Capítulo 29

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Por más que intento concentrarme en la receta de Quinn sobre como preparar el chocolate caliente, no puedo sacar la escena de Muriel y Josh discutiendo fuera de su casa, es imposible que mi curiosidad muera por mucho que intento apartarla de mi cabeza.

─¿Qué te pareció?

Murmura Quinn y frunzo los labios.

─Perdón, ¿qué dijiste?

La sonrisa que Quinn me da es amigable, ladea la cabeza y me parece que me mira con alguna especie de ternura antes de decir lo siguiente.

─No puedes sacarlo de cabeza, ¿no es así?

No hace falta que especifique qué o quién, es obvio que estamos hablando de Josh.

Un suspiro pesado se me escapa y aprieto los labios mientras observo como revuelve en chocolate caliente en la olla.

─Lo siento, no quería ignorarte, yo...

─No tienes por qué disculparte ─se apresura Quinn a decir antes de que yo pueda terminar mi frase─. Entiendo que te sientas así, yo también lo estaría si estuviera en tu lugar, los hombres como Josh suelen confundirnos de algún modo.

─¿Ya has conocido a alguien como él?

Pregunto enarcando las cejas, es una pregunta boba y seguramente incomoda, pero Quinn sonríe y decide responderla.

─Sí, hace tiempo y déjame decirte que los hombres como él son los más difíciles de olvidar.

─Ni me lo digas ─intento no rodar los ojos con ello─. ¿Por qué dices que son los más difíciles de olvidar?

─No lo sé, simplemente lo son ─se encoge de hombros como respuesta─. Quizás se deba a lo que nos hacen sentir no, al saber que son complicados, intentamos resolverlos como si fueran una especie de puzzle que tenemos que armar y una vez que lo armamos, conseguiremos que sea nuestro.

─Y supongo que no siempre termina así...

─No, no siempre ─suspira, pero pone una sonrisa en la boca─. Pero a veces el resultado puede ser diferente cuando es el indicado.

Una risita seca se me sale con ese comentario.

Creo que nunca he sido la clase de chica que presta atención a eso del chico indicado, ¿de verdad existe?

─Supongo que puede ser complicado encontrarlo, ¿no?

─Así es, pero cuando nos toca, lo encontramos en el lugar esperado, en el momento indicado. Además, con Josh tienes que ser paciente, él no es alguien sencillo de lidiar, si quieres conocerlo mejor, la paciencia será tu mejor aleada.

─¿Tú crees? ─Frunzo el ceño─. ¿Puedo preguntarte si te has casado alguna vez?

Mi pregunta la toma por sorpresa, pero Quinn pone una sonrisa que encuentro nostálgica.

─Sí ─dice con un leve asentimiento de cabeza─. Hace tiempo, incluso tuve hijos, pero nadie se quedó en este pueblo, Faxon Hills es un pueblo pequeño, claro.

─No tenía idea de ello, ¿qué pasó con él? ¿te divorciaste?

Quinn niega.

─Mi esposo, Erten, falleció de un infarto hace años.

─Oh Dios, lo siento mucho Quinn.

─Gracias ─dice manteniendo esa sonrisa nostálgica en la boca─. Por cierto, hay un evento caritativo aquí en el pueblo este viernes, esperaba que pudieras ayudarme.

Menciona y me da gusto que sea ella quien cambie de tema antes de que las cosas se tornen incomodas.

─¿Qué clase de evento?

Amor en construcciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora