Rosas Plateadas (#PGP2024)

Capítulo 20: Problemas

Reik

Me aventuré hacia el bosque, sabiendo que el chico ya había salido del hospital y que su cuerpo se había adaptado a la mordedura. Seguí su rastro y lo encontré sentado en el suelo, contemplando las estrellas. Me acerqué a él.

—Jackson —le llamé, pero no demostró miedo alguno al verme.

—¿Quién eres? —preguntó.

—Soy Reik. —Me senté a su lado—. Soy un hombre lobo.

—¿Un hombre lobo? —preguntó con indiferencia.

Su falta de sorpresa era perturbadora. No reaccionaba como Aiden o Jonah, todo resultaba demasiado extraño.

—No pareces asombrado. —Fruncí el ceño.

—¿Debería estarlo?.

—Sí, en realidad, sí —dije.

Él se burló. —No, no sabes lo que he visto —dijo.

—¿Qué has visto? —incliné la cabeza.

Él apartó la mirada y empezó a temblar.

—No, no, no, no —repetía con un temblor en el labio inferior.

—¿Estás bien?. —Me acerqué con cautela.

—Él, él, nos matará a todos —susurró con los ojos fijos en el suelo.

—¿De qué estás hablando?.

—No lo entiendes.

—Explícame.

—¡No puedo, no puedo! —gritó escalofriantemente.

—Tranquilo —dije.

Todo su cuerpo temblaba, estaba aterrorizado.

—Solo quiero ayudarte a controlar tu lobo antes de la luna llena —dije.

De repente, dejó de temblar, me miró con una mirada aterradora.

—Soy un hombre lobo, ¿sabes lo que puedo hacer? Puedo protegerme, cuidarme, puedo matarlo. —Su rostro se contorsionó en una sonrisa.

—¿Quién eres? —pregunté.

Él se puso de pie. —No, yo lo mataré. Acabaré con esta maldición. —Sus ojos se abrieron exageradamente y su sonrisa era terrorífica.

Maldita sea, Aiden. ¿Quién es este tipo?.

—Escúchame. —Me puse de pie, sin poder apartar la mirada de él—. No puedo permitir que te vayas, la luna llena está a punto de aparecer.

Él me agarró del brazo con una fuerza sobrenatural, acercándose tanto que invadió todo mi espacio personal.

—Sí, la luna llena. Me dará el poder para matarlo. Si lo mato, me sentiré mejor. Sí, sí, tengo que matarlo. La luna llena, la luna llena. —Su voz se fue desvaneciendo lentamente, al mismo tiempo que su sonrisa se desvanecía. Volteó la mirada hacia el bosque.