Rosas Plateadas (#PGP2024)

Capítulo 16: Entre Nosotros

Reik se me acercó y me dijo: —Tienes que hacer una cosa más para ser parte de nosotros.

—¿Todavía no lo soy? —pregunté.

—Prácticamente sí, pero tienes que marcarte —respondió Reik.

—¿Marcarme?. —Los miré confundido.

—Así es. Mira —dijo Terrence mientras se quitaba la camiseta y mostraba su torso musculoso con un tatuaje en su hombro izquierdo.

—¿Me quieren tatuar? —pregunté.

—Sí, este tatuaje te lo haremos en la parte donde fuiste mordido, todos lo tenemos, excepto nuestro alfa —explicó Jonah.

—¿Por qué? —inquirí.

—Yo no fui mordido, mis padres eran hombres lobo —dijo Reik.

—Ah. —Asentí—. Si le llego a mamá con un tatuaje, seguramente me echará de la casa —dije.

—Después de casi perder a su hijo, no lo creo —dijo Lynn cruzando los brazos.

—Ustedes me deben una explicación —dije mirando a Reik—. ¿Cómo es que todo esto fue parte de su plan?.

Reik se acercó a mí con una silla y la puso detrás de mí. —Trae las cosas —le escuché decir a Jonah—. Es un poco complicado. —Se paró frente a mí.

—Reik, necesito saberlo —exigí.

—Está bien, te lo contaré, pero siéntate —dijo empujándome hacia la silla. Jonah trajo un maletín e instaló unas cosas— Diane, por favor —dijo Reik. La chica se sentó a mi lado con una aguja de tatuar.

—No están hablando en serio. —Los miré—. Chicos, no puedo tatuarme.

—Claro que puedes —anunció Jonah.

—No, ¿después quién lidiará con la furia de mamá? —les dije.

—Puedes dejárselo a tu lobo —opinó Terrence. Me quedé mirándolo.

—Debes hacerlo, es un símbolo de nuestra manada, nos representa —me dijo Diane mirándome a los ojos, extendiendo su mano para darle la parte de mi cuerpo donde me mordieron.

—Mierda —susurré—, está bien. —Le di mi mano izquierda.

—¡¿Reik te mordió la mano?! —dijo Terrence sorprendido. —Vaya, no sabía de tus fetiches amigo —dijo mirando al alfa.

—Tenía que cerrar una herida —confesó Reik.

Es verdad, pasé tanto tiempo con Reik y no le pregunté qué era la cosa que me perseguía. Maldita sea, soy un idiota.

—Por cierto Reik, no te lo pregunté antes, ¿sabes qué fue lo que me mordió al principio?, ¿antes que tú llegaras? —pregunté.

Reik se cruzó de brazos y mantuvo su mirada en mí.

—Un nukubo —dijo.

—¿Un qué? —preguntó Terrence.

—Nukubo, son unas criaturas abominables, al igual que nosotros pueden cambiar de forma, solo que muy pocos pueden controlarse cuando están transformados —explicó Reik.

—¿Son peligrosos? —pregunté.

—Sí lo son, no sé mucho de ellos, solo sé que su mordida puede matar a cualquier persona con su veneno, por eso te mordí en ese lado, de no haberlo hecho no estarías aquí ahora.

—¿Sabes por qué me perseguían?.

—No lo sé, son bestias con un gran placer por matar, supongo que quería eso contigo —dijo.