Capítulo 35

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Soy consciente de lo difícil que debe de ser para Josh hablar sobre el tema porque de tan solo escucharlo, ya lo encuentro todo tan complicado, doloroso y puedo ver que, a él, aunque intente ocultarlo, el recuerdo de la situación le duele.

Pero ¿cómo no va a dolerte que te rompan el corazón?

Nadie se salva de que alguna vez le rompan el corazón.

Pongo mi mano sobre la suya con la intención de darle un poco de consuelo, el gesto lo toma desprevenido y oprime una mueca cuando aprieta los labios con fuerza, nuestras miradas se encuentran e intento sonreírle.

─Eres un buen hombre, ¿lo sabes? ─Siento la necesidad de preguntarle, porque sí, aun entre esa capa dura y difícil de romper que siempre lleva puesto no me queda duda de que es un buen hombre.

─Y tu una mujer maravillosa ─dice con una sonrisa diminuta en la boca─. Aunque eso ya deberías de saberlo.

─En serio lamento lo que sucedió entre Lucy y tú ─insisto en el tema, no es que quiera hacerlo recordar los malos momentos, pero sí que me deja pensando un poco y no puedo evitar sentir un poco de lastima por él y por lo que Lucy hizo, en especial cuando soy consciente de que Muriel se empeña en hacerle la vida imposible en el pueblo.

─Lucy es parte de mi pasado y se quedará allí ─dice y niega─. No tienes por qué disculparte por algo en lo que no eres culpable.

─Lo sé, es solo que... ─aprieto los labios sin saber si decirle lo que pasa por mi mente o no. Al final, me termino encogiendo de hombros y se lo digo─. Es difícil de comprender para mí. Es que, me pareces un buen hombre, la clase de hombres con los que rara vez me encuentro en la ciudad, ¿sabes?

No es como que Josh tenga una idea de como es mi vida en la ciudad pero creo que ya he dejado en claro en ocasiones anteriores que mi vida allí es bastante diferente que aquí, demasiado superficial, en realidad, desde que he comenzado a adaptarme a Faxon Hills, estoy considerando que mi vida aquí es mucho mejor que la que llevaba junto a mi familia, amigos, conocidos, en realidad con todo el que me topara en la ciudad y me he dado cuenta de que en realidad, aunque siempre he estado rodeada de cientos de personas y me han hecho sentir en muchas ocasiones que yo soy el centro de atención, sé que siempre es por una razón, un favor a cambio que yo pueda hacerles, todos buscan sus beneficios y mentiría si digo que yo nunca lo he hecho antes pero alejada de todos me doy cuenta de que a las personas que creía importarles en realidad nunca les he importado. Ni siquiera se han molestado en hablarme, buscarme.

Josh me regala una sonrisa genuina, sincera, una de esas que estoy segura que no suele regalarle a nadie y es suficiente para que mi corazón se acelere, él se inclina hacía mí y me pasa una mano entre mi cabello para darme un ligero tirón hacía él y unir sus labios con los míos.

El beso comienza siendo lento, suave, un poco tierno y cuando su lengua entra en mi boca, es cuestión de segundos para que nuestro beso pierda toda calidez y ternura.

No importa cuantas veces y como me bese este hombre siempre consigue encender mi cuerpo en una milésima de segundos pues la atracción que siento por él es demasiado grande.

Lo tomo por el cuello de su camisa, intentando probar más de él, un gruñido se escapa de su parte cuando doy un ligero tirón a su labio inferior pero no me parece la clase de gruñido que suelta a veces, ese que indica que esta enfadado, con su mano libre, Josh me coloca la mano mi cintura y me da un ligero empujoncito hacia él, para atraer mi cuerpo al suyo, me termino sentando a horcajadas sobre su regazo, nuestro beso deja de ser lento para volverse más hambriento, sus labios comienzan a dejar besos cortos por mi mandíbula y mi cuello, ladeo la cabeza para darle un mejor acceso a este, la mano que esta en mi cintura comienza a acariciarme de arriba abajo sobre la tela de mi ropa y me dejo llevar por la sensación agradable que se está produciendo en mi cuerpo, su otra mano suelta mi cabello para hacer lo mismo que la otra y pronto, tengo ambas manos acariciándome los costados de mi cuerpo, mi espalda, abdomen y Josh no tarda mucho a meter una mano dentro de mi blusa.

Amor en construcciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora