...y ojalá no tenga que mirarlo constantemente a los ojos, cada vez que lo hago mi alma arde de dolor...
🫀
Viernes 9 de febrero del 2024
Me bajé del coche y sonreí al ver a mi madre esperándome en la puerta de casa. Había pasado poco menos de un mes desde la última vez que la vi y ya estaba deseando abrazarla. Con el embarazo mi relación con ella se volvió más estrecha hasta el punto de llamarla mínimo dos veces al día. Estaba bien en Copenhague, salía menos, me centré en el máster y en vez de salir de fiesta, salía a pasear un rato. El embarazo me estaba sentando bien, lejos de todas las náuseas que poco a poco fueron desapareciendo, me sentía bien. Volver a Ceuta no fue algo premeditado, es más, fue mi madre la causante de mi visita a casa. Y es que solo ella sabía el sexo de mi bebé, quise que fuera ella quien montara la fiesta de revelación de sexo. A mí me parecía una cursilería y una tontería, pero a ella le hacía mucha ilusión y por primera vez decidí hacerle caso. Pero no todo era bueno o al menos así lo pensé en aquel momento y es que volver a Ceuta para conocer el sexo de bebé suponía volver a ver a Alejandro.
Desde fin de año no lo veía, decidí borrarlo de mi vida, verlo no me hacía bien y sabía que a él tampoco. No es que ya no sintiera nada, al final fue una persona muy importante en mi vida y por suerte o por desgracia estábamos destinados a una vida juntos por el bien de nuestro futuro bebé. Estuviéramos en una relación o no, nosotros ya estábamos atados para siempre y eso a mí me condicionó. Pasaron tantas cosas que ya no era la misma de antes y dolió muchísimo darme cuenta de que estaba muchísimo mejor sola. Y a él se le vino el mundo encima porque aunque quería volver no actuó de la mejor forma y a la larga a mí sus actitudes me acabaron cansando. El numerito de querer darme celos con Almudena fue la gota que colmó el vaso, puse punto y final a meses hablando e intentando no perder el contacto. Fueron meses en los que creía que en un tiempo —si todo salía bien— podríamos volver a intentarlo. Pero mientras yo intentaba poner de mi parte, él se iba con la otra por puro show. Y no lo entendí porque siempre admiré su madurez y me acabé dando cuenta de que acabó siendo igual que todos los tíos que una vez formaron parte de mi vida.
‐Está ya todo el mundo-me informó mi madre mientras le abrazó.
-¿Qué tal el vuelo hija? ¿Has podido dormir bien?-pregunté con sarcasmo ante las primeras palabras que me dijo.
‐Perdona-rió avergonzada-, es la emoción del momento.
-No te preocupes-sonreí-. Papá ha tardado tanto que me ha dado tiempo a cambiarme de ropa en el aeropuerto-volví a sonreír-. Él está aquí, ¿no?
-Sí, está hablando con tu hermano, Jason no se separa de él-mi madre me acarició la espalda y me invitó a pasar‐. Aunque bueno, ya sabes que tus hermanos adoran al futbolista.
Sentí como mi corazón comenzaba a latir acelerado y es que volver a ver a Alejandro siempre me producía nervios, ya fuera para bien o para mal. Un mes entero sin saber nada de él, me esperaba cualquier cosa. Lo peor de todo fue hacer como si nada hubiera pasado, solo sabían de nuestra ruptura nuestros más allegados. Y tener que fingir en redes que todo seguía igual cuando la realidad estaba bien muerta fue duro. Sobre todo porque yo no sabía disimular y cuando estaba con él me alejaba hasta el punto de parecer muy distante. Los rumores acerca de Alejandro y Almudena fue algo que tuve que desmentir tantas veces que cansada dejé que me tacharan de cornuda.
Fue todo tan duro que para cuando me fui a dar cuenta no sentía absolutamente nada y no hay cosa peor que no sentir.
‐Me sudan las manos-me quejé en cuanto vi a tanta gente en el jardín de casa de mi madre-. ¿Qué hace aquí la chica esa?-dije con desprecio al ver a la mujer con la que le fue infiel mi padre a mi madre.
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Bendito Castigo ▪︎ ALEJANDRO BALDE
FanfictionEn el peor momento de mi vida, en aquel preciso instante donde quise morir. Las lágrimas caían por mis ojos, el llanto más desgarrador, sentía que me faltaba el aire. No podía más, no pude más. Mi cuerpo poco a poco se iba apagando, la sangre se des...