Capítulo 04: Algo esta Mal

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Todo era muy confuso; mi cabeza palpitaba como si hubiera sido golpeada con una vara. Abriendo los ojos lentamente, me encontré en un lugar completamente desconocido. El techo, las paredes, y los equipos a mi alrededor me confundían profundamente, pero al menos no sentía dolor al respirar y el aire era limpio, a pesar de ser un poco incómodo para mis pómulos. Al mover la mano, sentí una mascarilla y finalmente entendí la situación: me hallaba en el hospital. Recordé la pelea con Jacob que me había dejado sin aliento y me desmayé, otro ataque de asma.

Maldito Jacob, tenía que venir a molestar justo en el momento en que hablaba con Sofía. Al menos lo enfrenté. Jamás olvidaré su expresión al verme desmayarme; eso fue lo último que vi antes de perder el conocimiento. Si logro salir de aquí, levantaré cargos. Será la mejor venganza que pueda tener. Sabía que tipos como Jacob eran fáciles de hacer caer. Será muy divertido verlo tras las rejas. ¡Espera a que salga, idiota!.


Harry

—Sí, ya estoy saliendo de la casa. —Cerré la puerta con llave.

—Esta bien Harry, te esperamos —dijo Robert, mi socio, antes de colgar el teléfono.

Tenía una reunión en la ciudad, la había pospuesto hace días por problemas con los obreros, pero gracias a Alfredo, un gran chico con madera de líder y gran empresario, ya estaba todo resuelto. Me dirigí al auto, pero antes de partir, recibí una llamada de Nora.

—¿Qué pasó? —atendí.

—Harry, amor, ¿me podrías hacer un favor? —dijo ella.

—Estaba saliendo para la ciudad, ¿qué quieres?.

—Es solo un momento —comentó—. La directora me llamó, Aiden está en el hospital. —Al escuchar eso, mis nervios saltaron.

—¿Está bien? —pregunté preocupado.

—Sí, no te preocupes, es solo otro ataque de asma. ¿Podrás recogerlo y llevarlo a casa? Estoy muy ocupada en el trabajo. Hazlo por mí, amor —suplicó.

—Está bien —respondí.

—Gracias, un beso —dijo ella antes de despedirse.

Encendí el auto y conduje hasta el hospital. La actitud de Nora con Aiden nunca me gustó, se supone que debe tenerle cariño a todos sus hijos por igual, no sé, tal vez sea porque ese chico siguió viendo a su padre, o alguna otra cosa. Aiden tampoco lo entiendo, su padre le hizo ese daño y aún así no le guarda rencor, tal vez sea especial, o muy tonto. De cualquier manera, intentaré ayudar a ese chico en lo que pueda y hacerle saber que no está solo. Aparqué el auto en el estacionamiento y entré al hospital.

—¿En qué puedo ayudarle? —dijo la enfermera de manera cortés.

—Estoy buscando a Aiden Cruz —respondí.

—Aiden Cruz. —Ella consultó una lista—. Lo tenemos en la Unidad de Cuidados Intensivos —informó la enfermera.

Me sorprendió saber que su condición era tan grave. —¿Está segura? —pregunté.

—Sí, así es. Siga este pasillo hasta el fondo —indicó.

—De acuerdo, muchas gracias. —Caminé con confusión hasta llegar a esa sección, donde encontré a sus amigos en la sala de espera.

Rosas Plateadas (#PGP2024)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora