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 Oh y la semana pasada estuve en la mansión Edevane, es difícil estar ahí sin recordarte

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... Oh y la semana pasada estuve en la mansión Edevane, es difícil estar ahí sin recordarte. Estuviste lejos de ese lugar por diez años y en menos de dos llenaste cada rincón  de tu esencia, me es insoportable estar ahí sin ti.

Te extraño.

La décima carta de Anthony, el vizconde Bridgerton, a Adeline, la condesa Kilmartin, dos meses después de su mudanza a Escocia.


— ¡Dios santo! – Exclama Violet en cuanto los ve y va rápido hacia la joven – Addie te resfriarás.

—No se preocupe tía – le dice sonriéndole – Seguro estaré bien.

— ¿No te preocuparás por mi madre? – Le pregunta Benedict pasando una de las toallas por su cuello.

—Querido, Adeline tendrá un hijo, tiene que estar sana y fuerte.

—Yo si me preocupo por tu salud, Ben – le dice Adeline sonriéndole, parándole una de las toallas por el cabello.

—La semana pasada estuve a punto de tener una gripe – refunfuña Benedict.


— ¿Y cómo es estás casada? – le pregunta Hyacint.

Violet los había obligado a sentarse en el suelo, frente a la chimenea, Adeline llevaba unas calzas y una camisa gigante y estaba cubierta con una enorme bata gruesa.

—Bueno, tiene muchas ventajas – dice Adeline sorbiendo un trago de té.

—Lo dudo mucho – dice Eloise.

—No debe de ser tan malo – le dice Francesca cantándose a su lado – Yo creo que debe de ser algo maravilloso, mira a Daphne, está más que feliz.

—¿Entonces como es estar casada? – le vuelve a preguntar la niña y la rubia se quedó pensando por un momento solo viendo el fuego.

¿Cómo era su vida ahora que estaba casada?

—Bueno... he aprendido como manejar el condado – tos – Es entretenido en realidad.

—Me refiero a tu vida con Lord Kilmartin, él es muy atractivo – la mirada de la niña era de una verdadera curiosidad y la condesa se volvió a quedar pensando, realmente su vida de casada era muy diferente a como lo había imaginado cuando era niña.

—Bueno... él es... — tos – Muy agradable, es bueno y gentil.

Hyacinth no despego la mirada de ella esperando que continuara y Adeline volteo a ver a Benedict quien había estado en silencio a un lado de ella también cubierto con una manta.

— ¿Cómo se tienen los bebes? – vuelve a preguntar y esta vez hasta Benedict escupió el té que estaba tomando.

Y con esa pregunta hasta Eloise parecía impaciente por obtener respuesta.

Ser Feliz / Anthony BridgertonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora