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¡Ah!, Amable lector, esta autora está encantada de comunicarle que

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¡Ah!, Amable lector, esta autora está encantada de comunicarle que... la Señorita Edevane muy pronto se convertirá en la Condesa Kilmartin, por su reciente compromiso con el muy apuesto Conde Kilmartin. Por desgracia, esta escritora no ha sabido aún el motivo de la cancelación de su compromiso con el Vizconde Bridgerton.

Aunque bien era sabido que la Señorita Edevane desde un principio había querido un esposo fuera de nuestra amada cuidad; Londres. Y ahora se irá hasta del país.

Pero aun así nos peguntamos ¿Por qué tanta prisa por casarse? ¿Será que nos esconden algo?

REVISTA DE SOCIEDAD DE LADY WHISTLEDOWN.

La casa del conde no era tan grande como lo era la mansión Edevane, pero seguía siendo enorme y tenía un hermoso encanto.

—Dejaré sus cosas en su habitación – le dice Elena, su dama de compañía.

—Está bien, estaré recorriendo el lugar.

—Entendido señorita.

Mientras recorría el lugar, Adeline se permitió pensar en paz por un momento, y se dio cuenta de que su vida no era tan diferente de cómo había estado cuando regreso a Londres. No se comunicaba con la familia Bridgerton y estaba prometida con un hombre que no amaba, aunque esta vez habían sido decisión suya.

Y si bien se suponía que debía de estar en la casa Kilmartin para conocerse mejor —Por petición del duque—, el conde rara vez era visto ahí.

—Será un vestido hermoso – le dice la modista mientras acomodaba las telas en el cuerpo de Adeline.

—Claro – le dice tratando de alejar la tención de su cuerpo.

Por la noche, después de cenar —sola como de costumbre— había escuchado hablar a Kilmartin de contratar a un pintor para tener un retrato el día de la boda.

Él quería un enorme evento en el salón de su casa y aunque Adeline habría preferido que fuera en privado, sentía que no podía hablar ni opinar de absolutamente nada.

Los preparativos se hicieron algo apresurados en cuanto le dieron el permiso de boda, lo cual hizo que los días pasaran con demasiada rapidez.

El salón estaba empezando a adornarse para el día siguiente.

Adeline veía el retrato que había sido colocado al final de las escaleras, el artista era bueno, sin duda, de alguna malera había logrado plasmar la angustia del rostro de ella.

Y en todo el tiempo que ella había estado viviendo ahí, lo único que le quedo claro era que el conde amaba las rosas.

Mientras daba su último paseo por esa casa, escucho una plática entre los pasillos.

—Tendremos que decírselo en un momento – escucha la voz de Derek en el pasillo siguiente, el que daba a las habitaciones.

— ¿Estás seguro? – se escucha otra voz masculina y Adeline estaba por darse la media vuelta cuando escucho su nombre.

Ser Feliz / Anthony BridgertonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora