─¡Ay Josh! ¡Perdóname! ─exclamo en cuanto me quito de encima suyo y me levanto.
Me cubro la boca con ambas manos, sorprendida de lo que acababa de hacer. Josh se levanta un minuto después y la mirada que me da me hace sentir avergonzada.
No es una mirada mala pero tampoco es una que exprese mucho lo que me hace pensar.
¿Le gustó o disgustó el beso?
Lo había respondido de vuelta, pero eso definitivamente no significaba que le había gustado, ¿no?
A veces alguien solo puede responder un beso por que sí, ¿no es así?
Solo intento buscar un pensamiento que me haga sentir un poco tranquila con mi consciencia porque tengo miedo de que no le haya gustado.
¿Por qué de pronto me importa si le gustó o no?
El corazón se me acelera con esos pensamientos y solo quiero huir de allí lo más pronto posible.
Ningún chico al que he besado antes se ha quejado de ello, en realidad, siempre terminan en algo más y nunca he tenido un problema con ello, pero no puedo comparar a Josh con otros, él es demasiado diferente. Inesperado.
Decido volver a ponerme a pintar con la intención de no torturarme con mis pensamientos porque sé que una vez que le haya dado vueltas a un asunto, no lo voy a poder ignorar tan fácilmente.
Actué sin pensar, ¿sí?
Y también quería besarlo...
Me atrevo a confesar solo para mí misma y agradezco mucho el estar sola cuando un suspiro se me escapa.
Estoy hecha un desastre por culpa de como terminó mi ropa y me siento como un desastre definitivamente.
Creo qué pasa una hora aproximadamente cuando Josh vuelve a aparecer en la misma habitación que yo, esta vez, parece diferente, siento que evita mirarme y escucharlo aclararse la garganta me deja saber que se encuentra incómodo.
—Nos iremos temprano hoy. —Dice y después de unos largos segundos, por fin me mira a los ojos, en realidad, me mira de arriba abajo como si necesitara inspeccionar mi atuendo—. Te espero en mi camioneta.
Por supuesto, regresaré a la oficina con él, pienso.
Le doy un leve asentimiento, no sin antes cerrar el bote de pintura, cuando estoy lista, salgo de la habitación y voy hacia su camioneta, donde él está esperando recargado en el cofre de ella, cuando me ve, abre la puerta para mí y tengo que decir que esperaba verlo ya dentro de su carro esperando a que yo suba por lo que encuentro tierno el gesto de que aunque no esté muy contento conmigo y de algún modo esté evitándome, tenga la delicadeza de aguardar por mi para abrirme la puerta de su camioneta y esperar a que suba.
Es un caballero.
Me dice una vocecita muy en el interior de mi cabeza.
El trayecto a casa me resulta una eternidad, en especial porque sé que Josh no es de los que inician una conversación y yo no quiero iniciar una porque estoy avergonzada por lo que pasó.
¿Cómo puedes mirar a alguien a los ojos después de besarlo y sentir que no resultó tan bien como debería?
Tengo el impulso de querer morderme las uñas, lo que me hace pensar en lo horrible que está mi manicura y al menos me veo distrayéndome en ello, necesito comprar pinturas de uñas, una lima, acetona y todo lo necesario para poder arreglármelas por mi cuenta, las uñas siempre se me han dado bien.
Creo que me pierdo bastante en mis pensamientos que me sorprendo cuando la camioneta se detiene frente a mi casa. Volteo a ver a Josh, quien sorprendentemente está viéndome ahora mismo y no tengo idea de qué decirle, pero sí que le sostengo la mirada porque no soy la clase de persona que evita a las personas, al menos, no siempre, siempre intento dar la cara ante las peores situaciones posibles y esta no es la excepción.
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Amor en construcción
Teen FictionJosh arregla cosas. Es su trabajo y cuando conoce a Savannah la nueva chica en el pueblo sabe que ella necesita ayuda para arreglar el desastre que está pasando en su vida. Darle un trabajo en su compañía como la decoradora de interiores parece ser...