Nineteen.

769 103 9
                                    

—I don’t know what you were thinking UN, this is a very bad idea, get them out of there. –Exigió la organización de piel albina tras la silla del mencionado que veía la pantalla en su tableta mientras firmaba algunos documentos tranquilamente—.

(No sé en qué estabas pensando ONU, esta es una muy mala idea, sácalos de ahí.)

—Mi padre sólo sabe convivir con animales domésticos y algunos de bosque, ni siquiera cuando era niño tenía tanta paciencia –El alemán tricolor intentó apelar a su razón, era una muy mala idea exponer al ex fascista a tanto estrés consecutivo, no tenía ni idea de si eso desencarecería uno de sus ataques de histeria.. si llegaba a pasar algo, ni siquiera quería pensarlo—.

—Dritte Reich has a very big problem with reactivity in the face of tension, surrounded by children he will learn to regulate hisself little by little, besides… I have allowed the presence of Miss Richter for a reason, living with someone apparently known and trusted will help to distract his mind. –Explicó el de traje blanco para que dejaran de pensar que hacía las cosas al azar, durante esa semana se quedaría en Berlín para monitorear el avance del de esmeraldas y luego ya lo seguiría desde su oficina principal en Berna hasta que se cumpliera el plazo del castigo—.

(Dritte Reich tiene un problema muy grande con la reactividad ante la tensión, rodeado de niños aprenderá a regularse poco a poco, además… por algo he permitido la presencia de la señorita Richter, convivir con alguien aparentemente conocido y de confianza ayudará a distraer su mente.)

—…Espero que tengas razón, de lo contrario no aceptaré que mi padre sea llevado a confinamiento por una situación en la que lo obligaron a estar. –Las palabras del dueño del territorio fueron secas mirando directamente a sus superiores con seriedad antes de abandonar la oficina designada para la entidad de paz, tenía un mal presentimiento.. además de que no le gustaba que Reich estuviera tan cerca de la joven humana—.

• • •

—Bien.. nosotros podemos, solo es servir platos de avena y vasos con jugo durante un rato, podemos escuchar música mientras tanto y así oiremos menos el ruido –La de ojos cafés alzó los brazos y dio un par de saltos como si estuviese a punto de entrar a una pelea bajo la mirada extrañada del carmesí que solo estaba de pie a su lado esperando a que se calmara para salir de la cocina—.

—Espero que los mocosos no den mucho problema, sino me iré porque después de todo ya cumplí con hacer la jodida comida. –Bufó el mayor colocándose guantes nuevos luego de volverse a cubrir con todas la cosas para que no lo reconocieran por algún motivo, no estaba de humor para aguantar que lo señalaran o dijeran algo—.

—¿De verdad me vas a dejar rodeada de niños?, cuánta crueldad de tu parte –Agatha dramatizó un poco mientras abría las puertas para que el carrito pudiera pasar, obviamente no podían probar la comida pero olía bien así que no intoxicarían a nadie este día, aunque aún les faltaba hacer el almuerzo—.

—Son de tu raza, no creo que haya mucho problema si pateas a un par. ¿Qué harán, quejarse con sus madres? –La burla tranquila del azabache hizo que la más baja lo mirara algo tensa, así que no le quedó de otra más que explicarse, tampoco era un bárbaro como para burlarse así de la nada– No me mires así, yo también soy huérfano y lo superé.

—… Mejor entremos ya –Murmuró esperando que los guardias que los observaban no lo hubiesen oído como para ponerlo en un reporte y aumentarles días, la cafetería aún estaba vacía así que se acomodaron tras la barra y movieron las cosas a donde deberían minutos antes que la campanada del desayuno sonase haciéndolos respirar profundamente—.

Para la humana también fue un poco complicado puesto a que se había colocado también una mascarilla para que así no mirasen tanto al de esvástica cubierta, los niños tal vez pensarían que se cubrían el rostro por algún protocolo de sanidad y ya. Se miraron durante un momento y alzaron los hombros suspirando cuando al fin la campana sonó, dejando oír algunos pasos que fueron acrecentándose hasta llegar al comedor dejando ver a los más pequeños primero que observaron curiosos a los dos adultos extraños.. una de cabello blanco y otro bastante alto totalmente vestido de negro, no tardaron mucho en comenzar a acercarse para tomar una bandeja.

—¡Buenos días! –Chilló alegre la de overol azul sacando un par de platos para colocarles una cucharada regular de la avena frutada, recibió sonrisas tímidas que correspondió sin notarse mucho por su rostro parcialmente cubierto y señaló al mayor que debía entregarles a cada uno un vaso con el jugo ya servido—.

También habían cámaras en las esquinas de la cafetería, las organizaciones de piel celeste observaban con tensión a cada niño que se acercaba al antiguo dictador.. pero estos sólo se limitaban a recibir su comida y sentarse en alguna de las largas mesas a comer o charlar un poco con los otros niños, aún las cosas parecían estar correctas pero se mantenían con la respiración lenta. Casi saltan de sus asientos cuando a uno de los niños se le resbaló el jugo manchando de dulce la barra y rompiendo el cristal, el pequeño castaño se encogió nervioso levantando la mirada hacia el de lentes oscuros que quedó mirando el desastre durante un momento… pero no hizo más que tomar otro vaso y servir otra vez, dejándolo él mismo en el espacio de la bandeja para que no se le volviera a caer. Agatha y los seres que observaban tras la cámara suspiraron profundamente con el alma regresándoles al cuerpo, durante el siguiente tiempo no hubo ningún otro incidente hasta que ya todos los niños estuvieron comiendo tranquilos.

El azabache tomó un trapo y con cuidado limpió el jugo retirando los pedazos de cristal de manera concentrada para no cortarse, en ese tiempo la humana lo observó en silencio hasta que terminó y tomó su diestra llamando su atención en silencio, a lo que se bajó la mascarilla y le sonrió con calma. Dritte colocó su otra mano sobre la mata de cabellos claros y le dio una pequeña caricia sin hacer mucha expresión hasta que volvieron a sus deberes en lo que los infantes terminaban de comer el desayuno.

RUBRUM (T.R × Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora