Capítulo 33: Mi Popularidad

6 2 0
                                    

—¿A dónde te diriges? —preguntó mi madre deteniéndome en las escaleras.

—Voy... a la escuela —respondí confundido.

—¿Tan temprano? —inquirió ella.

—Sí, ¿hay algún problema? —le sonreí mostrando mi confusión.

—No, ninguno, es solo que nunca te vas tan temprano. —Mi madre se apartó de las escaleras, notándose muy preocupada.

—¿Estás bien? —me acerqué a ella.

—Ayer desapareció otra persona —soltó mi madre—. Fue Alex Valbuena.

—¿Valbuena? —lo recordé, fue aquel oficial que nos interrumpió a Sofía y a mí en el parque—. ¿Aquel oficial que se pronunció a favor de nosotros durante la gestión pasada?

—Sí, lleva dos días desaparecido, todo el lugar debe estar lleno de policías —dijo mi madre.

—Vaya, Valbuena fue una persona muy importante en la policía, creo que era el único agente justo dentro de esa central. Lástima —dije disgustado.

—No tardes mucho hijo, regresa pronto a casa —dijo mi madre, mientras me dirigía a la puerta.

—Descuida mamá, estaré bien —dije, dándole ánimos, antes de salir de la casa y dirigirme a la escuela.

—Aiden. —me llamó, giré para verla—. He invitado a tu padre esta tarde, si quieres pasar un rato con él.

—Mamá. —Suspiré.

—Si no quieres, no vengas, pero él estará aquí, esperándote —dijo, mirándome a los ojos.

—Está bien. —Salí de la casa y fui a la escuela, y como dijo mi madre, el pueblo estaba infestado de policías. Llegué a la secundaria y asistí a las clases de la mañana hasta la hora de almorzar.

—Ya quiero salir, ¡Qué estrés! ¿Por qué siempre los últimos días de clases son los más complicados? —se quejaba Miguel mientras esperábamos nuestro turno para servirnos el almuerzo.

—Ah, porque es eso, los últimos días de clase. Además, no es tan malo, solo míralo como el jefe final de un videojuego —explicó Kurt.

—Míralo así, es imposible tener una tarde tranquila con tantas tareas pendientes —dijo Miguel sirviéndose la comida, luego lo hice yo—. ¿Cómo lo haces Aiden? —me preguntó.

—Muy fácil, no me dejo abrumar por las tareas, en especial cuando estamos en las últimas semanas y sabemos cómo se ponen los maestros. —Me serví y fui a la mesa donde estaba José; Kurt, Miguel y Leo me siguieron.

—Por lo menos tenías una ventaja hace 3 meses con tu enfermedad —dijo Miguel.

—¿Ventaja? Si esa ventaja no desaparece, no estaría aquí contigo, robándote el pedazo de pollo. —Tomé el muslo que le había tocado y me lo comí.

—¡Idiota! Es mi parte favorita —gruñó.

—Lo siento —dije con el pollo aún en la boca—. Ah, ya te traigo otro —bufé.

—Mas te vale. —Se molestó.

Me levanté y volví a la zona de servicio de comida.

—¿Vas a entrar aquí? —escuché a Jacob detrás de mí.

—Hola Jacob, hace tiempo —dije, ya no me intimidaba como antes.

—Sí, hace mucho tiempo, el hombre paja ha crecido —dijo, sus amigos se rieron de su comentario.

—Lo mismo diría de ti, pero veo que reprobarás este año también. No se podía esperar mucho de ti, un simio que se quedó a medio evolucionar —dije, los amigos de Jacob intentaron disimular la risa.

Rosas Plateadas (#PGP2024)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora