Capítulo 1

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¿Qué es lo que dicen de las personas que se mudan a un pequeño pueblo?

No tengo la menor idea, sin embargo, aquí estoy intentando retomar mi vida después del gran desastre que era en la ciudad.

La campanita que indica que he ingresado al único restaurant que hay de comida, hace que me gane las miradas de los pocos locales que se encuentran consumiendo. Con una postura recta y la cara en alto, intento proyectar demasiada seguridad y confianza en mí misma, es algo que siempre hago y me va bien.

Por suerte, soy la única haciendo fila.

─Hola ─saludo a la mujer detrás de la caja registradora, es una mujer de piel morena, cabello negro y lleva un vestido de color beige que pienso que le favorecería más si no llevara puesto ese delantal amarillo que está grasiento.

─¿Puedo ayudarte en algo?

La mujer no se molesta en darme una mirada rara, de inmediato a reconocido que no soy de aquí.

─Claro, ¿qué clase de alimentos venden por aquí? ─Pregunto con una sonrisa forzada.

La observo enarcar las cejas y luego señalar el menú de arriba.

─¿Qué no lees?

Uy, perdón. Pienso, qué carácter.

Le doy una sonrisa y suelto un pequeño suspiro, hamburguesas, pizza, malteadas, pollo...

─¿Tienen ensaladas?

Una risita sale de ella.

─Cariño, no tenemos ensaladas ni nada vegano si eso es lo que estás buscando.

Vaya, no me sorprende.

─Bien, entonces una hamburguesa estaría bien.

─¿Con doble carne y extra queso?

─No ─niego de inmediato─. Solo sencilla.

─Bien, ¿algo de tomar? ─Pregunta mientras lo anota en una libreta.

─¿Una coca cola?

La mujer da un pequeño asentimiento, después desaparece para dejar la nota y regresa segundos después.

─Bien, serán siete dólares ─dice y asiento levemente antes de comenzar a buscar en mi bolso la cartera.

─¿Aceptas tarjeta? ─Pregunto extendiéndole la tarjeta, esperanzada a que sí.

─¿No leíste el letrero de afuera? Solo efectivo, chica.

Ay dios, definitivamente no vi el letrero.

Rio nerviosamente mientras vuelvo a buscar en mi cartera efectivo, por lo general, no me suele importar ignorar los comentarios de Ava cuando me dice qué debo hacer, ella siempre ha sido la más lista a comparación de las dos, sin embargo, llegados a este punto, estoy comenzando a arrepentirme por no hacerle caso.

Estaba segura que no iba a necesitar efectivo porque no había nada que una tarjeta no pudiera solucionar. Prefería las tarjetas antes que andar cargando con efectivo.

Ya escucho en mi cabeza la voz de Ava diciendo "te lo dije."

─Dame un momento por favor ─digo mientras sigo buscando el efectivo.

Nada.

No traigo nada y estoy comenzando a frustrarme y el gruñido de alguien a mis espaldas también consigue que me estrese.

─Oye, apúrate.

Dice una voz masculina a mis espaldas, rio nerviosamente.

─Dame un momento, por favor.

Amor en construcciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora