48. La disculpa.

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<<"Hola Nicolás, Te escribo está carta para decirte lo que siento, no es nada malo. Desde que te vi por primera vez en la playa una tarde de Verano cuando apenas eras un niño, por alguna razón siempre me llamabas la atención.

Me acuerdo del primer día que te conocí en persona, tu hermana y tú se acercaron a mí, me saludaron y me invitaron a jugar con ustedes, me emocioné mucho por qué te tenía como amigo y esa a mistad se volvió amor, pero por ser un cobarde no te dije nada de mi amor que te tengo por ti. El miedo al rechazo y el miedo a tu hermana me vencieron y decidí quedarme callado.

Ahora que ambos estamos en la facultad, estoy emocionado ya que estamos viviendo en el mismo edificio, me hubiera gustado que quedáramos en la misma habitación, pero termine en el segundo piso y tu estás en el tercero. Es mejor que nada jejeje.

Aún sigo siendo un cobarde para decirte lo que siento por eso te escribo está carta, espero que escribiendo pueda decirte quién soy y podamos salir en una cita más adelante.

Te quiero mucho.
Admirador secreto.">> Leyó Mateo la carta con el número uno en sus pensamientos, mientras el y el papá de Louie están sentados en el autobús que los está llevando a la casa de Elena << - A si que, alguien está enamorado o estaba enamorado de Nicolás, pero no le dijo su nombre o tal ves si se lo dijo en algunas de estas cartas, pero no las pudo leer por el accidente >> pensó Mateo guardando la carta en su Mochila.

- Mateo, ¿palabra con siete letras que represente a una persona que tiene miedo de hacer algo? - pregunto Cristofer con un lápiz en la mano viendo un crucigrama en el periódico.

- Cobarde - Respondió Mateo viendo las otras nueve cartas en su mochila preguntándose si es correcto leer las otras cartas ya que esas están cerradas.

- ¿Cobarde? Co... Bar... De - encaja perfecto, gracias - dijo Cristofer escribiendo la palabra en los cuadros del crucigrama -. ¿Cuánto falta para llevar a tu casa?

- Falta unos cuantos kilómetros para llegar, puede que lleguemos en media hora - Respondió Mateo volteando a ver a Cristofer.

- Gracias, Espero que Louie este bien - dijo Cristofer viendo su reloj.

- Señor, no se preocupe, Louie sabe cuidarse bien, además tiene a Michael el chico más responsable, amable y respetuoso del todo el campus, Louie está en buenas manos - dijo Mateo mientras toca el hombro de Cristofer para calmarlo.

- Lo se, se que está en buenas Manos, te debo una disculpa Mateo, también a los otros cinco, desde que llegué los e estado acosando, amenazando, y regañando enfrente de mucha gente - dijo Cristofer viendo el crucigrama.

- No tiene que disculparse señor, es normal que esté preocupado por Louie, es su hijo después de todos, es normal que esté preocupado - dijo Mateo viendo a Cristofer.

- Preocupado, asustado y... Celoso - dijo Cristofer llenando una columna con la palabra "Celoso".

- ¿Celoso? - pregunto Mateo viendo a Cristofer.

- Si, celoso - dijo Cristofer respirando profundo, para después sacarlo -. Desde que me invitaron para el festival de la primavera, me emocioné por qué podía estar cerca de Louie, cuando llegue al campus y ver lo que pasó con ustedes, pues me enoje y deje salir mi enojo con todos ustedes. Los vi como una amenaza - Admitió Cristofer sin dejar de ver el crucigrama.

- ¿Amenaza? ¿Por qué nos vio como una amenaza? - pregunto Mateo viendo Cristofer.

- Yo y mi esposo éramos felices juntos, ambos estábamos haciendo nuestros sueños realidad, nada podía arruinar nuestra felicidad, pero tarde o temprano aparece algo que arruina una relación, en nuestro caso fue nuestro trabajo, ambos queríamos salir adelante, en nuestras carreteras y no nos dábamos el tiempo para pasar un rato juntos - dijo Cristofer recordando esos tiempos -. Cuando los dábamos el tiempo nos sentíamos raros, era como estar con la persona que te gusta, pero tienes miedo de lo que puedas decir. Llegamos a un punto en terminar nuestra relación, pero un día, mientras caminaba del trabajo a mi casa pensando en como unirnos más como pareja, escuché algo que llamo mi atención. La risa de un bebé, provocada por sus padres que lo hacían reír con caras chistosas. Con solo ver a esa pareja me vi a mi y a mi esposo haciendo reír a un bebé. Esa era mi respuesta.

Mis pretendientes imposibles. - #PGP2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora