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Gabriella Adeline Edevane la hija del duque Ecclestone, no era una niña cualquiera, su nacimiento se recibió con grandes celebraciones al igual que con se había festejado la llegada de su hermano

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Gabriella Adeline Edevane la hija del duque Ecclestone, no era una niña cualquiera, su nacimiento se recibió con grandes celebraciones al igual que con se había festejado la llegada de su hermano. Las campanas repicaron durante horas, hubo champán para todos para festejar la llegada de la recién nacida.

El nacimiento de una hija hizo que el corazón del duque se llenara por completo, no le cabía en el pecho de lo orgulloso que estaba, tener una familia completa junto con su amada esposa y sus magníficos hijos, era lo que siempre había soñado.

Los duques habían tenido dificultades para tener hijos, por eso Thomas y Adeline se llevaban 8 años de diferencia y por la misma razón ambos nacimientos fueron tan festejados.

Para gran horror de la madre de Elisa, esta insistió en cuidar ella misma de sus hijos. Robert por su parte nunca había aceptado la actitud imperante entre la aristocracia según la cual los padres no debían ver ni oír a sus hijos, por el contrario, buscaba tiempo y cancelaba reuniones para poder pasar la mayor cantidad de tiempo con ellos, les contaba historias de caballeros de brillantes armaduras y guerreras con espadas poderosas.

— ¡Y entonces encajo su brillante espada en el corazón del dragón! — les decía con emoción mientras movía un palo de un lado a otro mientras sus hijos lo veían atentos.

—Y de la sangre del dragón apareció una hermosa rosa roja — les dice su madre dándoles una rosa roja a sus hijos, que veían embobados las flores.

Si bien Thomas era el mayor, su padre quería que disfrutara al máximo su niñes y que tuviera la mayor cantidad de buenos recuerdos como fuera posible y así poder contárselos a sus hijos y ser mejor padre de lo que él era.

Adeline sin duda era la envidia de muchas de las niñas de la ciudad, tenía todo lo que cualquiera de ellas desearía y sobre todo tenía un futuro brillante y asegurado.

Adeline era muy disciplinada y apasionada con todo lo que hacía, le encantaba hacer felices a sus padres y por eso se esforzaba en hacer bien cualquier cosa que se propusiera.

—Addie cariño — le dice su padre poniéndose junto a ella que no dejaba de tocar el chelo — Es suficiente debes descansar un poco.

—Pero... aún no puedo tocar bien papá — le dice señalando las partituras que no lograba dominar.

—A mí me parece que sonaba muy bien.

— ¿Eso crees?

—Por supuesto... ahora vamos a comer — le dice alzándola.

— ¡Papá! Tengo 5 ya no soy una bebe — le dice la niña quejándose.

—Sigues siendo mi bebe — le dice su padre mientras se dirigían al comedor.

La vida de Adeline se centraba en su familia, los amaba tanto que haría cualquier cosa por verlos felices en especial a su hermano que ocupaba un enorme lugar en su corazón.

Ser Feliz / Anthony BridgertonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora