Capítulo 16

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─¡Ay Dios mío! ¡Josh! ─Exclamo al darme cuenta de la gravedad de mis acciones.

Le he echado gas pimienta en los ojos y el pobre hombre está sufriendo una crisis por mi culpa.

Me acerco a él lo más rápido que puedo, aún sigue quejándose del ardor en los ojos y literalmente, está tirado en el césped del parque.

─¿Estás bien? Dime, ¿cómo puedo ayudarte? ─Comienzo a preguntarle con desespero─. Ay, Josh, lo siento mucho, no sé qué hacer... esto fue...

Me siento tonta al seguir hablando porque está claro que no me pone atención por culpa de lo que he hecho, veo que hay como una manguera a la distancia y parece estar conectada así que voy corriendo hacia ella y la abro, siento un poquito de alivio cuando escucho que el agua comienza a salir el agua por la manguera, pero me moja un poco la ropa, aun así, lo ignoro y me acerco a Josh.

─Toma, aquí hay agua ─digo y él se acerca a como puede hacia mí, le ayudo a enjugarse los ojos y la cara, estoy segura de que le arde demasiado y tan solo pensarlo me hace sentir un gran remordimiento.

Si que lo he juzgado mal, eso no está bien, sin embargo, no pude evitar hacerlo.

Solo me queda remediar mis acciones y me parece que no son de las mejores.

Cuando Josh consigue reincorporarse y puede por lo menos abrir un poco los ojos, estos me miran con recriminación.

─Lo siento mucho.

Suelto de nuevo y me muerdo el labio con fuerza, Josh niega.

─¿Qué estabas pensando?

Su voz me resulta tosca y brusca, no hay nada de entusiasmo en él y no espero que lo haya porque sí que he metido la pata. Está en todo su derecho de enojarse conmigo.

─Yo, pensaba que ibas a atacarme, lo siento mucho ─suelto con honestidad porque si que estoy arrepentida, sé que no debí rociarle con mi gas pimienta, pero lo hice sin pensar, sea lo que sea, ya me temo que él no se lo va a tomar bien, mejor dicho, ya no está bien.

Josh se lleva las manos a las caderas y me mira de una forma que me hace sentir como si fuera una niña chiquita a que le que acaban de dar una buena reprimenda, no necesita decir una sola palabra para que yo misma quiero enterrarme bajo tierra ahora mismo.

Me he pasado de la raya, soy consciente de ello y disculparse si que no es suficiente pero no sé qué otra cosa deba hacer.

─¿Te encuentras bien?

─¿Te parezco que estoy bien?

Dice tan molesto que termino bajando la mirada.

─Fue un accidente.

Observo mis zapatos porque no tengo el valor de alzar la mirada hacia él.

Josh suelta un gruñido y bufido al mismo tiempo, tan digno de él que no me sorprende, sin embargo, sé que esta vez sí tiene motivos específicos para gruñir.

─Vámonos te llevo a casa ahora.

Sea lo que sea que haya tenido pensado en hacer, Josh, cancela todos los planes y yo no pongo objeción alguna, me subo a la camioneta y está vez, soy yo quien cierra la puerta, me coloco el cinturón de seguridad. Josh no dice ni una sola palabra, pero deja ver que tan molesto esta cuando azota un poco la puerta de conductor.

El trayecto a mi casa es demasiado silencioso e incómodo, ni siquiera la radio está encendida, no me parece que sea lo adecuado, pero si que detesto el horrible silencio que hay, en especial cuando sé que es por mi culpa.

Amor en construcciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora