Capítulo 4

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...lo bonito era pensar que podía, lo difícil fue aceptar que no...

🫀

Domingo, 29 de Enero del 2023

-Ikram, deja de moverte-se quejó mi madre mientras no paraba de dar vueltas sobre mí misma.

-Estoy nerviosa-confesé mientras me devoraba las uñas.

El partido finalizó con la victoria a favor del FC Barcelona, golazo de Pedri para culminar un partido bastante sufrido. Mi padre estuvo al borde del colapso, nunca antes lo había visto así y eso que él no era aficionado del Barça. Pero supuse que cuando se vive con emoción e intensidad todo es más bonito. Yo me limité a observar, a disfrutar del momento y olvidarme de todo. Y para mi sorpresa lo conseguí. Los planes más inesperados fueron los que me hicieron vibrar de forma diferente. La monotonía de mi vida fue la que me estuvo apagando cada rato.

-Ahí sale-dijo mi padre dándome un leve empujón para que reaccionara.

Caminé insegura, con la chulería que me caracterizaba, pero llena de miedo. Él en cuanto me vio sonrió y deseé fundirme entre sus brazos. Porque al final donde más a salvo me sentía era entre sus brazos. Sus abrazos me llegaban al alma, éramos dos desconocidos que habíamos conectado de una forma diferente.

-¿Cómo estás?-se preocupó sonriendo y removiéndome el pelo.

-No vuelvas a hacer eso-le reproché mientras él se reía-. Estoy mejor.

-Me alegro-me miró a los ojos y el silencio apareció.

Tragué saliva algo inquieta, su mirada me imponía, nunca antes alguien me había mirado con esa intensidad. Tampoco supe encontrarle sentido a sus miradas, no lo conocía de nada a pesar de sentir todo lo contrario. Alejandro era un desconocido más en mi vida, uno al que le di mi confianza en el peor momento y que no quise perder nunca. Al final la vida te llena de desconocidos que con el paso del tiempo se acaban convirtiendo en personas importantes. Y él llegó de la nada y pretendió quedarse sin que yo se lo pidiera. Se involucró en mí y me dio el valor que tanto eché de menos de las personas que sí me conocían.

-Gracias por preocuparte-esbocé una ligera sonrisa-. El partido ha estado muy guay.

-Ha sido un placer. Si has disfrutado, yo me alegro un montón-sonrió y de nuevo comprendí que su compañía alegraba la mía.

Mis padres se acercaron a darle las gracias, me limité a observar la situación, a ver como se desenvolvían hablando con el futbolista. Aquello me indicó que había algo más que yo no sabía. Mi madre lo trataba con una confianza que asustaba, algo raro en ella. Si algo me dejó claro durante toda mi vida fue a no confiar y a tomar distancias con los desconocidos, ir poco a poco. Pero ella parecía tenerle demasiadas confianzas y no me molestó, todo lo contrario, me hizo bien saber que lo aprobaban, por así decirlo.

-Si queréis me puedo llevar a Ikram a cenar-propuso Alejandro y yo abrí los ojos mirando a mi madre.

Quise hacerle ver que no quería ir, con la cabeza me negué, pero ella pareció no darse cuenta o mejor dicho, no quiso darse cuenta de mi negación. Me miró de arriba a bajo durante un par de segundos y acto seguido salió de su boca un:

-¡Claro!

-Yo prefiero...-intenté hacerles ver que no quería ir, pero de nada sirvió.

Bendito Castigo ▪︎ ALEJANDRO BALDEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora