─Muriel ─murmuro su nombre con sorpresa al verla. Ella parece tranquila de verme y pone una sonrisa que se desvanece en el segundo en que habla.
─Hola Savannah, ¿estás ocupada?
─Eh, no ¿por qué? ¿sucede algo? ─Pregunto frunciendo el ceño un poco─. ¿Puedo ayudarte en algo?
No sé a qué se debe su visita, pero estoy segura de que no ha venido aquí por gusto, seguramente debe de haber un motivo especifico por el que ha venido hasta mi casa.
─Sí, en realidad, esperaba que pudiéramos charlar las dos un rato.
─¿Charlar? ¿Nosotras? ─Nos señalo a ambas como si necesitara confirmar lo que ha dicho, ¿de qué tendríamos que hablar ella y yo? Ni siquiera somos amigas, pienso.
─Sí, espero que tengas tiempo, claro.
Dice y pongo una amable sonrisa, no quiero ser grosera.
─Claro, pasa ─digo haciéndome a un lado para invitarla a pasar, le hago un gesto para que me siga a la cocina─. La verdad es que no suelo tener visitas seguido así que puedo ofrecerte café o té, ¿te parece?
─Café está bien.
Responde y asiento antes de poner la cafetera para este.
—Bien, ¿A qué se debe tu visita, Muriel? —Intentó ser lo más amable que puedo, definitivamente no esperaba tenerla en mi casa y me pone un poco nerviosa que esté aquí.
Muriel le toma un trago a su café antes de responder mi pregunta.
—Creí que podía venir y platicar contigo sobre una persona que tenemos en común —no hace falta que mencione a la persona, se de buenas a primeras que se trata de Josh.
—¿Ah si? —Inquiero al tiempo que me llevo la taza de café que me he servido a los labios. Ella asiente levemente.
—Si, solo vengo a advertirte sobre Josh. Me parece que eres una buena chica por eso es que he venido.
—¿Qué hay de malo en él? —Preguntó con curiosidad. Muriel se toma su tiempo para responder a mi pregunta.
—Muchas cosas para ser honesta, una de ellas, él no es de por aquí. Jamás se crió en Faxon Hills y eso no lo hace la persona más confiable.
—Bueno, yo tampoco soy de aquí.
—Pero tu tío, Landon, él vivió aquí mucho tiempo.
Aprieto los labios con fuerza, tal vez el tío Landon tenía años viviendo en este pueblo pero tampoco creció aquí, sin embargo, la mayoría de los habitantes lo consideraban uno más entre ellos, como si toda su vida hubiese vivido en este pueblo.
—Él vivió mucho tiempo por aquí, es cierto —hablo con la esperanza de que ella continué con el tema.
—Josh por otra parte, no aunque ya veo que eso no supone un problema para ti —niego dándole el lado a su comentario—. Pero no es un buen tipo, ¿sabes la razón por la que vive aquí ahora?
Había escuchado rumores, sin embargo, niego.
—Mi hija, ella se iba a casar con Josh hace un tiempo, es por eso que él llegó a este pueblo, vino con la intención de tomar la mano de mi hija y a pesar de que los dos llegaron hasta el altar, decidió rechazarla el mismo día de su boda.
Me sorprendo de sus palabras porque claramente no lo veo venir. No tenía idea de ello, de que Josh hubiese dado ese gran paso de llegar al altar con alguien y al final rechazarlo, sinceramente, no me parece esa clase de hombres que deja a alguien plantado en el altar, más bien parece la clase de hombre que si te da un si en una iglesia, seguramente es para toda la vida.
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Amor en construcción
JugendliteraturJosh arregla cosas. Es su trabajo y cuando conoce a Savannah la nueva chica en el pueblo sabe que ella necesita ayuda para arreglar el desastre que está pasando en su vida. Darle un trabajo en su compañía como la decoradora de interiores parece ser...