Capítulo 39: La Sangre de la Noche

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Reik

-Nos estamos acercando. -Me giré hacia ellos. -Cuando entremos, estaremos todos en peligro. Chicos, esto será muy peligroso, espero que estén todos listos -dije, mirándolos a los ojos.

-Descuida, tenemos que rescatar a Aiden antes de que sea demasiado tarde -agregó Alec.

-Vamos.

Continuamos por el bosque en la oscuridad, siguiendo el olor de Aiden hasta llegar a un viejo rancho hecho de madera. Era muy pequeño, pero ahí estaban todos los cazadores.


Aiden

Un familiar aroma alcanzó mis fosas nasales: era mi manada. Habían llegado, aunque había acordado algo con Darin, sabía que Reik los mataría si lo que afirmaba Lemuel resultaba ser verdad.

-Ya están aquí -le informé a Lemuel.

-Bien. -Suspiró Lemuel-. Aquí vamos.

Salí junto a Lemuel y Darin, acompañados por sus hombres, todos desarmados y con la intención de buscar la paz. Al llegar al patio, no encontramos a nadie; estaban escondidos detrás de los árboles.

-¡Reik, sal de ahí! -le grité.

-¿Qué haces con ellos? ¿No te habían secuestrado? -preguntó, mostrando su incomodidad y sus sospechas hacia mí.

-No, no son personas malintencionadas, quieren negociar -afirmé mirándolo a los ojos.

-Los cazadores no negocian -afirmó.

-Vamos, Reik, déjalo -exclamó Lemuel.

Reik rugió y se transformó en su lobo, dejándose ver. Lemuel retrocedió, todavía temeroso de Reik.

-¡Reik, cálmate! -le grité.

-¡Nada de eso! No seas tan ingenuo, Aiden. ¡A por ellos!, -gritó el alfa, y los chicos se abalanzaron hacia nosotros.

-¡No!. -Me interpuse en su camino.

-¿Qué te pasa, Aiden? -dijo Jonah.

-Solo escuchen...

-Calmense todos -interrumpió Darin acercándose a Reik. "Mi nombre es Darin. Nuestro mundo está a punto de ser destruido si no hacemos algo al respecto.

-¿De qué hablas? -preguntó Valeria.

-De los nukubos y el bosque. -Logró captar la atención de todos nosotros-. Ya es hora de que sepan toda la verdad.

-¿De qué verdad hablas? -cuestionó Reik.

-De la verdad de este pueblo, de este bosque y de todos esos sucesos extraños que han ocurrido a lo largo de este siglo -dijo Darin.

-¿Qué sabes tú? -bufó el alfa.

-Créanme, sé más de lo que debería -dijo Darin mirando a Alec-. Esos ojos, ese cabello oscuro y esa piel pálida. Supongo que eres un Horne -dijo mirándolo a los ojos.

-¿Cómo lo sabes? -preguntó Alec, confundido y nervioso.

-Conocí a tu padre, fue un gran hombre -dijo con una sonrisa-. Puedo explicarles todo, pero primero tienen que escuchar.

Reik lo miró con sospecha y luego se acercó a mí.

-¿Cómo estás? -me preguntó.

-No me hicieron daño, estoy bien -le respondí mirándolo a los ojos.

-¿Confías en ellos?

-Sí, no me hicieron daño. De hecho, me curaron las heridas. Creo que tenemos que escucharlo -afirmé.

Rosas Plateadas (#PGP2024)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora