León
Me encontraba en un viejo automóvil en medio de la oscuridad. Llovía alrededor y poco a poco el vehículo se llenaba de agua. A mi lado, en el asiento del conductor, una muchacha con el cabello empapado sostenía el volante, como si estuviera muy cansada. Me observó con furia, con los ojos que tendría una cruel figura de autoridad, y descubrí que era una ex compañera de la uni. Se llamaba Clara, nos conocimos cuando ella pasaba por un mal momento, y yo estaba empecinado en interpretar un papel ridículo. Al saber su identidad el pánico me invadió.
—Nunca aprenderás a preocuparte por otros —dijo girándose.
Yo traté de abrir la puerta con desesperación y el agua subió de nivel aumentando la velocidad.
—Siempre serás un egocéntrico y presumido de mierda, siempre querrás ser especial, siempre querrás volver de tu vida un espectáculo, y nunca, jamás te vas a sentir satisfecho.
El agua me llegó a la barbilla, y pese a estar sintiendo todo en carne propia, podía ver la escena entera, y a Clara inclinándose hacia mí.
—Nunca aprenderás a querer a nadie de verdad. Nunca sabrás lo que quieres hacer con tu vida.
Comencé a ahogarme y ella continuó hablando mientras salían enormes burbujas de su boca. En el cielo se escuchaban los gritos de la tormenta.
—Esa vida falsa y ese tú falso es todo lo que tienes.
Desperté con ganas de llorar.
Me encontraba en el autobús de camino a Tuxtepec. Pasada la tristeza sentí desconcierto.
Nunca había tenido un sueño como ése.
◇◆◇◆◇
Cuando llegué a la casa de la abuela me quedé en la habitación que era de mi mamá. Estaba limpia y sin que las paredes tuvieran manchas de humedad o pintura descascarada, lo que podría significar que la abuela la preparó para mí, pero ella dijo que de por sí le daba mantenimiento. La cama tenía un anticuado juego de sábanas, y era de madera al igual que el resto de los muebles. Si mi mamá le dió un toque personal a su cuarto este desapareció. El ropero y el escritorio estaban vacíos, aunque hice el intento de buscar algo oculto; un mensaje secreto, una carta, un sobre de cuero, una libreta negra, un libro rayado, un diario lleno de respuestas, lo que fuera...
Nada de eso apareció en mi camino.
Al día siguiente conocí a David, un muchacho moreno de pelo corto y rizado, que me dio vibes de Sasuke Uchiha. La abuela lo invitó a desayunar en contra de su voluntad y yo le hice la broma de Charles Strite, aunque luego pensé que me la debí haber ahorrado, no tanto porque fuera una mala broma sino porque él ya parecía lo bastante molesto. Cuando se lo comenté a la abuela ella me dijo que así era la cara de David, que solo se resistió a acompañarnos porque era demasiado tímido y educado. Le di el beneficio de la duda.
Después de eso le pregunté a la abuela si conservaba objetos personales de mi mamá. Antes de que pudiera decir más me guió hasta la bodega en el patio trasero, que resguardaba un viejo baúl. Este me trajo resultados más satisfactorios que la habitación. Contenía un montón de ropa, juguetes, peluches, pasadores para el cabello y chucherías coloridas que estaban tan de moda en los noventa. En una caja de madera pintada de rosa tenía piedras, caracolas y joyería falsa, mientras que, en una colorida lapicera, colores de palo, bolígrafos, borradores y demás artículos de papelería desgastados, que en su momento de gloria debieron oler a frutas y estar llenos de brillitos. Se notaba que eran muy lindos.
La abuela me fue contando algunos datos y anécdotas que guardaban relación con los objetos. También me aclaró que no todos fueron usados por mi mamá segundos antes de irse, sino que se acumularon ahí mientras crecía. Aunque recordaba cosas concretas desconocía la biografía de su hija al completo, y a veces era incapaz de decir a qué edad hizo determinada cosa ¿tendría doce años cuando empezó a juntar piedras? ¿Trece? ¿Dieciséis? Quien sabe.
Pasé un buen rato admirando aquellos tesoros, tratando de imaginar qué tipo de juventud habría tenido mi mamá. Adoro las cosas viejas, porque te hacen imaginar historias, o recordar cosas bonitas. Digo cosas bonitas porque sería extraño guardar algo que te trae malos recuerdos, a menos que estés muy aferrado a eso. Los objetos amargos se tiran, se destruyen o se esconden, y yo me pregunté que hizo mi mamá con los suyos, si es que los llegó a tener.
Enseguida me di cuenta de que no había nada demasiado personal en el baúl. De forma paulatina, una bruma de decepción y pesimismo me envolvió.
Solté un estornudo por el polvo de la bodega y mi abuela sugirió dejar las cosas para luego. Le hice caso.
Mucho más sereno, quizá un poco triste, volví a mirar con atención a mi alrededor. Esa casa llena de pesados muebles de madera, objetos de barro decorativos, macetas con plantas, tejidos y fotografías colgadas era familiar y transparente, como si cualquier secreto o misterio se lo hubieran sacudido.
Le pregunté a mi abuela si lo que estaba en el baúl era todo lo que conservaba de mi madre, y ella refunfuñó al recordar algo. Dijo que una vez mi mamá reunió un montón de cosas y las quemó. Al parecer eran objetos personales, pero ella nunca supo cuáles con exactitud. Salió unas horas y al regresar mi mamá estaba en el patio trasero, observando con intensidad una especie de fogata. Ella se horrorizó, y dice que por mucho que le gritó y la zarandeó nunca dejó de ver el fuego.
Al escuchar eso me quedé sin aliento. Los engranajes de mi misión volvieron a girar.
—¡Daba miedo tu mamá! ¡parecía como poseída! Yo dije «ay diosito, no le haya pasado algo malo a esta chamaca», y después del susto y el coraje la quise llevar a que le hicieran una limpia o algo, pero ella dijo que no le pasaba nada y que no sé qué y bueno, se puso con una actitud que mira no le quise estar aguantando ¡Quién sabe qué loquera le habrá dado!
◇◆◇◆◇
Gracias por leer.
Este capítulo es muy corto, pero espero les haya parecido interesante ver la perspectiva de León.
¿Qué creen que estaba quemando Adela?

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Motas de polvo en la historia del mundo
Teen Fiction¿Qué se hace cuando tu vida no es lo que quisieras que fuera? ¿Qué se hace cuando eres incapaz de cambiarla? *** David es un adolescente que lleva una existencia bastante aburrida. Es la única persona de su edad en el barrio donde vive, detesta la...