Capítulo 32

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...de que me vale alejarme si luego siempre acabo volviendo a ti...

🫀

Viernes 30 de junio del 2023

-Os dejo solos-mi madre rompió el silencio.

Se levantó de la silla y antes de abandonar mi habitación me dio un beso en la frente. En aquel momento no fui casi consciente de lo que estaba pasando. Me quedé flipando al ver a Alejandro, sentí que estaba en un puto sueño y que nada de lo estaba presenciando era real. Sentí como mi respiración se volvía irregular, fruto de los nervios que invadieron mi cuerpo en cuanto lo vi. No tuve claro nada, pero sí que me hizo ilusión verlo de nuevo. Al final lo nuestro se terminó por obligación porque ninguno de los dos quisimos acabar con la relación.

‐Hola-murmuré en cuanto escuché la puerta cerrarse.

Me levanté de la silla, en un intento de acortar la distancia. Aunque fue él el que me señaló el balcón por lo que volví a sentarme. Me sudaban las manos, me puse tan nerviosa que me dio miedo no poder afrontar la situación como me hubiera gustado.

‐¿Qué haces en Ceuta?-pregunté al ver que no obtenía respuesta por su parte-. Alejandro-insistí.

-Me llamó tu madre hace dos días-se chupó el labio inferior y suspiró perdiendo la mirada en el cielo-. Me contó que no estabas bien y le dije que ya no estábamos juntos.

Cerré los ojos asimilando todo, mi vida comenzó a cobrar sentido. Las insistencias de mi madre tenían un claro motivo, ella ya lo sabía y solo quería ayudarme. Y yo, como cada vez que me pasaba algo, la ignoraba y hacía ver como que estaba bien cuando realmente lo único que hacía era torturarme más.

-Me pidió que viniese a Ceuta a verte-se aclaró la voz-. Todavía no sé qué hago aquí, supongo que son las ganas que tengo de verte las que me han traído hasta tu casa.

-Alejandro, yo...-me quedé callada, él me miró fijamente a los ojos y me di cuenta de que estaba realmente mal-. Lo siento-fue lo único que conseguí decir.

Se creó un silencio bastante incómodo, tragué saliva, intenté acercarme, pero él se apartó. Asentí con la cabeza sin insistir más y me senté correctamente. Me crucé de piernas y perdí la mirada en el horizonte mientras deseaba que todo fuera mucho más fácil.

-He conocido a Drey-dijo con un tono de voz áspero, como si me estuviera recriminando algo-. Es la novia de Ansu, ¿lo sabías?

Asentí con la cabeza y me crucé de brazos. Drey para mí era un gran apoyo en mi vida, sobre todo a raíz de lo de Noelia, ella fue quien me ayudó a abrir los ojos y a darme cuenta de que no merecía estar sufriendo por una amiga que no me valoraba. Conocí a Drey cuando estudié el curso de maquillaje, ella y yo proveníamos de mundos muy distintos, pero aun así congeniamos bastante bien. Poco a poco me fue introduciendo en su mundo que aunque no tuviera nada que ver conmigo, conseguí sentirme muy cómoda.

-Alejandro si tienes algo que decir, dilo, estoy cansada de este silencio absurdo-me froté las sienes esperando una respuesta.

-Me contó que casi trabajas en Flamant Noir-se enfadó, nunca antes lo había visto tan enfadado.

Fue como si aquello le supusiera un gran problema y eso que ni siquiera llegué a pisar aquel antro de perdición.

Bendito Castigo ▪︎ ALEJANDRO BALDEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora