...la cuestión no es que me quieras, la cuestión es que no puedas dejar de hacerlo...
🫀
Domingo 26 de febrero de 2023
-Hoy no llevas pendientes-le susurré al oído en cuanto sonó la alarma.
-Se me han olvidado en casa-Alejandro estiró el brazo, pasando por encima de mí y apagó la alarma.
Me abracé a él y cerré los ojos. No quise separarme de él, ya habían pasado casi dos meses desde que nos conocimos y nuestra relación cada vez cogía más forma. No sabía lo que éramos, pero tampoco me importó. Él y yo disfrutábamos juntos, había días en los que nos besábamos y otros en los que no. Fuimos como dos amigos con derecho, pero sin llegar a consumar. Nos provocábamos, nos tocábamos, pero a la hora de la verdad nunca llegábamos a nada más. La tensión estaba presente siempre y cada vez teníamos más ganas de resolverla. Fue raro pensar que nos cohibíamos por las situaciones que vivíamos y que realmente, nunca estábamos solos.
-¿De verdad que no quieres venir al partido?-preguntó todavía a oscuras.
-No es mi mundo-me separé de él y me senté sobre la cama.
Encendí la luz y cerré los ojos ante la caridad. Flexioné las rodillas y me quedé mirándolo. Agradecí que tuviera tiempo para venir a verme. Siempre se lo agradecí. Me refugié en él y Alejandro fue muy consciente que teniéndolo cerca yo podía vivir en calma. Sin él todo lo malo que me atormentaba volvía. Nos veíamos todos los días, exceptuando cuando él jugaba fuera, pero acabábamos haciendo facetime. Nunca tuve inconveniente en admitirlo, Alejandro se volvió tan clave en mi vida que no pude vivir sin él.
-No sé-suspiré-. ¿Tú quieres que vaya?-le pregunté y él sonrió.
-¿Hace falta que responda?-me agarró de la cabeza y me dio un beso en la frente.
El futbolista se levantó de la cama y procedió a vestirse. Relajé los hombros y lo miré con carita de buena. Su mundo era muy distinto al mío, tanto que me sentía rara. Me gustaba formar parte de sus planes, pero a veces me cohibía y no podía ser yo misma. Alejandro intentó en más de una ocasión presentarme a sus compañeros, pero me negué. No quise que se sintiera en la obligación, ya ocurriría el momento y si no tampoco me iba a suponer un problema.
Mientras él acabó de vestirse yo me arrastré por la cama hasta llegar al filo. Estiré el brazo y agarré una pequeña cajita que me regaló mi abuela en su primer viaje a Marrakech. Ahí guardaba todos los pendientes en forma de aro que tenía.
-Ven siéntate-le ordené y él por primera vez me hizo caso sin poner algún pero de por medio.
Alejandro me miró con el ceño fruncido, sin entender muy bien lo que pretendía hacer.
-¿Qué buscas?-me retiró el pelo para verme la cara, pero yo me mantuve en silencio.
-Esto-dije en cuanto encontré lo que quería.
-¿Unos aritos?-alzó una ceja y yo asentí.
-Para ti-dije y él negó con la cabeza.
-Ikram que son de plata-me miró fijamente y yo insistí-. Que no puedo aceptarlos.
-Por favor-le rogué-. Me haría tanta ilusión que los llevaras algún día. El otro día llevabas unos muy parecidos y bueno, no sé, si no te gustan no pasa nada.
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Bendito Castigo ▪︎ ALEJANDRO BALDE
FanfictionEn el peor momento de mi vida, en aquel preciso instante donde quise morir. Las lágrimas caían por mis ojos, el llanto más desgarrador, sentía que me faltaba el aire. No podía más, no pude más. Mi cuerpo poco a poco se iba apagando, la sangre se des...