Capítulo 34

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Para cuando Josh me lleva a casa, voy un poco distante, perdida en mis pensamientos y el lo nota cuando bajamos de su auto y caminamos a la entrada de mi casa.

—¿Estás bien? —Me pregunta e intento poner una sonrisa.

—Si, solo estoy un poco cansada, es todo —digo y él se rasca la nuca.

—¿Es por lo de Muriel?

Se atreve a preguntarme, me toma por sorpresa pero me sonrojo.

—Tal vez, un poco.

Decido ser honesta, Josh se lleva las manos a los bolsillos de sus pantalones, baja la mirada al suelo y suspira en cansancio.

—Pasó hace tiempo, Savannah. Lucy es parte de mi pasado —no hay amargura en su voz o enfado, es como si realmente estuviera seguro de sus palabras.

—Entonces, ¿por qué Muriel insiste en torturarte con él?

Si Lucy es parte del pasado, Muriel no debería de entrometerse más, en especial si ella ya es feliz con alguien más.

Josh lo medita un tiempo y cuando cree que está listo para responder, lo hace.

—Porque a Muriel jamás le agradé, nunca aprobó nuestra relación.

Me sorprende un poco pero no del todo, es evidente que muchas cosas no han cambiado porque a Muriel le sigue desagradando Josh.

—¿Puedo preguntarte por ella? ¿Por Lucy?

Sé que estoy indagando demasiado en estos momentos pero no puedo evitarlo, tengo mucha curiosidad. A veces decimos que es mejor no hablar de nuestros ex con la persona con la que estamos saliendo actualmente o conociendo pero yo creo lo contrario, saber un poco al respecto nos ayuda a conocernos.

—¿Qué quieres saber de ella?

Aprieto los labios porque no sé si lo que quiero saber es exactamente imprudente o si él realmente se atreverá a responderme. Tomo una pequeña bocanada de aire y hablo de nuevo.

—Por qué terminaron —suelto como si nada—. Sé la versión de Muriel pero también me gustaría escuchar la tuya.

Un gruñido sale de él g se rasca la cabeza, después mira hacia su camioneta que está perfectamente estacionada frente a mi casa y hace un gesto de cabeza hacia adentro.

—Deberíamos de estar adentro, hace un poco de frío.

Asiento y saco las llaves de mi casa del bolso para seguido abrir la puerta, Josh espera a que pase primero y después pasa él, los dos nos sentamos en el único sofá que tengo en casa.

—Lamento que Muriel haya venido a verte, no me agrada que haya estado aquí. Debiste decírmelo antes.

Habla. Pongo una mueca en los labios y me acomodo el cabello un poco.

—No tenia idea idea que vendría, fue inesperado —digo al negar con la cabeza, me incomoda el silencio que se forma en la habitación—. No quería incomodarte, mucho menos indagar en tu vida personal, lo siento.

Por mucho que esté intrigada por conocer esa parte de él, no me agradó que fuera Muriel quien lo hiciera. Josh suspira.

—Tranquila, no me sorprende del todo si te soy sincero. Muriel es así, le gusta arruinarme siempre que puede.

—Lo siento pero tengo muchas dudas sobre ello —hablo con bastante sinceridad, no hay asombro en el rostro de Josh, el parece haberlo visto venir que solamente asiente.

—Te responderé lo que quieras.

Dice y oprimo una mueca.

—¿Estás seguro de ello? —Necesito confirmar y Josh asiente levemente—. Entonces, ¿de verdad la dejaste en el altar como Muriel lo ha dicho?

Amor en construcciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora