tener hambre debido a la hora–.

—Shhh mia leonessa tedesca, non lasciare che questo sporco amante della salsiccia ti faccia il lavaggio del cervello, hai molto potenziale nell'arte della gastronomia. –Reino de Italia la abrazó por los hombros y entrecerró los ojos señalando acusador al carmesí que viró los ojos ante su eterno dramatismo–.

(Shhh mi leonessa tedesca, no dejes que este sucio amante de las salchichas te lave el cerebro, tienes mucho potencial en el fino arte de la gastronomía.)

—Ya ōkoku, sore o oeru ka, watashi wa anata no ashi o kiritotte sore o yakudeshou, watashi wa kufukudesu. –El de sol naciente gruñó apoyando su cabeza en la barra con ligero estrés, detestaba la horrible sensación del hambre porque le recordaba a cómo su propio jugo gástrico derritió el interior de sus órganos tras meses sin comer o al menos beber–.

(Ya Reino, termina esa cosa o te cortaré una pierna y la hornearé, tengo hambre.)

•   •   •

Ya habían pasado cerca de dos horas, Dritte estaba nuevamente en su habitación organizando las piezas que por suerte tenía pues uno de sus antiguos pasatiempos en la mansión era reparar objetos antiguos para distraer su mente de los horrores que pasó.

Sus manos hábilmente retiraron los trozos de vidrio restantes y con el fino cuchillo plano abrió el reloj dejando caer las piezas sueltas y tras unos segundos de ver su estado supo que este no funcionaba correctamente incluso antes de su caída, pero no era problema pues las piezas oxidadas eran fácilmente reemplazables. Las acomodó del lado contrario a las suyas y tomó otra vez las dos tapas externas para disponerse a quitar las abolladuras antes de pulirlo, internamente el óxido las había manchado por lo que tomó una franela previamente humedecida de manera parcial con una mezcla de bicarbonato de sodio con vinagre blanco que pasada tras pasada cuidadosa comenzó a retirar perfectamente lo que debía, dejando ver una figura grabada en el interior de la tapa de fondo.

Cuando esta estuvo totalmente limpia la dejó caer como si lo hubiese quemado, su respiración se agitó con suma tensión y sus pupilas se contrajeron mientras se alejaba de la mesa, nunca olvidaría ese símbolo, lo quemaban en su espalda otra vez cada que le arrancaban la piel y aún lo tenía.

La estrella de David.

El carmesí lanzó una de sus camisas para no verla más y se encerró en el baño de su habitación desvistiéndose con frenesí mientras sentía su piel arder, no quiso apartar su mirada del suelo para comprobarse que era en realidad una alucinación sensorial y se metió a la tina dejando caer el agua fría sobre su cuerpo mientras se cubría el rostro con ambas manos haciendo una cuenta hasta el centenar respirando profundamente entre cada número que murmuraba.

Ya en Berna, ONU comenzó a revisar sus grabaciones del día con interés pues al ser la primera semana concretada debía analizar más a detalle el lenguaje corporal del ex fascista para anticipar algún tipo de comportamiento hostil.

—Hm... who is the boy? –La organización se inclinó con interés cuando la pantalla comenzó a reproducir la parte en que el de esvástica comenzaba a hablar con el niño que previamente se había escondido llorando, no lo había visto antes pues para la hora que marcaba el video ya estaban abordando el jet–.

(Hm... ¿Quién es el niño?)

—Johann Lange Meier, according to his six-year-old record, entered the shelter in March last year. –El de uniforme táctico comenzó a leer el archivo del menor de la tableta en la que había copiado todos los datos de los niños presentes en ese lugar– His mother died of liver cancer when he was two years old and his father suffered an accident at work... The industrial saw he was driving cut his neck and he died of a hemorrhage before reaching the hospital, the child was at the disposal of the state because no one claimed it.

(Johann Lange Meier, según su registro tiene seis años, ingresó al alberge en Marzo del año pasado. / Su madre falleció de cáncer hepático cuando tenía dos años y su padre sufrió un accidente de trabajo.. la cierra industrial que manejaba cortó su cuello y murió por hemorragia antes de llegar al hospital, el niño quedó a disposición del estado porque nadie lo reclamó.)

—That is very unfortunate at such a young age.. –Suspiró con pesar, las organizaciones como él no tenían lo que se llamaba padres pero la ansiedad y el temor de verse solo contra el mundo era de compresión universal–.

(Eso es muy lamentable a tan corta edad..)

—...Sir, a note at the end of your information says that you are of Jewish descent, on your father's side your great-grandfather and grandfather were survivors of the Buchenwald Concentration Camp.. –CIA se tensó comunicando la información, no tenían idea de cómo podría reaccionar el germano al enterarse de llegar a hacerlo por algún medio, no porque este fuese realmente antisemita... sino porque el mismo Israel había estado presente en la mayor parte de las torturas por venganza aliada los primeros cincuenta años de confinamiento–.

(...Señor, una nota al final de su información dice que es descendiente judío, del lado paterno su bisabuelo y abuelo fueron sobrevivientes del Campo de Concentración de Buchenwald..)

—The unexpected turns that life gives.. –El de traje blanco entrelazó sus manos frente a sus labios apretados de lado, habían ciertos sonidos y cosas que hacían reaccionar mal a determinados countrys por lo que era un riesgo, pero las sorpresas parecían no terminar cuando finalmente el video mostraba al aludido actuando defensivo contra el tricolor en presencia de la joven Richter a quien se llevó de la mano–.

(Las vueltas inesperadas que da la vida..)

RUBRUM (T.R × Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora