Nine.

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—Entonces.. ¿Está rota? –Preguntó la albina, frunciendo un poco las cejas por la incomodidad que les causaba el toque algo tosco de las manos ajenas para colocar una compresa bajo sus fosas nasales–.

—No. Sólo hinchada por el golpe. –Reich bufó terminando de asegurar la cinta médica para que la gasa no se cayera, ya había olvidado gran parte de lo que sabía de medicina debido a que él sólo esperaba a regenerarse y ya–.

—Bueno… ¿Quieres un té o algo? –Insistió la de camiseta gris, según entendió el carmesí se quedó sin llaves y ella había tenido que cancelar las clases que daría en la tarde así que tenía tiempo de sobra ese día y tal vez el que le seguía–.

—Casi te partes la cara en el suelo. ¿Podría quedarte quieta? –Sus esmeraldas se entre cerraron mirando con algo de hastío a la joven sentada en el sofá, le inquietaba un poco estar ahí con todos sus cuadros coloridos y el olor a gato que le daba ligera alergia, pero no le quedaba de otra además  de sentarse frente a su puerta como indigente pues sería estúpido patearla–.

—...Entonces, ¿Hielo para tus manos? –Agatha parpadeó un par de veces con su característica mirada curiosa, notando que los nudillos del contrario estaban en carne viva y ciertamente le daba repelús  que estuviera tan tranquilo como si le doliera–.

—Argh.. –Se dio por vencido sentándose en el mismo sofá al que su perro se subió también acomodándose en medio para apoyarse sobre sus piernas, el pelaje de su cabeza estaba extrañamente removido a cortesía de las gatas en el departamento que lo lamieron durante un buen rato cómo gesto de amistad–.

Durante el resto de la tarde su cólera se apaciguó, la menor hizo galletas de avena con frutos rojos y puso una película extraña sobre robots de colores que se transformaban en vehículos para luchar con otros como ellos pero que querían destruir el planeta.. no entendió mucho pera las balas y explosiones entretenían, mientras tanto, se vieron tres de las películas hasta que cayó la noche.

—¿Usted come carne?.. porque tengo algunos Ribeye para cocinar y ensalada de papas con especias como otra opción –La de ojos cafés sonrió ligeramente a la par en que alzaba sus hombros esperando la respuesta del de esvástica que pareció pensarse la oferta de cenar allí–.

—Esta bien..  si como carne… –Se forzó un poco a responder como pudo, no estaba acostumbrado a pedir las cosas por favor pero tampoco podía ordenarle como si fuese parte de su antigua servidumbre de la mansión–.

 •   •   •

Una vez estuvo lista la comida la sacó en pequeñas fuentes para que fuese más fácil tomar lo que comerían, el dolor de sus piernas ya había bajado considerablemente así que el único problema que le quedaba era el de su nariz pero como el de esvástica le dijo que estaba bien entonces no habría que preocuparse. La música que emergía de su móvil en tono relativamente bajo acompañaba el ambiente de manera serena, mientras tanto ella se dispuso a reducir en pequeños trozos la mitad de uno de los trozos de carne para que sus gatas comiesen también, se sentía un poco extraño comer acompañada de alguien que no fuese ella pero también la hacía sentir que aún era una persona.

La cena fue silenciosa pero nada de comida sobró por lo que podía tomarlo como un éxito hasta ahora, cuando lo vio oportuno recogió los platos y los dejó en el secador para que se limpiaran con la ayuda de la máquina y tomó de su lavandería una botella plástica mediana que luego cortó antes de acercarse a Dritte que arqueó una ceja.

—Ya es algo tarde y no creo que quiera dormir en mi sofá así que.. –Dicho esto la albina abrió la puerta de su departamento para caminar por el pasillo tenuemente iluminado hasta quedar frente a la puerta del departamento ajeno de quien la siguió confundido junto al braco gris–.

La más baja forzó un poco la delgada botella para que entrase por el lado donde estaba la manija y al alcanzar el punto exacto la atrajo hacia ella logrando que la zona curva del plástico moviese el seguro a la par que su otra mano empujaba la puerta, logrando abrirla no más de tres minutos.

—.. ¿Pudiste haber hecho eso antes?.. –La expresión del germano desconcierta rememorando la manera tan fácil en la que la humana pudo hacerlo como si fuese una ladrona profesional, aunque Alphonse entrando tranquilamente cortó el silencio–.

—Sí, pero creí que necesitaba algo de distracción en lugar de encerrarse enojado en silencio.. –gatha rascó un poco su cuello algo avergonzada pues claramente se veía  mal que alguien como ella supiese hacer ese tipo de cosas que se le atribuían  a las malas semillas de la sociedad, pero no era más  que su ingenio luego de perder tantas veces sus llaves en los años que llevaba viviendo en ese edificio–.

—.. Guten Nacht –Se limitó  a decir el mayor en tono bajo antes de entrar a su dominio, recibiendo antes de entrar a su dominio, recibiendo una sonrisa pequeña de la contraria que luego se giró para volver a su casa a dormir. Se sentía extraño no juzgar a alguien por primera vez en su existencia, incluso se había olvidado toda esa tarde del incidente de la mansión.. El tricolor ni siquiera se había  dignado en llamarlo durante todas esas horas–.

Por lo que se sentó en el borde de su cama sintiendo amargura, a pesar de lo que hizo décadas atrás y de todas las vergonzosas o sádicas torturas que sufrió no hija a dejarse humillar de esa manera como si fuese una miserable rata, él había llevado al territorio a lo más alto del mundo… hasta que las malas decisiones de un puñado de humanos imbéciles que se sabotean entre ellos causando una serie de errores irreparables que los dejó en epicentro de la destrucción y la desgracias a merced de las bestias, que lo llevaron a lo más profundo del peor infierno posibles.

Quemado vivo.

Toda su piel desollada.

La decapitación más veces de lo que podría recordar.

Lo dejaron en un barril lleno de agua durante una semana entera, cocinándose a fuego lento sin poder respirar.

Lo encerraron con insectos carnívoros que se tragaron alguno de sus órganos.

Lo colgaron de cabeza con el torso abierto por ganchos de acero rodeado por plagas detestables que incluso anidaron en él.

Y lo humillaron de peores maneras que no podía recordar sin vomitar e intentar limpiar su cuerpo durante horas con agua hirviente para intentar quitar marcas que solo él recordaba.

Por dentro de su exterior brusco e intimidante, no estaba más que roto y viviendo simplemente porque no se le permitía morir.

RUBRUM (T.R × Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora