Adeline Edevane la hija menor de Robert Edevane y Elisa Edevane los duques de Ecclestone, era la mejor amiga de Daphne Bridgerton cuando eran niñas, hasta que luego de un accidente, cualquier tipo de comunicación con ella se rompió.
Tras 10 años de...
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Por la tarde había llegado una carta a la mansión proveniente de la casa Bridgerton. Adeline la había tomado algo desesperada esperando que fuera una carta de Anthony y se decepcionó un poco al saber que era una carta de Benedict invitándola a su estudio al día siguiente.
Y ahí estaba Adeline, en uno de los salones de la casa Bridgerton, tan nerviosa que muy apenas podía pensar.
— ¿Qué es lo que te pasa? – le pregunta Benedict que la veía preocupado mientras sostenía la manzana.
—Nada... — le responde continuando con las líneas sobre el papel.
—No parece un nada.
— ¿Dónde está Daphne? – quiso saber sin despegar su mirada del papel.
—Fue a dar un paseo con el príncipe – le dice Benedict cansado de seguir sosteniendo la manzana, así que deja de seguir con su pose.
— ¡Benedict! – se queja Adeline.
—Me duele el brazo – dice sobándose el hombro.
-Entonces... ¿Simon y Daphne dejaron de intentarlo? – pregunta confundida, hace mucho no veía a su amigo, pero no creyó que no se hubiera esforzado más – Se veían muy enamorados.
—Eso parecía, pero ¿para qué la necesitas?
—Quería preguntarle algo – Dice dejando el carboncillo en su caja para luego tomar un trapo y limpiarse los dedos.
— ¿No me lo puedes preguntar a mí? – le pregunta Benedict yendo a su lado para ver el dibujo que estaban haciendo, estaban los dos juntos, Benedict sostenía una manzana que Adeline no entendía por qué, pero él había insistido en que lo dibujara así, mientras Benedict la dibujaba a ella viendo la manzana.
—No creo tener la nariz así Benedict – se queja – si no la arreglas terminarás peor.
—Es mi venganza por hacerme ver más bajo – le dice.
—No... tú me dibujaste muy alta – le reclama – no puedes culparme a mí.
—Tienes razón – dice riendo.
Después de un momento en silencio, Adeline se volteó hacia él.
— ¿Cómo... como sabes cuándo estás enamorado? – le pregunta ganándose la sorpresa del castaño.
— ¿Alguien ha llamado particularmente tu atención?
—Si... — dice regresando su mirada al papel – Nunca me he enamorado, quiero estaré segura de que lo que siento en verdad es amor.
— ¿Y qué sientes? – le pregunta y ella se queda un momento en silencio tratando de encontrar las palabras.
—Que no puedo respirar cuando estoy cerca de él, ni cuando estoy lejos, cuando... lo veo acercarse todo a nuestro alrededor desaparece, es como... como si...
