Capítulo 7

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La luz tarda más de una hora en llegar y todo ese tiempo decido quedarme afuera sentada en los escalones de casa, sé que no es la manera más segura de pasar la velada, pero es todo lo que se me ocurre hacer, en especial si tenemos en cuenta que me da miedo la oscuridad.

Cuando vuelvo a entrar a casa, estoy demasiado cansada y con pocos ánimos me tumbo sobre el sofá para quedarme dormida más tarde, pero me es complicado dormir y por suerte, estoy despierta temprano y a pesar de que el sueño parece venir a mi por la mañana, me obligo a levantarme y comenzar a alistarme para estar a tiempo en la constructora de Josh.

Esta vez busco entre mi ropa una vestimenta que creo más casual, aunque de casual no tiene nada para otros, me coloco una falda del mismo estilo que la anterior, sin embargo, esta es de color rojo y la combino con una blusa blanca que tiene un corte en V y me pongo tacones de color blanco, le doy un poco de volumen a mi cabello y me pongo maquillaje porque siempre he escuchado a mamá decir que dar una buena imagen en el trabajo es importante.

Me pasa por la cabeza que sería bueno desayunar, pero eso es casi imposible si tenemos en cuenta que aun no he recibido ni un solo pago en el trabajo, lo cual no puedo exigir si apenas he conseguido trabajar un día y no ha sido tan bueno que digamos. Como sea, lo ignoro, no es como que yo no haya comido antes, aunque supongo que es diferente cuando intentas privarte un poco de la comida solo por querer ser más delgada.

Vamos Savannah, llegarás tarde si sigues pensando demasiado.

Me digo a mi misma y me dispongo a ir a la constructora, donde por suerte, llego alrededor de las siete cincuenta, diez minutos antes ya es una ventaja considerando que ayer había llegado una hora tarde y Josh se había molestado.

─Buenos días ─saludo en cuento abro la puerta de la oficina y al único que encuentro allí sentado detrás del escritorio es a Josh. Cuando su mirada se posa en mí, sé que me recorre con la mirada todo el cuerpo porque por mucho que yo quiera decir que mi vestimenta es casual, no es para nada casual comparado con el lugar, tal vez lo sería para una oficina más formal que esta, sin intención de ofender a nadie.

A Josh le cuesta un poco de tiempo alzar la mirada a mi rostro de nuevo y me parece que lo veo tragar con fuerza al notar lo ajustada que resulta ser mi falda y lo notorio que es el corte V en mi blusa.

Creo que lo más correcto sería que me sintiera incómoda con ello, pero es cierto que me gusta captar la atención de los demás y de algún modo, captar la de Josh me agrada.

¿A quién no le gusta alguna vez sentirse admirada por alguien que es atractivo? Porque Josh es atractivo.

El carraspeo que sale de su garganta me hace sacarme de mis pensamientos.

─Buenos días ─dice antes de desviar la mirada de mí y ponerse a observar los papeles que hay en su escritorio─. Has llegado temprano.

─Así es, lo he intentado ─le explico y él da un pequeño asentimiento─. ¿Dónde están todos?

Frunzo el ceño.

Me parece que no he visto a ninguno de los trabajadores al llegar.

─Llegarán en un momento ─me asegura como si fuera algo obvio─. Comenzamos a las ocho.

─Creí que todos madrugaban aquí ─le digo y él aprieta los labios en una fina línea.

─Algunas veces ─explica─. La mayoría del tiempo todos suelen presentarse exactamente a las ocho.

─Ya veo ─elevo las cejas y de inmediato se forma un silencio en la habitación que deseo romper de inmediato. Ya he dicho que detesto los silencios, me hacen sentir incómoda─. ¿Necesitas ayuda en algo? ¿Quieres que prepare el café por ti?

Amor en construcciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora